Editorial


EL RADICAL no se muere
Sin importar quiénes sean el rector, los decanos o los directivos del Externado, siempre habrá la necesidad de un ojo vigilante de los logros y los yerros para aplaudir o denunciar y evitar que el ejercicio del poder soberano termine destruyendo la centenaria casa a la que pertenecemos.
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EL RADICAL no se muere
Sin importar quiénes sean el rector, los decanos o los directivos del Externado, siempre habrá la necesidad de un ojo vigilante de los logros y los yerros para aplaudir o denunciar y evitar que el ejercicio del poder soberano termine destruyendo la centenaria casa a la que pertenecemos.
Muchos externadistas de todas las tendencias y de varias generaciones han mostrado preocupación con el futuro de EL RADICAL, ahora que la Universidad ha revivido el “INFORMATIVO”, una vieja publicación auspiciada por el rector Hinestrosa que por años aspiraba a difundir siempre una imagen amable de la institución, a veces con excesos laudatorios.
Así como está claro qué EL RADICAL nació como una expresión legítima para que se conocieran las voces disidentes de la administración y se denunciaran los abusos que entonces se perpetraron, cuyas consecuencias siguen sacudiendo las finanzas y muchos otros aspectos de la Universidad, no se sabe en qué momento las directivas abandonaron ese esfuerzo del INFORMATIVO ni por qué razón. Lo cierto es que, así como un buen día irrumpió este medio en momentos de crisis, el INFORMATIVO volvió a publicarse y la verdad es probable que muy pocos lo echaran de menos o extrañaran, porque se trataba de un folleto de tono empresarial más que universitario.
Reiniciada la nueva vida del INFORMATIVO hay quienes piensan que EL RADICAL desaparecerá y desde esta tribuna hemos de dar un parte de tranquilidad. No dejaremos de existir, porque mientras haya Externado, sea quiénes sean su rector, decanos o directivos, siempre habrá la necesidad de que haya un ojo vigilante de los logros y los yerros para aplaudir o denunciar y evitar que el ejercicio del poder soberano termine destruyendo la centenaria casa a la que pertenecemos. Estos no son tiempos para que las universidades prescindan de que en su seno crezca y se fortalezca el oficio de informar.
Visto el nuevo INFORMATIVO, se aprecia que la Universidad está decidida a invertirle esfuerzos económicos, pero que no renuncia a su empeño de que siga siendo un medio interesado en promover hacia afuera lo que las directivas entienden que es hoy el Externado. Por eso, esta edición, bellamente editada, deambula entre hermosas fotografías de los jardines con extensas evocaciones de algunas figuras que a juicio de la administración tienen reconocimiento nacional por haberse desempeñado en altos cargos o estarlo haciendo.
Celebramos la resurrección del INFORMATIVO, al mismo tiempo que estamos seguros de que al leerlo la comunidad externadista encontrará justificado y necesario que expresiones como la que encarna y representa EL RADICAL sigan existiendo. El ADN de El RADICAL está dirigido a un público diferente y con una agenda fundada en la necesidad de fortalecer el espíritu pluralista y democrático de nuestra Universidad. Por esa razón, estamos invitando a los estudiantes y profesores a que se apropien de este medio y lo conviertan en tribuna de sus quimeras e ilusiones, porque a la Universidad que se ufana de ser un templo de libertad y tolerancia no le puede suceder que, a pesar de contar con una Facultad de Comunicación, no tenga ni propicie un medio que garantice a su comunidad el derecho constitucional a tener una información objetiva y veraz. Ni tampoco una Universidad que se resigne a carecer de una voz independiente que reclame de la administración la rendición de cuentas y exija las auditorias que sean necesarias, más en tiempos de penuria económica heredada de la década inútil.
El 070, medio de los estudiantes de la Universidad de los Andes, ha tomado la delantera y por eso hoy tiene reconocimiento nacional. El Externado no puede quedarse atrás y por eso esperamos que estas páginas se conviertan en testimonios de los tiempos, proyectos, fracasos y aciertos de los estudiantes y profesores de este inicio de milenio.
EL RADICAL continuará apareciendo, obviamente sin hermosas páginas y cuidadosa diagramación, porque, como se sabe, este esfuerzo responde al patrocinio personal de unos pocos profesores, porque no contamos con recurso.


No da espera
Llegó el momento que la doctora Adriana Zapata deje en libertad a la Universidad y renuncie como decana de la Facultad de Derecho.
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No da espera
Llegó el momento que la doctora Adriana Zapata deje en libertad a la Universidad y renuncie como decana de la Facultad de Derecho.
A casi ocho meses de haberse iniciado el período de la nueva administración, inexplicablemente continúa al frente de sus responsabilidades como decana de la Facultad de Derecho, la doctora Adriana Zapata, lo que lenta y gravemente amenaza con convertirse en un problema de dimensiones insolubles.
No es secreto que la doctora Zapata, designada a dedo como decana por la anterior administración, sin haber sido jamás profesora de pregrado, ha fracasado estruendosamente en su gestión. La labor de coordinación de los diferentes departamentos en los que está dividida la Facultad, que algunos ingenuamente consideran que obedece a un supuesto federalismo con el que se disfrazó el autoritarismo administrativo, no se ha cumplido, y las consecuencias se advierten al rompe.
En efecto, la designación de un decano en Derecho se hizo urgente precisamente para que alguien con conocimiento de toda la Facultad y contando con el reconocimiento y respeto profesoral y estudiantil, pudiera liderar y encauzar los procesos de concertación en todos los departamentos y áreas. La decana Zapata nunca entendió esa prioridad y hoy la Facultad continúa a la deriva.
Esa situación está afectando la definición del pensum de la Facultad, el cual aún hoy sigue en intensas discusiones a las que por cierto nunca asiste la doctora Zapata, ignorando que tal escenario se ha convertido en el único lugar donde la comunidad profesoral con la participación de algunos alumnos inquietos está adelantando semanalmente discusiones interesantes, algunas a veces cargadas de auto elogios tan excesivos como inevitables en el siempre emocionante universo de la docencia, pero al fin y al cabo puntos de encuentro útiles en una Universidad que sigue buscando la reconciliación y el diálogo civilizado entre todos.
Pero allí no paran las dificultades, porque el desgreño administrativo de la decanatura ha sido la causa principal de que no se cuenten con las acreditaciones legales para impulsar ciertos programas. La Facultad de Derecho sigue andando por cuenta de su prestigio y tesón de sus profesores, pero es inevitable advertir que en algunos aspectos se vive un período de inestabilidad y casi que de interinidad.
Por lo demás, las difíciles relaciones personales de la decana tampoco ayudan a encontrar soluciones óptimas, lo que estaba avizorado desde que ella lideró y propuso un comunicado infamante que suscribieron varios profesores en las épocas azarosas del reinado fatídico de Henao, en el que, en supuesta defensa del respeto y la libertad de expresión, prohijaba la absurda e inmoral solución de silenciar la crítica contra el anterior Rector y su cuestionada cohorte, incluida ella misma, lo cual causó la profunda fractura que no ha podido superarse, principalmente porque ella sigue empeñada en ejercer sus funciones ignorando que su tiempo se agotó.
Tal parece que la decana Zapata ha exigido que su retiro se produzca luego de que la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia decida un dilatado y prolongado asunto litigioso relacionado con la mutación de su pensión, lo que no solo resulta desconsiderado con la Universidad, sino indigno en lo personal. Definir el rumbo de la institución es una acción inmediata que no puede quedar sujeta a decisiones de confusos litigios ni a la suerte de complejos recursos de casación que solo le atañen a la interesada.
Lo único claro ahora es que, mientras este estado de cosas creadas por la presencia perturbadora de la doctora Zapata en la importante oficina de la decanatura sigan como están, la Facultad de Derecho no encontrará el camino seguro para superar todos los problemas que la aquejan. Por el bien del Externado, la decana de Derecho debería dar un paso al costado inmediatamente y dejar el camino libre para que se encargue otra persona con capacidad de diálogo con todos los departamentos y estamentos profesorales y estudiantiles. De no ser así, este primer año de la nueva rectoría será recordado como la anualidad perdida.
No hay tiempo que perder.


La renovación del Externado
Luego de los lamentables nueve años de la administración pasada, por fin se conoció una rendición de cuentas de la Universidad. El actual rector, Hernando Parra Nieto, compareció e ilustró lo que han sido sus primeros 90 días de gestión.
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La renovación del Externado
Luego de los lamentables nueve años de la administración pasada, por fin se conoció una rendición de cuentas de la Universidad. El actual rector, Hernando Parra Nieto, compareció e ilustró lo que han sido sus primeros 90 días de gestión.
Luego de tres meses de haber asumido sus responsabilidades, el nuevo rector, doctor Hernando Parra Nieto, hizo presencia en una concurrida asamblea de profesores el pasado 31 de agosto, no solamente para cumplir una de sus promesas de campaña a la rectoría, sino para convertirse en el primer rector en comparecer delante de sus pares a presentar cuentas de su gestión.
La comunidad externadista no estaba habituada a estas jornadas de elemental transparencia y de sano ejercicio democrático. Por eso durante la nefasta administración que acaba de pasar, un grupo de profesores se empeñó en pedir a las directivas que no solo presentaran cuentas de sus labores, sino que además abrieran las puertas a una auditoria amplia que se ocupara de revisar minuciosamente cada operación. Ninguna de las dos cosas fue posible, porque ni rindieron cuentas ni permitieron una auditoria.
Simplemente una empresa contratada por la misma administración hizo una verificación de estados financieros que en ningún caso tiene alcance de auditoría, y con ese artificio salieron a sostener la falacia de que todo estaba en orden, gracias a que la mayoría de los miembros del obsecuente consejo directivo de entonces aplaudió el reporte mentiroso del estado del Externado.
Lo cierto es que se expiró el período de los nueve años de la pasada administración y se marcharon sin rendir cuentas, ni permitir una auditoria y, lo que es peor, sin siquiera haber hecho empalme con el nuevo rector. Más que una descortesía incalificable, lo último fue una señal que tornó sospechosos a quienes consideraron que estaban a salvo del escrutinio de la comunidad externadista. En efecto, un administrador que no tenga rabo de paja no rehúye las cuentas, sino que está dispuesto a presentarlas espontáneamente y a discutirlas en cualquier escenario.
Pues bien, en la asamblea profesoral del 31 de agosto el rector Parra Nieto compareció e ilustró a esa asamblea de lo que han sido estos tres meses de gestión, presentó los nombres de quienes han asumido importantes cargos y explicó con lujo de detalles los cambios administrativos que apuntan a hacer de la Universidad un centro eficiente, pluralista, libre y transparente, que honre el patrimonio fundacional del Externado.
Quienes lo escucharon quedaron satisfechos de saber que en los tiempos que ahora se han iniciado hay una administración que en verdad es de puertas abiertas y que está lista a presentar en público las cifras, por dolorosas que sean, porque entiende que por encima de todo está el derecho de los externadistas de saber cómo y para donde va el Externado del futuro.
Como era obvio, el rector Parra Nieto tuvo que revelar que el estado en el que heredó la Universidad no es el más halagueño, porque hay un déficit gigantesco que alcanza la escandalosa cifra de cerca de $103 mil millones de pesos. Parra no se limitó a dar parte de esa pésima noticia, sino además a señalar las medidas que su administración está tomando para superar esta crisis que tuvo oculta la pasada administración.
En la magna asamblea estuvo presente un testigo de excepción, el ex rector Juan Carlos Henao, quien guardó sepulcral silencio frente al demoledor informe de su sucesor y esta vez no alzó su autoritaria voz para desmentir a nadie, ni a refutar las comprometedoras cifras. Los asistentes quedaron sorprendidos con ese mutismo insólito, pero más todavía con la postura irresponsable que luego de dos horas de haberse presentado el informe rectoral y cuando se debatía un asunto relacionado con la política de género, asumió Henao, quien tomó la palabra y cuando todos esperaban que respondería lo que le era moralmente obligatorio, salió con una intervención cantinflesca (conozca aquí en detalle sus palabras), con su “pa’lante”, sin refutar uno solo de los datos divulgados que exigían su pronunciamiento, para ofrecer dizque colaborar con su experiencia de nueve años como rector para lo que se ofreciere. No dijo, por supuesto, que no entregó un solo papel en el empalme, por lo que venir ahora tardíamente a ofrecer colaborar es una coartada con sabor a farsa.
¿Por qué el doctor Henao desperdició la oportunidad histórica de haber explicado una versión diferente del descalabro financiero de lo que fue su administración? Hay quienes aseguran que le resultó imposible responder, porque quien conocía de los números y de las cuentas no era él sino la exsecretaria general, Marta Hinestrosa, quien no estuvo presente en ese encuentro por la sencilla razón de que ella no ha pertenecido ni pertenece a la comunidad profesoral.
No faltó el lunático que llegó a proponer, como en los tiempos idos, que los informes del lamentable estado económico del Externado deberían presentarse, no bajo la óptica de ilustrar a la comunidad sobre el desastre, sino sobre las medidas adoptadas para superarlo. El clásico “tapen, tapen”, que se volvió ley en las épocas de Henao, Marta Hinestrosa y el cómplice consejo directivo que durante 23 años solo supo alabar y no dirigir. Fue la misma idea que impulsó en otra asamblea profesoral la decana de Derecho, Adriana Zapata, exhortando a varios de sus colegas para que no permitieran que los problemas de la Universidad trascendieran a los medios de comunicación y que se ventilaran apenas en el estrecho claustro, donde ella y sus amigos no permitían disentir ni criticar. Eso sí, era una restricción bastante curiosa, porque ellos sí usaron y abusaron de esos mismos medios para descalificar a los supuestos “cuatro gatos” que estaban inconformes con el desgreño y la dictadura que entonces se apoderó del Externado y para desinformar groseramente.
El péndulo de la historia está ahora en la orilla de la transparencia, de la rendición de cuentas, de permitir auditorias, en general de reconocer que los externadistas tenemos derecho a conocer lo que pasa con nuestra Universidad y contribuir eficazmente a un mejor futuro.


El compromiso es con el Externado
EL RADICAL tiene un compromiso imborrable con la Universidad y estas páginas seguirán abiertas para que quien quiera aplaudir o censurar las actuaciones de la nueva administración, lo haga sin tapujos, sin miedo y sin ninguna limitación.
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El compromiso es con el Externado
EL RADICAL tiene un compromiso imborrable con la Universidad y estas páginas seguirán abiertas para que quien quiera aplaudir o censurar las actuaciones de la nueva administración, lo haga sin tapujos, sin miedo y sin ninguna limitación.
Soplando nuevos vientos en la Universidad Externado de Colombia, ahora de la mano tranquila de Hernando Parra Nieto, despojada de vanidades y de codicia, muchos miembros de la comunidad externadista se aproximan indagando por el futuro de este esfuerzo periodístico.
La preocupación mayor, que con razón alimentan muchos de nuestros lectores, es cómo se resolverá por la nueva dirección de EL RADICAL la postura frente a la nueva administración, si en el largo recorrido para que fuera designado el nuevo conductor de los destinos del Externado, entre los denominados “cuatro gatos”, no solamente estaba quien hoy es rector sino un grupo de profesores que prendió la mecha de la inconformidad y movió los cimientos que impedían pensar en el rescate de la Universidad que nos pertenece a todos y no a ninguna familia.
Lo primero es recordar que EL RADICAL surgió como una necesidad de que en el Externado pudiesen expresarse voces disidentes, entonces aplastadas. Si la vanidad no fuera una pasión ajena a quienes emprendieron con inmenso sacrificio personal este empeño de publicar un periódico en las condiciones mas adversas, podría decirse que se hizo historia en esta Institución que ya pisó los 135 años de vigencia.

En efecto, por primera vez al interior del Externado, un grupo de profesores independientes de distintas tendencias ideológicas, unidos solo por el amor al Alma Mater, crearon este periódico bautizado como EL RADICAL, para rendir homenaje a los orígenes que nos inspiraron y que estaban extraviados en una administración burocratizada e incapaz de rendir cuentas.
La anterior administración recibió mal este esfuerzo transparente y libertario que ratificaba la condición de hombres y mujeres libres que han de educarse en el Externado. Ni siquiera la Facultad de Comunicación Social de la Universidad, que jamás ha propiciado la fundación de ningún medio al interior de la misma Institución, no consideró que era su deber si no sumarse a esta audaz actividad, al menos haber recibido con beneplácito lo que era una expresión legítima en defensa de la Universidad. Esta es la hora en que la silente actitud de esa Facultad se traduce en la poca credibilidad y entusiasmo que suscita en toda la comunidad externadista.
En su momento, EL RADICAL invitó a muchos a que escribieran y expresaran sus opiniones, y no fue posible atraer a nadie, lo cual fue explicable. Fue clara la instrucción del anterior rector, su temible secretaria general y la incompetente decana de Derecho, que todo aquel que se atreviera a prestar una colaboración a este medio, sería objeto de represalias o por lo menos no sería bien visto en el excluyente quinto piso. Muy pocos se atrevieron a aceptar la invitación de escribir aquí, por ejemplo, el exalumno Felipe Zuleta, con una columna laudatoria del entonces rector, que sin censura ni restricción de ninguna especie se publicó para honrar el ambiente pluralista que se quiso rescatar en la hora más oscura de la Universidad.
Cambiada la administración en el Externado, ello en modo alguno significa que este periódico perdió razón de ser. Por el contrario, hay que seguir en esa misma actitud enhiesta porque lo que se sembró ya ha dado frutos. Por supuesto el tono ahora no será igual de ardiente al que inicialmente tuvieron las primeras páginas y emisiones, porque estamos esperanzados en que el Externado siga recuperándose ahora de lo que fueron los últimos nueve años de mediocridad, oscurantismo y persecución.
Pero que nadie se equivoque. EL RADICAL tiene un compromiso imborrable con la Universidad y por eso estas páginas seguirán abiertas para que quien quiera aplaudir o censurar las actuaciones de la nueva administración, lo haga sin tapujos, sin miedo y sin ninguna limitación. Eso comprende inclusive a los fogosos contradictores que promovieron un comunicado agresivo contra los responsables de EL RADICAL, a quienes el rector Parra Nieto, en un gesto que habla bien de su talante, les ha tendido mano amiga con bandera blanca de la reconciliación que fue esquiva durante el período del anterior rector y su cohorte de aduladores.
EL RADICAL abre sus páginas a todos, en el entendido que quién quiera escribir en cualquier sentido, es porque interpreta que esa es su visión de lo que ha de ser el Externado del inmediato presente y el futuro que se nos avecina. ¡Bienvenidos, todos!


EL RADICAL vive
Seguiremos en este empeño de mantener una antorcha que permita ver con claridad el presente y el futuro de nuestra Universidad Externado y, desde luego, sin olvidarnos de su pasado.
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EL RADICAL vive
Seguiremos en este empeño de mantener una antorcha que permita ver con claridad el presente y el futuro de nuestra Universidad Externado y, desde luego, sin olvidarnos de su pasado.
Este periódico virtual se fundó como un medio de expresión que permitiera la difusión del pensamiento de algunos profesores inconformes con muchas cosas que estaban acaeciendo en la Universidad. Ese esfuerzo fue premiado por la comunidad externadista que silenciosamente leyó con puntualidad los editoriales, columnas y disfrutó las picantes caricaturas, material todo concebido en función de informar hechos y circunstancias que el esquema de poder del Externado había vuelto secretos inabordables.
Este esfuerzo periodístico ha sido posible gracias al apoyo de un grupo de profesores desprendidos que no vaciló en encontrar el rumbo perdido de los miles de mujeres y hombres que se han educado en el Externado y continúan sintiéndolo como parte inescindible de sus propias convicciones y existencias.
EL RADICAL agradece el respaldo y acogida de profesores, personal administrativo y de los estudiantes. Sin esa presencia, seguramente esta aventura no se habría prolongado hasta hoy.
Posesionado ahora el nuevo rector son muchas las voces que nos indagan si EL RADICAL continuará publicándose y por eso, sin vacilación de ninguna especie, informamos que seguiremos en este empeño de mantener una antorcha que permita ver con claridad el presente y futuro de nuestra Universidad, y, desde luego, sin olvidarnos de su pasado. No sería leal ni agradecido que ahora en el umbral de la nueva administración esta publicación se extinguiera, porque su papel sigue teniendo vigencia.
Los tiempos que se iniciaron y que ya empezamos a transitar, sin duda son diferentes a los tempestuosos que tuvimos que vivir desde 2012 y en particular los últimos tres años. EL RADICAL pone su mirada esperanzada en que la nueva administración encontrará por fin el rumbo extraviado de la Universidad, para que siga teniendo el respeto y credibilidad en la sociedad como un centro educativo pluralista, diverso, tolerante, libre, que no pertenece a nadie en particular y menos a ninguna familia, que dibujará una Universidad de todos, por todos y para todos que honre la estirpe de nuestros mayores.
EL RADICAL considera que debe continuar su labor vigilante en la seguridad de que será oído no como un grupúsculo de enemigos, como nos estigmatizaron en el pasado reciente, sino como una congregación de hombres y mujeres libres y de buenas costumbres que tienen la certeza de que el control es sano como peligroso prescindir de él.
Estas páginas aplaudirán los aciertos de la administración que se inicia y criticará lo que considere errado, porque no le puede volver a suceder a la Universidad que se ufana de ser la más liberal del país, que en sus salones libertarios se fortalezca una administración totalitaria y de espaldas a los muchos estudiantes que siguen tocando las puertas de nuestra Casa.
Al lado de esa postulación irrenunciable, EL RADICAL también continuará pendiente de divulgar sucesos e informaciones que se mantuvieron ocultas durante la pasada administración, no con el ánimo de dividir ni estigmatizar, sino de mantener la fe incancelable en la “sagrada heredad” que nos legaron desde Nicolás Pinzón a nuestros días. En efecto, es preciso que todos conozcamos el tamaño del preocupante déficit que hoy acosa la Universidad, así como la responsabilidad de quienes tuvieron el manejo durante estos últimos años. Ese derecho es irrenunciable y estas páginas interpretan con responsabilidad ese pedido de quienes con razón nos exigen que este periódico siga viviendo y circulando.
Por supuesto lo que fuese necesario informar o divulgar no se hará ni arbitrariamente ni a espaldas de quienes tengan derecho a dar explicaciones, porque todos tienen las puertas abiertas para escribir columnas, artículos o expresar de cualquier manera sus opiniones, así no las compartamos.
Del mismo modo, EL RADICAL en esta nueva etapa invita formal y masivamente a profesores, personal administrativo y alumnos a que escriban y envíen sus contribuciones. Si ya ganamos un espacio en épocas difíciles en trance de superación, queremos seguir conservándolo en el porvenir y eso solo será posible si nuestra comunidad se siente liberada de la presión o amenaza subliminal que padeció, la cual les impidió a muchos hacer presencia aquí, como lo hubieran querido. Que nadie se sienta excluido, este medio de expresión es un órgano de difusión del muy vasto pensamiento externadista del que todos somos voceros autorizados. Bienvenidas, pues, todas las manifestaciones que se nos hagan llegar.
Por razón de los últimos sucesos administrativos, EL RADICAL deja testimonio público del agradecimiento a los profesores Néstor Osuna y Hernando Parra, precedentes directores de este medio.


EL RADICAL sigue adelante
Este periódico seguirá circulando como un órgano de opinión libre, crítico e independiente, al servicio de la comunidad académica de la Universidad Externado.
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EL RADICAL sigue adelante
Este periódico seguirá circulando como un órgano de opinión libre, crítico e independiente, al servicio de la comunidad académica de la Universidad Externado.
La elección del profesor Hernando Parra como rector del Externado es una estupenda noticia para la Universidad y para el país: la casa de estudios podrá recuperarse de su década perdida y buscará modernizarse y perfeccionarse bajo las orientaciones del rector escogido, por primera vez en la historia de la institución, previa expresión del voto de profesores y estudiantes. Para este fin, el Profesor Parra contará con la colaboración de una comunidad académica que se volverá a encontrar y a hacer vida académica en libertad. El país, por su parte, tan huérfano en los tiempos actuales en pensamiento crítico y en producción científica en ciencias sociales, podrá recuperar un foro de referencia en este centro de educación superior de alta calidad.
¿Qué futuro le espera, en esas coordenadas, a este periódico que surgió como un ejercicio de libertad de expresión crítico del gobierno universitario que ahora termina?
EL RADICAL nació como una alternativa necesaria para un grupo de profesores que nunca encontró interlocución en las directivas y que, por el contrario, chocaba con una cortina de opacidad y soberbia impuesta por ellas. Aunque el esfuerzo de mantener el periódico ha estado a cargo de un puñado de profesores de la Universidad y el rector Henao desdeñosamente nos intentaba apocar llamándonos “cuatro gatos”, con cada nueva edición encontrábamos más eco en nuestras inquietudes y descubríamos que nuestra percepción inicial sobre el errático rumbo de la Universidad era acertado, que la mayor parte de la comunidad universitaria compartía muchas de nuestras propuestas y críticas, aunque permanecía callada por resignación o por temor a represalias. Varias elecciones y consultas arrojaron resultados que coincidían con nuestras ideas y evidenciaban a una administración sorda y encerrada en sí misma. Podríamos decir, en síntesis, que las denuncias y los análisis que venía publicando este periódico encontraban eco en la comunidad universitaria y que, de igual modo, el gobierno de la institución nos proporcionaba insumos más que suficientes para alentar esa postura crítica.
A partir de ahora, uno de los columnistas habituales de EL RADICAL, quien además fue su director durante un buen tiempo, se desempeñará como rector de la Universidad. Es evidente que el profesor Parra Nieto asumirá de tiempo completo la responsabilidad que carga sobre sus hombros y se deslindará del periódico. Le agradecemos su colaboración en este camino recorrido, su sindéresis y su gallardía, y por supuesto le deseamos lo mejor, no sólo para él, sino para toda la Universidad. Públicamente le manifestamos que cuando a bien lo tenga, siempre tendrá un espacio en EL RADICAL para publicar sus inquietudes, aunque entendemos que se deba retirar por completo del consejo editorial del periódico.
En esas coordenadas, ¿cuál debe ser el norte de este órgano libre de expresión universitaria que surgió en la oposición pero que ahora no faltarían quienes lo ubiquen como cercano al gobierno de la institución?
Estamos convencidos de que la vida académica es una fuente permanente de reflexiones y controversias que merecen ser expresadas en público, de modo que se puedan debatir racionalmente todo tipo de asuntos, que bien pueden ser científicos, pedagógicos, políticos, gremiales o de coyuntura, y frente a todos ellos EL RADICAL continuará con su línea editorial de ser un órgano libre, independiente y crítico.
Los episodios electorales que acaba de protagonizar el Externado marcaron una época de cambio, pero la Universidad sigue, y por tanto el impulso intelectual de su comunidad continúa, más vivo que nunca. Ahí estará EL RADICAL, que incorporará nuevas plumas habituales y que reitera, con sinceridad, la invitación que en varias ocasiones le hemos hecho a toda la comunidad universitaria para que participe con sus luces en este espacio.
EL RADICAL ha sido y seguirá siendo un espacio para el pensamiento y la discusión. Frente a la nueva administración, no pondrá obstáculos pero tampoco será complaciente: ejercerá su función con serenidad, objetividad, independencia y autonomía.


La austeridad selectiva del rector Henao
Informe especial de EL RADICAL revela los viajes al exterior del rector, su Secretaria General y varios de sus decanos.
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La austeridad selectiva del rector Henao
Informe especial de EL RADICAL revela los viajes al exterior del rector, su Secretaria General y varios de sus decanos.
Por decisión de la administración universitaria que ahora termina, tanto estudiantes como docentes del Externado hemos padecido una política de austeridad draconiana que ha asfixiado varias actividades académicas, culturales y hasta deportivas que la Universidad ha debido propiciar y estimular, si en verdad estaba interesada en la modernización, competitividad e internacionalización de la casa de estudios.
En ese contexto, una queja recurrente ha sido la de la avaricia ofensiva en la financiación de la participación de nuestros docentes en eventos académicos, ya sea dentro o fuera del país. Son frecuentes los casos en los que se sugiere que la presencia en tales congresos o jornadas es importante para la Universidad, pero que los gastos correspondientes deben ser asumidos por los docentes interesados como un gesto de solidaridad con la institución, y otros en los que esta casa de estudios ofrece una financiación precaria y parcial, como ocurrió en un ejemplo que se suele recordar, en el que el Externado sufragó la mitad de cuatro pasajes aéreos, sin gastos de alojamiento y manutención, para un evento al que habían sido invitados ocho profesores que intercambiarían conocimientos y criterios académicos con sus pares de varios países. También, ha llegado en varias ocasiones a EL RADICAL la queja de raseros distintos en la financiación de esos viajes, sin razones que pudieran explicar ese trato diferenciado.
Ante esa situación, este periódico adelantó una investigación entre noviembre de 2020 y febrero de 2021, sobre la financiación de viajes al exterior del rector Henao, la secretaria general, Marta Hinestrosa, y los decanos de las distintas facultades. El resultado de esa indagación fue sorprendente: la austeridad proclamada por el rector es selectiva, no se le aplica ni a él ni a sus colaboradores cercanos, y las restricciones, requisitos y obstáculos que suelen imponerse al resto del profesorado y el estudiantado de la Universidad cuando tienen programado un evento académico fuera del país no existen cuando se trata de los viajes del rector y sus cercanos, con el agravante de que algunos de esos eventos no siempre tienen relación con el objeto de la Universidad.
Los viajes del rector y sus gastos de representación
El doctor Juan Carlos Henao hizo 35 viajes internacionales financiados por la Universidad durante los ocho años de su rectoría (desde la irrupción de la pandemia en marzo de 2020 no se registra ningún viaje).
Las motivaciones de esos periplos tienen justificaciones tan variadas como la de impartir una conferencia en un congreso de derecho romano en Pekín (que se sepa, el rector no es especialista en derecho romano, ni Pekín es un foro romanista reconocido), o la de formar parte de la comitiva que acompañó al Presidente de la República a una visita oficial a Francia, así como acompañar a ese mismo mandatario, en otra ocasión, a la entrega del premio Nobel de Paz en Oslo (no se pone en duda la importancia del premio, pero ese glamoroso evento no pareciera una actividad relacionada con el objeto de la Universidad que debiera financiarse con sus recursos), o sus frecuentes visitas a París para reunirse con colegas que ya son viejos conocidos en Bogotá y con becarios de nuestra institución, en algunos casos para asistir a sus sustentaciones de tesis de doctorado, lo cual no suele ocurrir en Bogotá.
De todos esos viajes llama la atención lo siguiente: según se le informó a EL RADICAL, desde el año 2008 existen unas tarifas de gastos de viajes al exterior que comprenden, además de los tiquetes aéreos, las sumas correspondientes a transporte, alojamiento y manutención. En ellos no figura ningún rubro denominado “Gastos de representación”, algo que, por el contrario, sí se encuentra en prácticamente todos los 35 viajes del rector Henao, y que asciende a la suma de $387’261.524 (sí, más de trescientos ochenta millones de pesos). Eso se cuenta aparte de los gastos pasajes aéreos, alojamiento y manutención, que son rubros separados.
Nadie duda que en otros ámbitos, ya sean empresariales o de la administración pública, se suelen reconocer viáticos y gastos de representación con una generosidad para muchos tentadora, generosidad de la cual el rector de la “austeridad draconiana” se dejó contagiar gustoso, aunque ello le acarreara contrariar su propio discurso. Por lo demás, no resulta coherente esa cifra de gastos con una afirmación del propio doctor Henao en la respuesta a uno de los derechos de petición presentados por EL RADICAL, en la que afirmó que “el suscrito tiene la misma tarifa de gastos de viaje que la de los decanos y directores”.
Decanos amigos y no tan amigos
El segundo directivo más viajero del Externado es el doctor Alejandro Beltrán, decano de la Facultad de Administración de Empresas y fiel aliado del rector en el consejo directivo de la Universidad de tiempo atrás, pues su esposa es antigua funcionaria del Externado desde la rectoría del doctor Fernando Hinestrosa.
En 20 ocasiones la Universidad le financió viajes fuera del país durante el mismo lapso. El espectro de tales viajes también es amplio, pues abarca desde la asistencia a un “curso para docentes de América Latina” ofrecido por el “Instituto Europeo di Design” (una red de escuelas de diseño, principalmente de modas, con sede principal en Milán y sucursales en España y Brasil), numerosas reuniones de decanos en distintas ciudades del mundo y hasta la asistencia a una conferencia de tres días en Nashville (Estados Unidos), en la cual, además de los gastos de viaje, la Universidad le financió la inscripción al cursillo, por valor de $ 4’740.048. En total, para seguir con ese ejemplo, por ese viaje a un evento de tres días el Externado le sufragó al decano Beltrán gastos por $11’560.392.
La decana de la Facultad de Comunicación Social, doctora Amalia Camacho, también ha sido viajera consentida por la Universidad, con 13 viajes al exterior financiados por la institución.
Esa profusión de viajes y generosidad en la formación de unos decanos contrasta con algunas figuras ausentes en la información suministrada a EL RADICAL: al doctor Mauricio Pérez, profesor reconocido y sobresaliente, quien durante muchos años fuera decano de la Facultad de Economía, nunca se le financió un solo peso por viajes al exterior. Tampoco se les financiaron viajes a las dos sucesivas decanas de la Facultad de Ciencias de la Educación, doctoras Miryam Ochoa y Cecilia Dimaté.
El “Foro Ejecutivo Ellucian” en la Florida
Un episodio singular llama en especial la atención, entre la información a la que ha tenido acceso EL RADICAL. Se trata de un viaje que hicieron juntos el rector Henao y la secretaria general a Orlando, Estados Unidos, entre el 17 y el 19 de marzo de 2017, a una reunión llamada “Foro Ejecutivo Ellucian”. Ellucian es una empresa que provee programas de software a instituciones de educación superior. Su logo puede verse en algunas de las pestañas de la página web del Externado.
Que se sepa, ni el rector ni la secretaria general son expertos en informática, ni están en condiciones de aportar mayor cosa a una reunión de una empresa dedicada a esas actividades. Pero al parecer, unos días en la Florida bien pueden excusar esas carencias. Lo primero que resulta visible en las cuentas de este viaje es que siendo las mismas las ciudades de origen y de destino, los pasajes de avión tuvieron tarifas tremendamente distintas. Por el del doctor Henao la Universidad pagó $7’353.940, mientras que por el de la doctora Hinestrosa canceló mucho menos: $1’935.517. ¿El rector de la austeridad selectiva viaja en clase ejecutiva y manda a su poderosa secretaria en silla económica?
Pero esa diferencia tiende a equilibrarse si se miran los gastos de transporte terrestre. Por esa estancia de tres días en la Florida, la secretaria Hinestrosa le pasó al Externado, con miras a la justificación de su financiación, facturas que ascendían a $1’591.567, correspondientes a alquiler de carros y servicios de transporte privado (taxis, Uber y similares). Además, según información a la que ha tenido acceso EL RADICAL, la secretaria general le remitió a la Universidad, como justificación de gastos en ese viaje, bajo el rubro “otros gastos”, varias facturas del 20 de marzo de 2017 (el viaje era del 17 al 19 de marzo), una en una “Trattoria Romana”, por $910.139, otra, en “Flening´s” por $317.920 y otra más, de la misma fecha, en “Neiman Marcus”, por $492.143. Vale aclarar que, por ejemplo, Neiman Marcus es una lujosa tienda por departamentos especializada en moda, con sucursales en numerosas ciudades de los Estados Unidos. En su reporte de los gastos de ese viaje también aparecen pagos en Walmart, Costco y algunos restaurantes, además de gastos en el Hotel Hilton de Orlando.
Ante esta aparente anomalía por esos gastos, EL RADICAL le preguntó de modo explícito a la doctora Hinestrosa, mediante otro derecho de petición, que aclarara si ella efectivamente había solicitado el reembolso de esos gastos. En su respuesta afirmó lo siguiente: “en relación con la aclaración que usted pide, esto es, si con ocasión de ese viaje solicité reembolsos por los pagos hechos en Walmart Neighborhood Market ($415.544), Neiman Marcus Restaurants ($492.143), Trattoria Romana ($919.139), Costco Wholesale ($71.812) y Areas USA MCO LLC ($68.849), debo manifestarle que los consumos y los montos se circunscriben estrictamente a gastos de viaje (manutención)”.
En esa respuesta, la secretaria general también aclara que, dado que la tarifa vigente para gastos de viaje a los Estados Unidos es de USD400 diarios, ella recibió USD1.200 por ese concepto. Aunque el documento de justificación de gastos que luego le presentó a la Universidad por ese viaje excede notablemente de ese monto, manifestó que ella nunca reclamó ninguna suma adicional a la inicialmente recibida. La respuesta de la secretaria general no se refirió al hecho de que varios de esos gastos aparecen con fecha posterior al del vencimiento del viaje.
Ahora bien, más allá del monto exacto de los reembolsos recibidos por la doctora Hinestrosa, del traslapo entre gastos de alquiler de carros y de taxis, de su apetito –que al parecer se desborda en esas ocasiones, sobre todo habida cuenta de que, como bien lo saben todos los profesores del Externado, la Universidad no sufraga el consumo de vino ni de ninguna bebida alcohólica –¿o esa regla también es selectiva?–, de las compras en supermercados y una última comida en una tienda de modas, lo cierto es que este viaje es la antítesis del plan de austeridad predicado mas no practicado por el rector y su equipo.
¿Se justificaba la asistencia de dos altos funcionarios de la Universidad, ninguno de los cuales es experto en computación ni informática, a un evento de tipo empresarial -no académico- organizado por una empresa que suministra servicios informáticos para universidades? ¿Es normal que se legalice una comida por más de $900.000 y que se reembolsen los gastos de alquiler de automóviles?
Todo eso suena a derroche indolente, a gastos innecesarios y exagerados, a desmanes que no se compadecen con la genuina moderación republicana que es propia de los centros de estudio, ni mucho menos con esa austeridad draconiana establecida por el rector Henao, que como queda a la vista, era enteramente selectiva y discriminatoria.
Por fortuna soplan vientos nuevos en el Externado.
Respaldo documental
La información contenida en este escrito está respaldada por datos provenientes de la Universidad, que se anexan en su integridad a este escrito, organizados así:
El archivo 1 corresponde al primer derecho de petición, en el que se solicitó la información sobre los viajes al exterior de las autoridades de la Universidad.
El archivo 2 es la respuesta del rector Henao a esa primera solicitud, en la cual se negó a suministrar la información sobre los gastos de viajes, con la peregrina tesis de que se trataba de datos personales amparados por el derecho a la intimidad.
A esa respuesta corresponden dos anexos, rubricados aquí como archivo 3 y archivo 4, que contienen, respectivamente, la lista de viajes del rector, la secretaria general y los decanos, sin información sobre los gastos, y una copia de una hojita del año 2008, en la que se fijan las tarifas para gastos de viajes al exterior.
El archivo 5 contiene el escrito de reposición a la primera respuesta dada por el rector, y en el mismo se solicita nueva información relacionada con viajes anteriores. En ese escrito se prueba que no es cierto que se estuviera solicitando información reservada.
El archivo 6 contiene la respuesta parcial a esa segunda petición. En esa respuesta el rector rectifica su criterio inicial y suministra los gastos de viaje sufragados por la Universidad en cada ocasión, en un anexo que aquí se inserta como archivo 7.
Luego de eso remitió en dos ocasiones información complementaria, mediante el archivos 8 y archivo 9.
En el archivo 10 se puede leer la solicitud de EL RADICAL a la secretaria general sobre los gastos de su viaje de 2017 a la Florida, y en el archivo 11 su respuesta.
Finalmente, en el archivo 12 se anexa el “reporte de gastos de viaje” de la secretaria general, al que tuvo acceso EL RADICAL gracias a una buena fuente.
Quien pueda leerlos, así sea por simple curiosidad, encontrará aún más detalles a los que se mencionan en este informe.


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La consulta a la comunidad universitaria del Externado despeja el camino para la designación del próximo rector y le señala el rumbo a la Universidad.
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Volver al cauce
La consulta a la comunidad universitaria del Externado despeja el camino para la designación del próximo rector y le señala el rumbo a la Universidad.
Por fin, después del estancamiento de los últimos años, el Externado reivindica su liderazgo y acaba de darle un ejemplo al país sobre la participación de la comunidad universitaria en la gestión de sus asuntos. No se conocen antecedentes de un ejercicio democrático de tal alcance en ninguna otra universidad privada de Colombia.
La consulta de la semana pasada para la designación del rector ha sido un paso más en ese sentido, importantísimo, que le augura un buen futuro a la institución, pero al que no se habría llegado sin la persistencia y la organización de estudiantes y docentes que han asumido como propia a su Universidad. Decimos “propia”, en el sentido del compromiso “republicano” de la comunidad con el proyecto común de Universidad, y no en ese otro sentido, que tanto desvela a algunos, del manejo de los activos económicos del Externado, los cuales, nunca está de más repetirlo, no son el fin de la institución, sino unos medios que le permiten ejercer su autonomía universitaria en serio.
Este florecimiento democrático ha puesto una vez más en evidencia el carácter contestatario y libre del Externado. Nuestra universidad nació como un recio ejercicio de resistencia frente al autoritarismo gubernamental y a lo largo de su historia nunca se ha plegado a dictaduras ni a componendas: por igual ha rechazado los embates que desde afuera la han amenazado en varias ocasiones, así como el que ahora venía enquistándose en el gobierno de la institución. Los externadistas hemos fijado el rumbo de la Universidad para los próximos años, desatascándola de la crisis que causó una administración incapaz de entender las dinámicas académicas contemporáneas y sumida en un marasmo de vanidades personales que no han hecho más que entorpecer su desarrollo.
No causa extrañeza que desde fuera de la Universidad haya voces escandalizadas con la democracia universitaria del Externado, así como con la controversia pública y franca de nuestros desacuerdos. Los dogmáticos de siempre, que abundan en este país -y de los que también tenemos ejemplares en el Externado-, siempre verán con horror la democracia, la discusión franca y la controversia pública. Intentan descalificar y caricaturizar el hecho de que no nos comportemos como una confesión disciplinada y silenciosa: a todos ellos, los de afuera y los de adentro, les hemos señalado que en el Externado nos nutrimos y crecemos con el desacuerdo, sin pretensiones de unanimidad. Eso nos hace grandes y fuertes.
Es cierto que la coyuntura de la designación del rector ha captado la atención de varios medios de comunicación, cosa apenas obvia ya que se trataba, como bien se sabía, de una institución universitaria que es propietaria de una cuarta parte de un grupo financiero nacional, cuyo anterior rector es considerado casi un prócer nacional y en la que el actual no ha escatimado esfuerzos por ganar protagonismo en el foro público; a todo ello se agregaba que entre los candidatos había un reconocido colega que había sido magistrado de una alta Corte, Procurador General y Contralor General. Por lo demás, si es cierto que el Externado es la más pública de las universidades privadas del país, no debe suscitar desgarramiento de vestiduras que el debate interno del Externado se recoja por periodistas y analistas, a veces sin objetividad y con claro sesgo politizado.
Los externadistas sabemos distinguir entre la información veraz y la falaz, y tenemos suficiente discernimiento para saber lo que hay detrás de comentarios benévolos o malévolos en periódicos, noticieros o programas de opinión. Obligado resulta mencionar, eso sí, la incoherencia de las voces internas que se dolían por esa notoriedad pública cuando los comentarios no favorecían sus preferencias, pero celebraban o callaban ante los que se emitían en sentido contrario.
El Externado que viene surgiendo está liderado por una comunidad universitaria activa y exigente y por un consejo directivo renovado, cuyos miembros, mayoritariamente, dialogan sin temores con esa comunidad; la representación estudiantil ha sido ejemplar, así como la de los profesores del grupo “Diálogo Externadista”; a ese equipo se sumará próximamente el profesor Hernando Parra, a quien por una mayoría abrumadora hemos preferido como rector para los próximos años.
Su designación formal por parte del Consejo Directivo ha pasado a ser un simple asunto de trámite, ante el mensaje claro e incontrovertible de la comunidad universitaria. Si bien la consulta realizada tenía el anuncio de no ser vinculante, lo cierto es que con el contundente resultado en el que Hernando Parra consiguió, más del 82% del voto profesoral y del 65% del estudiantil, no elegirlo, más que un crimen, sería una insensatez y de paso un desafío a la moralidad pública, además de una ofensa irreparable a un Externado libre, enhiesto y decidido. El profesor Parra sumará así a sus excelsas calidades personales y a su conocimiento profundo de la Universidad, una legitimidad que le permitirá encauzar todos los anhelos de cambio y modernización por los que clama la comunidad universitaria.
Es importante mencionar el aprendizaje enorme que tuvimos todos, candidatos incluidos, en los debates y entrevistas en la competencia por la rectoría. Muchas personas conocíamos parcelas del devenir universitario, pero la visión panorámica que se pudo apreciar en estas semanas nos aleccionó sobre una comunidad muchísimo más rica y diversa de la que teníamos en mente, y así mismo, en algunos momentos nos causó estupefacción ante la denuncia de problemas que muchos -también aspirantes incluidos- no conocíamos ni imaginábamos. ¡Qué bueno que hayamos podido reencontrarnos en esos debates y saber lo que somos, lo que anhelamos, de lo que nos dolemos y hacia dónde queremos ir! Los profesores Maya, Lafont, Estrada y Parra intercambiaron argumentos, respondieron preguntas difíciles, aceptaron desafíos que no habían planeado y, con toda seguridad eso les hizo reflexionar, al igual que a quienes veíamos los debates desde la barrera, sobre los desafíos, retos y fortalezas de nuestro Externado. Nos sorprendió, también hay que decirlo, que ninguno de ellos, incluyendo los que sabíamos que pretendían cierto continuismo, resaltaran algún logro significativo de la actual administración, tema sobre lo cual será mejor profundizar en otra ocasión. En todo caso, creemos que de esta experiencia salimos ganando todos, aun los que después de la votación han manifestado con amargura que sus candidatos no fueron favorecidos por la comunidad.
Por supuesto en las páginas de El RADICAL estamos de plácemes con los resultados electorales de los profesores Parra y Estrada. Este periódico, al que en algún momento alguien señaló de estar integrado y leído solamente por “cuatro gatos”, en verdad está mucho más conectado con la comunidad universitaria que sus detractores. Al profesor Parra, desde ya, le auguramos éxitos en su gestión y lo abrazamos fraternalmente. Su arribo a la rectoría significará un nuevo aliento para esta casa de estudios ya vieja, pero a la vez tan joven. El Profesor Estrada, por su parte, ha sido la revelación de estas justas, con su mensaje claro, frentero y lúcido. Tenemos presente y futuro.
EL RADICAL ha tenido una voz vigorosa y firme en estos arduos tres años de debates y confrontaciones con la administración que termina, pero así como inició una cruzada para rescatar la Universidad, ahora, caído el telón de la contienda electoral, tiende la mano externadista a todos los miembros de la comunidad para reconstruir lo que estaba en peligro y retomar las horas perdidas.


Ecos de la consulta
Pese a los obstáculos puestos por la administración, el Externado avanza en su proceso de democratización.
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Ecos de la consulta
Pese a los obstáculos puestos por la administración, el Externado avanza en su proceso de democratización.
Por segunda vez, en menos de un año, la comunidad externadista, profesoral y estudiantil, se manifestó colectivamente, dejando en claro su deseo de que cambien las cosas en el Externado. Primero, la elección de representantes de profesores en el Consejo Directivo y la semana que pasó la consulta generalizada que, a pesar de su accidentado epílogo, mostró la preferencia por el nombre del profesor Hernando Parra como nuevo rector.
El Externado habló duro y claro. Lo que ahora sigue es no ignorar el libreto que quedó sellado en las urnas.
Son varias las lecciones que quedan de este experimento que por primera vez se ensaya en una universidad colombiana, justo es decirlo, no por iniciativa de la administración, sino de fuerzas independientes y autónomas. Lo que vivió el Externado debe ser imitado en todos los centros educativos del país que estén empeñados en construir escenarios auténticamente democráticos.
Una primera enseñanza que deja esta jornada electoral es la de que los externadistas no comen cuento a los rumores, infundios o campañas soterradas que se mueven en las salas de redacción de los medios de comunicación. En efecto, mientras en un conocido medio radial, un reputado periodista el día en el que se inició la votación de la consulta daba por hecho que ganaría el doctor Edgardo Maya, los resultados lo ubicaron en cuarto y último lugar, lo que a la postre lo llevó a “renunciar” irrevocablemente. No son fieles ni certeros los cálculos de los opinadores e informadores, como no lo fueron hace nueve años, cuando desde un noticiero de televisión también aseguraban que el rector sería otra persona diferente de la que fue designada.
La otra gran lección que quedó de esta consulta fueron los sucesos a los que asistimos estupefactos. En primer término, la extraña convocatoria de la rectoría al discernimiento de títulos a los profesores para el primer día de la elección, fue una indebida intromisión en el proceso electoral por parte de la administración. Entregar diplomas a los profesores en trance de elegir un rector, cuando quien convocaba claramente tenía candidatos propios, no fue, por decir lo menos, una señal ni siquiera amable. Guardadas proporciones es como si un día antes de la elección presidencial el mandatario de turno organiza una entrega de casas regaladas.
Y peor todavía los discursos que el rector Juan Carlos Henao pronunció en esas ceremonias con empleados y profesores, exaltando la labor de la Secretaria General, precisamente la funcionaria cuya gestión desató buena parte de la fractura institucional que tendrá que reparar el nuevo rector. Tan inoportuna ponderación de una persona tan controvertida fue un desafío y al mismo tiempo una provocación, porque constituyó una señal subliminal al electorado para que favoreciera a uno de los aspirantes ungido por el favor rectoral, la que a pesar de haber resultado fallida en todo caso fue desleal y nada garantista. A ello se agrega la entrega de información selectiva por parte de la administración, para favorecer un único candidato.
Pero todavía faltaba el vergonzoso y escandaloso episodio protagonizado por la firma YanHaas y la propia rectoría, quienes acuñaron la peligrosa tesis de que para evitar filtraciones darían los resultados sin suministrar los nombres de los candidatos, dizque porque así lo había aprobado el Consejo Directivo, lo cual, obviamente sembró la penosa inquietud de que habría fraude. Y esa preocupación resultó legítima porque en la antesala de la consulta la rectoría fue reacia a que se contratara un firma externa e independiente y a que hubiera veedores y testigos electorales. A regañadientes el rector y su segunda aceptaron contratar una firma que resultó ser YanHaas, cuyo profesionalismo y seriedad quedó en entredicho en esta ocasión. En efecto, la pretensión de entregar resultados sin divulgar los nombres de los candidatos, como lo sostuvo la firma auditora con el apoyo del rector, sin duda, ha quedado como muestra de un suceso insólito que nadie creería que iba a sucederse en el templo del derecho y de la juridicidad de lo que supuestamente nos sentimos orgullosos en el Externado.
El resultado electoral ha sido contundente. A pesar de las voces de los malos perdedores que ahora se dan golpes de pecho porque la participación estudiantil tuvo un 42% de abstención, como si el 58% del estudiantado que sí participó, más el 78% del electorado profesoral, no fueran lo suficientemente significativos para tener por contundente la jornada electoral que señaló el camino y aseguró un futuro democrático y decente para la universidad.
¡Externado, presente!, hasta siempre.


EXTRA: conjura contra la consulta para la elección del nuevo rector del Externado
Ante la escasa acogida de las candidaturas cercanas a la actual administración, desde allí auspiciarán la abstención y las dificultades para votar.
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EXTRA: conjura contra la consulta para la
elección del nuevo rector del Externado
Ante la escasa acogida de las candidaturas cercanas a la actual administración, desde allí auspiciarán la abstención y las dificultades para votar.
EL RADICAL ha sido informado, de buena fuente, que la administración actual de la universidad a través de su secretaria general, doctora MARTA HINESTROSA REY, ha puesto en marcha una estrategia para deslegitimar la consulta al cuerpo docente para la designación del nuevo rector de la universidad.
Ante la creciente aceptación que van teniendo las candidaturas que no están plegadas a los designios del rector Juan Carlos Henao, y la tremenda aversión que ha suscitado aquella que más se identifica con esa administración, se ha acuñado una táctica encaminada a promover entre los profesores y probablemente ante algunos alumnos, la abstención y obstaculizar el ejercicio del voto. El propósito es desalentar a participar en la consulta, para que el resultado adverso al candidato de las preferencias rectorales sea menos contundente para el consejo directivo.
Ya venía siendo bastante sospechoso que cuando faltan apenas pocos días para esa consulta no se le haya informado a la comunidad profesoral cómo, dónde y cuándo serán las votaciones, qué se requiere para votar y cómo será el escrutinio. A ello viene a sumarse ahora la difusión del mensaje según el cual, como la consulta no es vinculante, no es deseable participar “para no desgastarse”.
Es muy preocupante que la secretaria general, quien debería dar muestras de neutralidad e imparcialidad, esté incidiendo de manera tan desconcertante en el proceso electoral que se avecina. EL RADICAL recuerda sus reparos a la designación de la secretaria general como máxima autoridad electoral, porque temía que se suscitara lo que ahora lamentablemente se está empezando a conocer.
Desde EL RADICAL consideramos que es menester denunciar esto que es un complot, para que toda la comunidad académica esté advertida de que, si se deja pasar esta ocasión histórica para hacer conocer su opinión, luego se intente desde el consejo directivo dar algún zarpazo con alguno de los candidatos que tienen menos aceptación entre la comunidad académica.


Rechazamos la guerra sucia
El Externado se merece un debate con altura y argumentos para la designación de su nuevo rector. El estilo de descalificación con mentiras, sembrado por esta administración, debe erradicarse para siempre.
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Rechazamos la guerra sucia
El Externado se merece un debate con altura y argumentos para la designación de su nuevo rector. El estilo de descalificación con mentiras, sembrado por esta administración, debe erradicarse para siempre.
No es la primera vez que desde la cumbre del Externado se desata una campaña de desinformación y desprestigio encaminada a minar la credibilidad de quienes no hacen parte del círculo pretoriano del quinto piso.
En efecto, por los primeros días en que empezó a fracturarse el reino que hoy nos gobierna, comenzó a tomar fuerza un rumor tejido con toda la maldad posible. El infundio consistía en propalar la especie de que quienes estábamos criticando los excesos de Juan Carlos Henao y su secretaria general Marta Hinestrosa, lo que buscábamos era debilitar su inmenso poder para sentar en la rectoría al ex profesor de la Universidad Eduardo Montealegre Lynett, sin duda una persona con recorrido y méritos para aspirar a esa dignidad.
Esa odiosa mentira la pusieron a repetir en boca de muchos de los que después creyeron que se hacían libres difundiendo un comunicado alevoso en contra de quienes decidimos no guardar silencio, al mejor estilo de Joseph Goebbels, el temido ministro de la propaganda nazi, quien acuñó la lapidaria estrategia de divulgar y reproducir las mendacidades porque algún día parecerán verdades.
La táctica de la inconformidad de unos pocos en el propósito de tumbar a Henao para reemplazarlo por Montealegre no fue obra del azar. Por aquellos días, Montealegre debió retirarse de la Universidad ante el beneplácito de Henao quien siempre lo vio como su potencial sucesor. Por esas calendas Montealegre estaba despidiéndose de su fiscalía defendiéndose de sus críticos y opositores, por lo cual resultaba expedito convertirlo en líder de la conspiración y potencial beneficiario de la misma. A pesar de que de todas las maneras esta versión ha sido desmentida, inclusive hoy con hechos cumplidos, todavía hay quienes haciéndole el mandado a Henao y su cohorte de aduladores repiten irresponsablemente la falacia detrás de la cual pretenden protegerse e imponer un sucesor.
El siguiente envión en esta campaña de desprestigio y desinformación vino ya con aires de calumnia. En efecto, como el cuentazo de la rectoría para Eduardo Montealegre no les caló, entonces soltaron la especie mentirosa de que los críticos de este estado de cosas lo que perseguían era adueñarse del dinero y las inversiones del Externado. Nada más falaz y malintencionado. Quienes se podrían apoderar del botín, como ellos consideran los activos y haberes de la Universidad, son quienes la manejan sin rendir cuentas, sin permitir que haya una auditoria independiente y viaticando cómoda y abundantemente en moneda extranjera.
Dice un viejo y sabio adagio que “el que ha sido no deja de ser” y ahora la historia parece que está por repetirse. Como se sabe, la Universidad ha iniciado por fin el proceso para elegir el nuevo Rector, por cierto, ungiendo como gran electora y responsable de lo que deba suceder en la jornada electoral a Marta Hinestrosa, lo que, por supuesto, es un desafío y una provocación a la transparencia y rectitud de la escogencia del sucesor de Juan Carlos Henao. Pero eso será otra historia.
Ahora lo que se ha conocido es que la cúpula de la Universidad se propone, una vez conocidos los nombres de los aspirantes que se inscribieron como aspirantes a Rector, ejecutar una campaña mediática para desprestigiar a aquellos que no sean de su agrado, por ejemplo, presentándolos ante la opinión pública como candidatos que, de ser elegidos, harían una purga generalizada administrativa que comprendería inclusive a profesores que hayan estado enfrentados a su nombre, y, quién lo creyera, repitiendo el novelón de que detrás de un candidato que no está arrodillado a Henao y su combo, está otra vez Montealegre.
Es decir, como ya no pueden propalar la versión de que lo que se pretende es que el Rector sea Montealegre, porque éste no se inscribió como candidato, ahora lo ponen a figurar como el manipulador de uno de los candidatos que la poderosa maquinaria quiere destruir anticipadamente. Se trata de intimidar con la desinformación y la mentira. En otras palabras, esos disociadores y difamadores pretenden mostrar como depredadores o manipulados por terceros esos candidatos a rector que no se ajusten a su libreto: los triturarán en los medios en los que pauta el Externado y en todos aquellos que acojan la infamia atroz de que esos fulanos lo primero que harían sería llegar a descabezar a sus críticos y a cobrar venganza, o que serían títeres, como lo son ellos, de un ex profesor al que han condenado la picota a través de chismes y consejas malvadas. Preparémonos, pues, para las fake news que ya empezaron y se multiplicarán en lo que resta de este proceso electoral.
La comunidad externadista tiene que estar advertida y consciente del peligro que se cierne sobre el proceso electoral, porque algunos están dispuestos a mentir, desinformar, difamar, desprestigiar, promover falsas noticias e intentar asustar a la comunidad externadista, para conservar el tesoro, que es como ellos consideran a nuestro Externado.
Quedamos todos notificados y advertidos de la guerra sucia que ya empezó a ejecutarse y que rechazamos desde EL RADICAL, frente a cualquiera de los candidatos inscritos. Por el contrario, les ofrecemos esta tribuna para que expongan con serenidad sus argumentos y propuestas, empezando por responder sin más dilaciones ni excusas de trámite el cuestionario que a todos les remitimos al conocer su inscripción, el cual publicamos en esta misma edición.


Uno de ellos será el próximo rector del Externado
Hernando Parra Nieto, Juan Pablo Estrada Sánchez, Rafael Ostau de Lafont P. y Edgardo Maya Villazón se inscribieron como candidatos para remplazar a Juan Carlos Henao en la rectoría del Externado. El Radical presenta aquí sus perfiles.
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Uno de ellos será el próximo rector del Externado
Hernando Parra Nieto, Juan Pablo Estrada Sánchez, Rafael Ostau de Lafont P. y Edgardo Maya Villazón se inscribieron como candidatos para remplazar a Juan Carlos Henao en la rectoría del Externado. El Radical presenta aquí sus perfiles.
El próximo viernes 13 de marzo se conocerá el nombre del nuevo rector de la Universidad Externado de Colombia y su elección estará a cargo de un renovado consejo directivo de ocho miembros, varios de las cuales no se identifican con el “continuismo ascendente” del rector Henao, ni con las posturas de la actual Secretaria General, Marta Hinestrosa.
Los candidatos son el Prof. Hernando Parra Nieto, profesor emérito, quien fue Secretario General del Externado durante catorce años, bajo la rectoría del Dr. Fernando Hinestrosa; Juan Pablo Estrada Sánchez, el candidato más joven, pero con más de 20 años de experiencia como profesor de la Facultad de Derecho y una exitosa trayectoria como abogado; Rafael Ostau de Lafont, profesor emérito de la Universidad, exmagistrado y expresidente del Consejo de Estado, y Edgardo Maya Villazón, exprocurador General de la Nación y excontralor General de la República.
Hernando Parra Nieto
58 años
Profesor emérito del Externado, en cuya facultad de derecho regenta desde hace treinta años la cátedra de obligaciones. Ampliamente reconocido por su labor como Secretario General de la institución durante más de 14 años. Es abogado del Externado (1985) y master en Derecho de la Universidad de Boston, Estados Unidos (2010). Cuenta con diplomados en arbitraje internacional de la Cámara de Comercio Internacional de Paris, Francia (2003) y negociación de controversias de la escuela de derecho de la Universidad de Harvard, Estados Unidos (2010).
Tiene más de 30 años de experiencia en el ejercicio de la abogacía. Ha actuado como apoderado en procesos nacionales e internacionales, en asuntos de responsabilidad contractual y extracontractual. Es árbitro del centro de arbitraje y conciliación de las cámaras de comercio de Bogotá y Medellín y conjuez de la Corte Constitucional. Fue secretario general y vicepresidente jurídico del Banco Colpatria.
Juan Pablo Estrada Sánchez
48 años
Ha sido profesor durante más de 20 años de la Facultad de Derecho del Externado, en los departamentos de derecho administrativo y procesal, en las asignaturas de contratos estatales, procedimiento administrativo, conciliación y arbitramento. También ha sido profesor en los posgrados de resolución de conflictos, derecho administrativo, contratación estatal y derecho procesal civil. Se ha desempeñado también, desde el año 2013, como profesor de la facultad de jurisprudencia de la Universidad del Rosario, en sus especializaciones en Derecho Administrativo y Contractual.
Es abogado de la Universidad Externado de Colombia (1993) con especialización en Derecho Público (1995) y Magister en Responsabilidad Contractual, Extracontractual, Civil y del Estado (2006), también del Externado
En su trayectoria profesional, se ha desempeñado como abogado litigante, asesor y socio de Estrada Mosos & Domínguez Abogados Asociados Ltda, desde 2002. Fue Secretario General del Ministerio de Justicia y del Derecho (1999 – 2020), Asesor de Despacho del ministro de esta cartera (1999), Asesor del Secretario General del Ministerio de Desarrollo Económico (1999) y Asesor General del Ministerio de Desarrollo Económico – Corporación Nacional de Turismo de Colombia (1997 – 1998). Actualmente es miembro del Instituto Colombiano de Derecho Procesal, y árbitro de la lista A del Centro de Arbitraje y Conciliación de la Cámara de Comercio de Bogotá.
Rafael E. Ostau de Lafont
68 años
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia, en donde ha sido profesor de derecho administrativo, constitucional, régimen de los contratos estatales, régimen del transporte, derecho procesal administrativo y procesos disciplinarios. También ha sido docente invitado en los postgrados de derecho administrativo y contratación estatal de las universidades de Cartagena, del Sinú (Montería), Santo Tomás (Bucaramanga) y del Instituto de Estudios del Ministerio Público de la Procuraduría General de la Nación.
Se graduó como abogado en el Externado y allí mismo como especialista en derecho Administrativo y Comercial. Adelantó luego estudios de Derecho Público Comparado en el Instituto de Estudios Europeos de Turín (Italia) y en Argumentación Jurídica en la Universidad de Alicante (España).
En su actividad profesional se ha desempeñado como Magistrado del Consejo de Estado (2003-2011), institución de la que fue presidente en el año 2009. Ha sido consultor de numerosas entidades públicas y privadas en asuntos administrativos y de Transporte. Fue Miembro y Presidente de la Comisión Redactora del actual Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo (Ley 1437 de 2011).
Edgardo Maya Villazón
69 años
Es un reconocido abogado y protagonista de la vida nacional, con una amplía trayectoria en la función pública. Fue magistrado del Consejo Superior de la Judicatura (sala jurisdiccional disciplinaria), Procurador General de Nación (2001-2009) y Contralor General de la República (2014-2018), así como concejal de su natal Valledupar y diputado del Cesar.
Es abogado del Externado, institución en la que también adelantó estudios de postgrado en derecho laboral y seguridad social. Ha sido profesor en las Universidades Externado y Jorge Tadeo Lozano. Fue presidente del Consejo Superior de la Universidad Popular del Cesar.


La educación virtual al servicio de la inclusión
Billy Escobar, exalumno y quien también fue directivo de la Universidad Externado, comparte con los lectores de EL RADICAL un video en el que hace una reflexión acerca de la importancia de la educación virtual en tiempos de pandemia.
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La educación virtual al servicio de la inclusión
Billy Escobar, exalumno y quien también fue directivo de la Universidad Externado, comparte con los lectores de EL RADICAL un video en el que hace una reflexión acerca de la importancia de la educación virtual en tiempos de pandemia.
En respuesta al video de Nuccio Ordine, de la Universidad de Calabria (Italia), que recientemente publicó EL RADICAL; el profesor Billy Escobar, experto en derecho social y educación, egresado de nuestra casa de estudios, plantea una visión diferente de la educación virtual.
Escobar expone los retos de la educación superior en tiempos de coronavirus y presenta las ventajas de la formación mediada por las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). Señala que, lejos de ser una simple herramienta tecnológica, su propuesta permite la democratización del saber; además, plantea que las universidades deben adaptarse al mundo de hoy para responder a las necesidades del ayer.
“La Educación virtual llega a lugares que durante años las instituciones y la academia ignoraron y a su vez acercan al docente y al alumno”, comenta Escobar y afirma que “el uso de herramientas tecnológicas, muy por el contrario, es un gran avance para la educación. Es una herramienta que ayuda a enriquecer las discusiones, que amplía el espectro, que aproxima a la gente y que democratiza y orienta el discurso a diferentes actores”.
Finalmente, expone una posición que es compartida por muchos: la educación virtual le acerca el mundo al estudiante, donde quiera que esté. “Esta modalidad tiene un alcance inusitado que trasciende ese lugar de la cátedra que es demasiado individual, muy animado hacia el ego del docente y muy alejado de la realidad”, concluye.
https://elradical.info/wp-content/uploads/2021/01/EL-RADICAL-RESPUESTA.mp4


Sentida reflexión de un docente en tiempos de pandemia
Solo los buenos profesores pueden cambiar la vida de un estudiante, no la pandemia, menos la virualidad.
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Sentida reflexión de un docente en tiempos de pandemia
Solo los buenos profesores pueden cambiar la vida de un estudiante, no la pandemia, menos la virualidad.
EL RADICAL difunde un video que tomó del BBVA y del Diario El País el cual grabó Nuccio Ordine, profesor de Literatura Italiana en la Universidad de Calabria.
En su narración, Ordine señala que “ninguna plataforma digital puede cambiar la vida de un estudiante, solo los buenos profesores pueden hacerlo”, sostiene el reconocido escritor y filósofo.
Para el humanista italiano, es fundamental no perder de vista la importancia de las relaciones humanas en este contexto y saber distinguir la emergencia generada por la pandemia de la COVID -19 de la normalidad: “¿Cómo podré leer un texto clásico sin mirar a los ojos a mis estudiantes, sin reconocer en sus rostros los gestos de desaprobación o de complicidad?” Y añade: “Estamos olvidando que sin la vida comunitaria, sin los rituales que regulan los encuentros entre profesores y alumnos en las aulas no puede haber ni transmisión del saber, ni formación auténtica”.
https://elradical.info/wp-content/uploads/2021/01/EDICION-26-EL-RADICAL.mp4


Saludo de fin de año
Desde EL RADICAL le enviamos a todos nuestros lectores un saludo solidario, con los mejores augurios para el año 2021.
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Saludo de fin de año
Desde EL RADICAL le enviamos a todos nuestros lectores un saludo solidario, con los mejores augurios para el año 2021.
Nuestros anhelos están relacionados, en primer lugar, con la superación de la pandemia que marcó este año 2020 de modo tan traumático para toda la humanidad y con el deseo de que Colombia pueda recuperar pronto los espacios de convivencia democrática y de construcción de ciudadanía que esa misma pandemia afectó tan significativamente.
Para el Externado se abre una época de cambios importantes, de los cuales depende el futuro de la institución, que esperamos no sea como el azaroso presente, sino tranquilo, fructífero, capaz de llevar la Universidad al rescate del sitio de privilegio y credibilidad.
Cualesquiera sean las circunstancias, EL RADICAL seguirá abogando por la transparencia, porque se rindan cuentas reales y comprobadas de la gestión administrativa, la institucionalización y la modernización de nuestra querida Universidad, por su buen gobierno, para que esté despojado de las tentaciones clientelistas y familiares, para que el futuro Rector congregue en vez de dividir la comunidad externadista, y por el rescate del espíritu crítico y libertario que la caracterizó durante sus años gloriosos.
¡Abrazos fraternales!


A la espera de una respuesta
Conozca la petición radicada por EL RADICAL en aras de la transparencia en la financiación de viajes al exterior en el Externado.
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A la espera de una respuesta
Conozca la petición radicada por EL RADICAL en aras de la transparencia en la financiación de viajes al exterior en el Externado.
El pasado 24 de noviembre EL RADICAL presentó la siguiente solicitud de información, a través de un derecho de petición enviado al Rector, Doctor Juan Carlos Henao Pérez; y a la doctora Marta Hinestrosa Rey, secretaria General de la Universidad Externado de Colombia.
OBJETO
- Solicito que se me informe sobre todos los viajes al exterior del país financiados total o parcialmente por la Universidad Externado de Colombia en los últimos diez años, en los que hayan viajado el Dr. Juan Carlos Henao, la Dra. Marta Hinestrosa Rey y/o los decanos de las facultades de la Universidad.
- Solicito que se me informe, respecto de esos viajes, el trámite que se dio a las respectivas solicitudes y las razones que ameritaron esa financiación.
- Solicito que la información sobre cada uno de esos viajes se me entregue de modo detallado, con sus fechas y la relación de los gastos sufragados por la Universidad en cada ocasión.
RAZONES
Ante la información que recientemente se ha hecho pública sobre el déficit económico operativo de la Universidad en los años recientes y la política de severa austeridad que se ha establecido para los viajes de profesores y empleados de la Universidad a eventos académicos o a otras reuniones de tipo universitario en el exterior, se busca con esta petición establecer si tales previsiones de austeridad se han aplicado con carácter general o si, por el contrario, los viajes de las autoridades por las que se indaga han estado exentas de tales restricciones.
La información solicitada está relacionada con la actividad del periódico EL RADICAL en favor de la transparencia del gobierno universitario, bajo la consideración de que tal transparencia no puede ser vista como un límite a la autonomía universitaria ni como una carga para incomodar a sus autoridades. Por el contrario, la transparencia es imprescindible para que el buen gobierno universitario, pues le otorga legitimidad y seriedad a dirección de la institución y le permite planear su futuro sobre bases realistas.
Comportarse ante los reclamos de transparencia con menosprecio y con lógica empresarial destruye la esencia de la Universidad como institución para el cultivo del pensamiento crítico y como entidad sin ánimo de lucro. El manejo de los recursos de la Universidad no debe despertar suspicacia alguna. La opacidad, por lo demás, siempre generará desconfianza y sospechas, que no se acallan con erráticos golpes de autoridad.


Richard Tovar Cárdenas – In memoriam
In memoriam.
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Richard Tovar Cárdenas
In memoriam.
No nos recuperamos aún de la devastadora noticia de la muerte del profesor Richard Tovar, por todos admirado y querido en el Externado, Universidad a la que dedicó su vida entera y en donde dejó una huella que habrá de perdurar mientras sus numerosos discípulos sigan transmitiendo, de generación en generación, su talante de humanista erudito y culto, sus acendrados conocimientos en filosofía y sociología del derecho, su espíritu rebelde y crítico, su laicismo, sus posturas siempre progresistas y también, por supuesto, ese fino y mordaz sentido del humor que caracterizaba su discurso inteligente.
Richard fue un externadista integral desde sus épocas estudiantiles. Estuvo presente en las tempestuosas jornadas del movimiento estudiantil 27 de mayo, creado en 1969 al interior de la Universidad para protestar por la visita del vicepresidente americano Rockefeller. Entonces era un joven contestario y rebelde que se perfilaba como el gran dialéctico que llegó a ser. Esa condición debió aproximarlo a voces semejantes como la de los profesores Luis Fernando Gómez Duque y José María Torres, otros dos intelectuales también ausentes hoy, que hicieron historia en el examen de la filosofía del derecho y la sociología. De allí bebió Tovar y esa fuente perdura aun después de su muerte, gracias a sus esfuerzos científicos.
Ingresado como profesor al Externado tomó la antorcha libertaria y fue pionero de los estudios interdisciplinarios bajo cuya égida se educaron muchos externadistas. Allí sembró Richard una semilla de diálogo, pero también de permanente crítica y análisis independiente y multidisciplinario del acontecer en todos los frentes.
No era casual que en las reuniones profesorales cuando Richard pedía la palabra el auditorio no era indiferente, porque siempre en su tono prudente pero firme movía ideas, promovía el cambio y le reconocía valor supremo a la disidencia constructiva e ilustrada sobre lo que en su opinión reñía con los principios y valores externadistas, a los que rindió culto hasta el último de sus días, cuando murió vestido del traje que mejor le lucía y con el que deambuló por los pasillos y salones de su Externado: profesor.
Se fue intempestivamente Richard Tovar dejando sí un gran legado. Su pensamiento, sus juiciosos alumnos y seguidores, y su ejemplo de una vida pausada puesta al servicio del talento, lo mantendrán vivo entre sus colegas y discípulos. Su sombra seguirá viva en las aulas que iluminó con su verbo original.
El Instituto de Estudios Interdisciplinarios que dirigió durante muchos años, y que ahora llevará su nombre, habrá de ser la principal sede para el cultivo de su legado académico, que irradia a todas las facultades del Externado.
Desde EL RADICAL resaltamos su figura y con todos sus familiares y seres queridos, nos condolemos por su partida.


La dignidad de los estudiantes
Los representantes de los estudiantes en el consejo directivo de la Universidad sostuvieron un diálogo muy interesante con este periódico, sobre lo que viene para el Externado.
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La dignidad de los estudiantes
Los representantes de los estudiantes en el consejo directivo de la Universidad sostuvieron un diálogo muy interesante con este periódico, sobre lo que viene para el Externado.
EL RADICAL entrevistó a los cuatro representantes de los estudiantes en el consejo directivo de la Universidad, con la finalidad de analizar el presente y el futuro próximo del Externado y de recoger sus impresiones sobre la representación profesoral recientemente elegida. Fue una charla franca y extensa sobre estos asuntos y otros de la coyuntura universitaria, cuya versión completa, sin edición, puede verse haciendo clic en la pestaña ubicada al final de esta columna.
La entrevista permite apreciar la lucha de esta representación estudiantil por la institucionalización de las instancias de gobierno universitario y por la transparencia en el funcionamiento del consejo directivo, así como su frustración ante el estancamiento de la institución en el período del actual rector, a quien le reconocen algunos logros, sin por ello perder de vista que su gestión fue una oportunidad perdida para que la universidad se modernizara y así pudiera mantenerse en el lugar cimero que había alcanzado en el concierto nacional.
María Gabriela Montoya, María Camila Ricaurte (principales), Felipe Castrillón y Christian Serna (suplentes), así se llaman, para quienes no lo sepan, están conscientes de los episodios de censura que se han vivido recientemente en la universidad, de la opacidad en el manejo administrativo y financiero que caracterizó al rector Henao y su equipo, del déficit económico de los últimos años, de los aplazamientos sin razón alguna para la mayor parte de las iniciativas de renovación y de la falta de liderazgo de la administración que ya pronto termina sus funciones. Han enfrentado esta situación adversa con argumentos sólidos que han expuesto en el consejo directivo y gracias a su persistencia han logrado desempantanar algunos aspectos del gobierno la universidad, aunque admiten que antes de la renovación de la representación profesoral había en ese consejo una mayoría incondicional al rector que muchas veces no estuvo dispuesta ni siquiera a escuchar ni a razonar.
Están orgullosos de los logros que han alcanzado, que van desde la derogatoria del régimen de secreto de las reuniones del consejo directivo hasta la convocatoria a las elecciones de la representación profesoral, pasando por la atención de los estudiantes en la pandemia del Covid-19 y el escrutinio a las cuentas alegres del rector. Saben, también, aunque en ello son republicanamente humildes, que le han dado más de una lección a sus colegas del consejo y al rector, incluso en cuestiones jurídicas, y que gracias a su labor la universidad puede mirar hacia el futuro con optimismo, pues han sentado las bases para la modernización del consejo directivo del que forman parte. Conservan el ímpetu de la juventud, debaten con plena solvencia intelectual y no se han dejado amilanar ni cooptar. En sus manos está, a principios del año entrante, la designación de la persona que se encargará de la rectoría para hacer crecer y cultivar las semillas que ellos dejarán. Son una representación estudiantil digna, inteligente y comprometida con la universidad.
Para sus próximas ediciones, EL RADICAL invitará también a los profesores recientemente elegidos al consejo directivo para conocer sus proyectos y analizar con ellos el devenir del Externado. Estas páginas están abiertas para ellos, así como para toda la comunidad universitaria.
Coda. EL RADICAL rechaza las voces canallas de complacencia y sorna, provenientes de algunos externadistas, ante la persecución infame de la que está siendo víctima el Prof. Ramiro Bejarano por algunas autoridades del estado colombiano, aupadas por el odio y el fanatismo de la extrema derecha de este país. Esa persecución aleve es contra todo lo que significa el Externado. ¡Su postura recia y correcta, Prof. Bejarano, es lo que nos identifica, y no la bajeza de los comentarios de sus malquerientes por debajo de la mesa!
Vea aquí la entrevista completa, sin edición, que le hizo EL RADICAL a los cuatro representantes de los estudiantes en el consejo directivo de la universidad.
https://www.youtube.com/watch?v=OSwYktqpmxw


Una luz de optimismo
Se abre un nuevo capítulo en la historia del Externado, favorable a su institucionalización y democratización. EL RADICAL se complace con los resultados de la elección, saluda a los nuevos Consejeros y les ofrece sus páginas.
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Una luz de optimismo
Se abre un nuevo capítulo en la historia del Externado, favorable a su institucionalización y democratización. EL RADICAL se complace con los resultados de la elección, saluda a los nuevos Consejeros y les ofrece sus páginas.
Se llevaron a cabo por fin las elecciones de profesores al consejo directivo de la Universidad y su resultado arroja una luz de optimismo sobre el futuro del Externado. Atrás quedaron todos los obstáculos y triquiñuelas impuestos por los organizadores del evento, así como las restricciones a los votantes y hasta los problemas técnicos a la hora de votar. Con sus votos, los profesores castigaron de modo abrumador al rector Henao a su equipo de administración, encabezado por la secretaria general Marta Hinestrosa y la decana de Derecho Adriana Zapata. De los 681 votos depositados, 457 lo fueron por listas de candidatos que se oponían al modo opaco y arbitrario con el que se ha gobernado el Externado durante estos años.
A pesar de esa merecida reprimenda, el rector ha debido reconocer públicamente, el mismo día de las elecciones, que respeta los resultados y que se somete al mandato expresado en la votación. Habría sido un pequeño gesto de grandeza que habría permitido comenzar desde ese mismo día la recomposición de la Universidad y la preparación de las reformas que se requieren. No ha sido así. Ha preferido continuar con su estrategia insidiosa de propalar infundios sobre quienes no están de acuerdo con su modo de proceder y pedirle a otros que hablen por él e intenten sostener por unas semanas más el cascarón triunfalista con el que ha pretendido resguardarse durante estos años, sin éxito alguno.
Pero en fin, dentro de poco la administración de Henao será un recuerdo y el Externado seguirá adelante para recuperar todo lo perdido. Bien lo han recordado muchas personas durante esta semana, evocando la segunda parte de la frase que lleva el escudo del Externado: “¡La luz no se extingue!”. En las celebraciones del resultado electoral era evidente el compromiso de muchos, incluso gentes ajenas a la coyuntura de la votación, con la restauración de esa Universidad de vanguardia para Colombia que ha sido históricamente el Externado: pujante, libertaria, progresista, laica y rigurosa.
Así las cosas, los ocho miembros del nuevo consejo directivo (seis profesores, dos estudiantes) tienen por delante un tremendo desafío: en sus manos está modernizar la penosa administración que ha tenido atascada a la Universidad, expandir sus horizontes académicos, acabar con el maltrato laboral a los profesores y empleados, y garantizar estabilidad en sus empleos, darle cabida a las iniciativas de los estudiantes, recomponer las relaciones rotas y fijar los propósitos comunes de esa comunidad plural, deliberante y exigente de personas libres que forma la Universidad.
EL RADICAL seguirá empeñado en la democratización, institucionalización y modernización de la Universidad. La convocatoria a elecciones, muy a pesar del anhelo que tenía la actual administración de perpetuarse, ha sido un logro importante de quienes desde estas páginas veníamos reclamándolo hace ya casi tres años, como un paso inicial para la recuperación de la Universidad. El trabajo rebelde y periodístico de este periódico movió los cimientos del Externado y creó las condiciones para que pudiera disentirse de lo que antes no se podía.
EL RADICAL seguirá ejerciendo su función crítica, de manera que quienes creen que aquí termina este esfuerzo maravilloso de decir la verdad y soportar la persecución y hasta la estigmatización y exclusión de algunos supuestos amigos, están equivocados.
Es también pertinente aclarar que EL RADICAL no patrocinó ninguna lista para las elecciones, ni forma parte del equipo de trabajo de ninguna de las personas elegidas.
En estas mismas páginas se publicó, en la edición del 21 de agosto de 2020, un manifiesto con veinte propuestas para la reforma de la Universidad (si quiere leerlo, haga clic aquí), manifiesto que resume el ideario, el compromiso y los anhelos de quienes hemos sostenido el periódico. Para la realización de esas propuestas el nuevo consejo directivo encontrará en las páginas de este periódico un aliado leal y diligente. Si por el contrario, el nuevo consejo directivo prefiere mantener las cosas como están, encontrará aquí la misma desaprobación y reclamos que hemos dirigido a la administración actual. Pero sea cual sea el giro que de ese consejo, encontrará en estas páginas escrutinio sin complacencia, crítica racional y llamado al debate permanente de ideas.
Si algo quedó atrás con las elecciones del 30 de septiembre fue el Externado de los conciliábulos, del vasallaje, la adulación, el miedo y el secreto. Pierden su tiempo quienes, aferrados a esos disvalores, pretenden sembrar la discordia entre quienes vamos a sacar adelante la Universidad, sí o sí.
Finalmente, EL RADICAL entiende que está derribada la barrera del miedo y de la intimidación que les impidió a muchos atender la invitación a escribir en estas páginas. Les reiteramos que aquí hay cabida para todos los externadistas de todas las horas. ¡Bienvenidos!


La posibilidad y urgencia de cambiar
Desde las páginas de EL RADICAL, quedamos expectantes frente a lo que vendrá, y sin rencor alguno reconoceremos el acierto de las actuaciones del nuevo consejo directivo del Externado, si actúa a la altura de su compromiso histórico.
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La posibilidad y urgencia de cambiar
Desde las páginas de EL RADICAL, quedamos expectantes frente a lo que vendrá, y sin rencor alguno reconoceremos el acierto de las actuaciones del nuevo consejo directivo del Externado, si actúa a la altura de su compromiso histórico.
El próximo miércoles 30 de septiembre tendrán lugar, con más de veinte años de retraso, las elecciones para renovar la representación profesoral en el consejo directivo del Externado. Muy pocos están dispuestos a reconocer en público que esa renovación se debe, en muy buena parte, a las ideas, críticas y propuestas que se han expuesto en este periódico desde su fundación. Es justo, sin embargo, agradecer a todos sus columnistas, permanentes y ocasionales, porque gracias a sus voces independientes y críticas por fin parece abrirse una hendija de democracia y de aire renovado en la dirección de nuestra otrora libertaria Universidad.
Lamentablemente, persisten nubarrones sobre la organización del episodio electoral, varios de ellos previamente advertidos también desde estas páginas. Ellos van desde la manipulación del censo electoral, del que se excluyó a más de quinientos profesores mediante una interpretación francamente inaceptable de los estatutos de la Universidad, hasta el desconocimiento de la garantía del secreto del voto que quedó en evidencia en el simulacro que se adelantó hace unos días. No solo eso: tales nubarrones pasan también por la contratación de las empresas que se encargarán del manejo de la votación y del escrutinio sin la aprobación por el consejo directivo, escogidos por el dedo soberano y autoritario de la Secretaría General y la Rectoría, así como por el diseño de un sistema electoral con listas bloqueadas que no se compadece con una elección profesoral cuyo potencial de votantes no llega a las mil personas y por la imposición de exigencias que no tienen ningún sentido, como la de firmas de respaldos electorales para la inscripción de las listas de candidatos. Nada de eso enaltece la organización de las elecciones ni brinda tranquilidad a los votantes.
No obstante, albergamos la esperanza de que a pesar de todos esos obstáculos, el certamen electoral logre desatascar a la Universidad y sirva como chispa que impulse toda la modernización, democratización e institucionalización que se requiere para superar la grave crisis a la que nos condujo la actual administración de la Universidad, y así mismo, para sanar las fracturas que ha dejado el manejo arrogante, dictatorial, arbitrario, opaco y errado de la “heredad sagrada” durante estos años. La persistencia de varias candidaturas independientes y su voz de compromiso con la construcción de una nueva gobernanza para la Universidad arrojan destellos de luz después de la larga noche. La voz siempre crítica y nada complaciente de los estudiantes y su representación también permiten augurar un mejor futuro.
Sean quienes sean los que resulten elegidos, es imperioso que recuerden siempre que su compromiso será con la Universidad y no con las personas que integran la administración actual o sus aliados. Igualmente es importante que entiendan que ese puesto de privilegio no les concederá licencia para perseguir y censurar la protesta, ni la de los estudiantes ni la de los docentes, ni para valerse de panfletos para poner en el escarnio a la disidencia, como lamentablemente ha ocurrido recientemente con el patrocinio y el visto bueno de la rectoría, la secretaría general y la decanatura de derecho. Desde EL RADICAL se mantendrá una visión independiente y crítica que escrutará sus actuaciones, sobre las cuales hay grandes expectativas, represadas por muchos años. La necesidad de tomarse en serio las actividades de investigación, la elaboración de un estatuto profesoral que brinde garantías de permanencia, ascensos y remuneración justa para los docentes, la renovación del equipo administrativo de la Universidad, son todos temas inaplazables que han surgido en los debates previos a la votación de la próxima semana. A partir de ese día, serán tareas urgentes, a la cual se une la de no torpedear la fundación de un sindicato profesoral y de empleados del Externado que garantice su estabilidad y la protección de sus derechos.
No estamos seguros del buen término del certamen electoral del 30 de septiembre de 2020, pero cualquiera que sea el resultado, la Universidad está obligada a adoptar un viraje hacia la recuperación del lugar que antaño tuvo en la academia colombiana y latinoamericana, y también hacia su modernización. Eso implica no solo cambiar de capitanes del barco, sino enderezar el rumbo, para que de verdad nuestra Universidad vuelva por el sendero libertario que históricamente la justifica, que no se utilicen los cargos administrativos de dirección en beneficio personal de los ungidos, y, en fin, que lo que viene interprete las claras señales de cambio y rectitud que a gritos está reclamando una comunidad Externadista que llega con desgano a unas elecciones, en las que se han lanzado candidatos afines al quinto piso. Ojalá entiendan que es preciso que desciendan de ese falso pedestal, por el bien propio, pero principalmente por el de la Universidad.
Desde las páginas de EL RADICAL quedamos expectantes frente a lo que vendrá, con la mirada puesta en un futuro pluralista, transparente y seguro de nuestro amado Claustro, con la esperanza de que quienes lleguen al consejo directivo no entreguen su alma a quienes han deshonrado la Universidad y actúen a la altura de su compromiso histórico.
POST TENEBRAS SPERO LUCEM


Por la recuperación
Al final de su período como miembro del consejo directivo del Externado, el profesor Saúl Sotomonte dejó el pasado 19 de junio esta constancia histórica que la Universidad debe tener en cuenta a la hora de enderezar su destino. Por su importancia, EL RADICAL la publica en su integridad.
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Por la recuperación
Al final de su período como miembro del consejo directivo del Externado, el profesor Saúl Sotomonte dejó el pasado 19 de junio esta constancia histórica que la Universidad debe tener en cuenta a la hora de enderezar su destino. Por su importancia, EL RADICAL la publica en su integridad.
Los últimos acontecimientos de que dan noticia las redes sociales y el hecho de que la comunidad no se pueda enterar de lo que acontece en las reuniones del consejo directivo, dada “la ley del silencio” allí aprobada, y además porque cuando se da a conocer alguna decisión, casi siempre se dice “que fue aprobada”, sin especificar con qué mayorías; me veo obligado en mi condición de miembro disidente en lo fundamental, a dejar constancia de manera resumida de cómo ha sido el manejo de la Universidad durante los últimos ocho años, período durante el cual he luchado por su institucionalización bajo los parámetros de la democratización y de la transparencia sin mayores resultados, ya que éstos se quedan tan sólo en enunciados teóricos en supuestos reportajes o en intervenciones en los auditorios.
La situación que atraviesa nuestra institución no es algo que se pueda explicar tan sólo con las grandes cifras que nos presenta la administración, las que no son más que una foto consolidada del problema. Su verdadero origen lo debemos buscar en el esquema de gobierno implantado, en cuya gestión ha pesado más la figuración personal que la independencia institucional. Se ha caracterizado por la falta de coherencia, y lo que es peor, por la ausencia de controles, al menos conocidos por el consejo, ya que parecería que éste no hace parte del gobierno de la universidad. Se tiene una idea tan sólo teórica de la democracia y de la transparencia sin plena aplicación tal como en varias ocasiones lo hemos denunciado, teniendo como respuesta un estratégico silencio o la agresión verbal, y para rematar desde un comienzo se fue consolidando de hecho en cabeza de una persona el control administrativo, académico y patrimonial de la organización sin legitimidad ni capacidad alguna, hasta el punto de delegar el poder rectoral, contraviniendo las más elementales normas sobre el manejo de esta clase de entes jurídicos, constituyendo un verdadero abuso de poder. Lo que explica por qué durante estos ocho años no se ha querido trabajar sobre temas fundamentales como la ansiada reforma de estatutos, sobre lo atinente a los controles necesarios y al manual de funciones y menos en lo concerniente al Estatuto Profesoral, entre otros asuntos. Cuestiones que desde un comienzo hemos reclamado y que se pretenden resolver ahora de manera improvisada en el poco tiempo que le queda al rector en el cargo, según lo insinúan. Es decir, en término inferior a un año. Todo indica que no ha habido la voluntad o la capacidad para cambiar o que la intención es otra, como parecerían indicarlo los movimientos nebulosos que se observan en la actual administración.
El marco democrático de cualquier institución no radica en reunirse con los más allegados o con los decanos y directores de departamento quienes son sus dependientes y solamente autoridades académicas, sino se encuentra en el actuar de la comunidad estudiantil y de profesores representados en el consejo directivo verdadero y único gobierno institucional, al que se le debe tener en cuenta para las grandes decisiones y no tan sólo para aquello que sea estrictamente necesario, o para blindar las cosas con aparente legalidad.
Una muestra más de la actitud antidemocrática ha sido el rechazo sin fundamento legal o estatutario alguno a que el profesor Andrés Gonzales regrese como miembro principal a las reuniones del consejo directivo. ¿Cuál es la verdadera razón? ¿Será que una actitud independiente de su parte en las votaciones en este organismo puede terminar afectando los planes para un futuro control? Para consolidar el atropello se busca que el mismo consejo directivo se pronuncie sobre la situación sin competencia alguna, y lo que es peor, que, con base en concepto rendido por un profesor dependiente del Rector, se consolide semejante atropello. Por fortuna en la anterior reunión del Consejo que contó con la asistencia del profesor Andrés González, quien se presentó para cumplir con su deber y a ejercer sus derechos en la misma, junto a él cuatro miembros más del consejo directivo dejamos consignado en acta que a él le asistía el pleno derecho a estar allí y que nunca podía estar sometido de manera abusiva a una votación sin competencia alguna. Esta posición fue liderada por los representantes de los estudiantes, quienes con brillantez, conocimiento y sentido común dictaron una verdadera cátedra de derecho y de carácter sobre el particular, lo que me permite expresar mi reconocimiento a los mismos, así como la más calurosa felicitación a la comunidad de estudiantes por tener tan valiosa representación de la cual se deben sentir orgullosos.
El directivo no solamente tiene el deber de lealtad en lo ético y legal para con sus compañeros de trabajo, sino fundamentalmente con la institución, razón por la cual debe avisar sobre cualquier anomalía que en el manejo de la misma se presente. Además, debe exigir transparencia, por lo que corresponde estar atento a pedir a los responsables la entrega espontánea de toda la información requerida sin prerrequisitos, subterfugios, falacias y talanqueras como la ley del silencio aquí aprobada. Esa misma que nos ha impedido el acceso a esta información, tal como sucedió con la negativa en entregarle a los representantes de los estudiantes en una de las reuniones anteriores el cuadro consolidado que explicaba la evolución de la situación financiera de la Universidad. ¿Cómo querían que informaran a sus representados el no haber logrado un descuento mayor en las matrículas? ¿O la actitud negativa que de tiempo atrás ha mantenido el rector para que las sesiones del consejo directivo sean grabadas? ¿Por qué y para qué ese capricho? Según él, porque no le gusta.
La desorganización, la falta de liderazgo y la ausencia de un propósito común, ha traído como consecuencia que en lo académico la destacada posición que siempre se ha tenido se esté afectando como lo demuestran los diversos estándares publicados, hasta el punto de no presentarse a las “Pruebas Saber Pro”, o si lo hicieron, ya no figura dentro de los diez primeros lugares, lo que trae como consecuencia que se pierdan oportunidades en materia de empleo.
Los aspectos positivos e importantes que se tienen como es el del destacado cuerpo profesoral y su producción bibliográfica, pasan desapercibidos dada levedad como se lleva la vocería de la universidad, lo que le ha hecho perder credibilidad. Se destaca la nueva construcción cuyo proyecto se heredó de la anterior administración, así como el ingreso a la necesaria sistematización y la permanente actualización de la biblioteca, aspectos en los cuales fue muy cuidadoso el rector Fernando Hinestrosa.
De acuerdo a las cifras que hasta ahora nos dan a conocer, no obstante que hace cerca de dos años yo había solicitado información sobre el particular sin obtener respuesta alguna, hacen que el momento sea de gran preocupación. Situación que se agrava por la falta de coherencia en el manejo de la institución, la pérdida del protagonismo académico de la universidad, más los efectos de la pandemia que aqueja al mundo entero, sin que nadie pueda decir que con ella apareció nuestra crisis, ya que esta se originó de tiempo atrás por las causas ya de todos conocidas.
Es lamentable que la operación como universidad sea deficitaria y que su tranquilidad dependa de un patrimonio manejado por terceros, sin el cual estaría a punto de desaparecer, circunstancia que permite concluir que ha habido una deficiente administración y que si no se dan los cambios requeridos la institución terminará siendo el apéndice de un grupo económico.
Sea esta una oportunidad más para invitar a mis colegas del consejo a tomar conciencia de la responsabilidad que nos incumbe, a no pasar a la historia sin haber enfrentado los problemas y a no dejar a nuestros sucesores un alma mater muy importante por ser accionista de un grupo económico, pero en lo académico viviendo del recuerdo cual aristócrata en decadencia y en cambio mostrándonos como los emergentes por el potencial económico que logró mantener la anterior administración. Razón demás para solicitarles que antes de irnos, entre las varias medidas que se deben adoptar sugiero las siguientes:
- Que se haga una reingeniería total de la universidad, empezando por una verdadera auditoría externa e independiente sobre el manejo de la institución, estableciendo la racionalidad de cada uno de los egresos y toda la contratación en los últimos diez años, información que por su propio bien deben dar el rector y la secretaria general.
- Que se institucionalice la universidad mediante una reforma estatutaria que responda a las exigencias de la democracia y de la transparencia sin poderes personalizados y sin legitimidad alguna.
- Que se suprima la ley del silencio para conocer de las actas y especialmente de las cuentas, lo que no puede estar sometido a la aprobación de los mismos ordenadores del gasto. Así mismo y para evitar el conflicto de intereses, que se prohíba a los directores de departamento y a los decanos ser parte del consejo directivo. Que el revisor fiscal y un auditor interno permanente sean designados por el Consejo de Profesores y de Estudiantes y no por los mismos ordenadores del gasto como son los miembros del consejo directivo, que a su vez son decanos o directores de departamento. Que los Consejos de Profesores y de Estudiantes nombren un veedor que vigile el manejo de la institución.
Tal como se presentan las cosas en la actualidad, podría decirse que eventualmente las cuentas de la universidad no se han aprobado en debida forma, ya que estas pueden resultar aprobadas por mayorías completadas por decanos o directores de departamento miembros del consejo directivo, quienes a su vez en tal condición son ordenadores del gasto y dependientes por lo mismo y en grado especial del rector.
Es el momento de no seguir en la liviandad y de falacia en falacia, y en su lugar hablarle a la comunidad en forma clara y transparente sobre la crisis que estamos atravesando, sin acallar el sentir de sus miembros con presiones o con estímulos. Por lo cual reclamo un debate abierto y público para que a la comunidad externadista se le informe sobre la verdadera situación de la universidad, ya que ésta es una fundación sin ánimo de lucro, la que por su propia naturaleza no tiene propietarios sino beneficiarios, quienes son los estudiantes. Debate en el cual podrían demostrar, sin que lo creamos, si estamos equivocados, y si ello fuere así, lo aceptaríamos también públicamente, todo en bien de la institución. Este no es un debate buscando el poder como han querido presentarlo, sino la lucha por la democracia y la transparencia. Hay que actuar con la verdad y no con cortinas de humo.
Saúl Sotomonte S
Miembro del consejo directivo


El álbum fotográfico del rector
En el ocaso de su mandato, el rector del Externado presenta un informe cargado de ilustraciones, pero con datos puramente rutinarios y varias inconsistencias: un inventario sin rendición de cuentas.
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El álbum fotográfico del rector
En el ocaso de su mandato, el rector del Externado presenta un informe cargado de ilustraciones, pero con datos puramente rutinarios y varias inconsistencias: un inventario sin rendición de cuentas.
Cuando a EL RADICAL llegó la noticia de que el rector del Externado por fin había presentado un informe de gestión hubo una sensación inicial de complacencia porque las ideas que aquí se han manifestado desde un principio, y que, como se sabe, han suscitado malestar entre los administradores de la Universidad y su comité de aplausos, estaban sin embargo siendo escuchadas y puestas en práctica. Las dimensiones del abultado documento sugerían que se trataba del trabajo detallado y analítico que merecía recibir la comunidad universitaria. Lamentablemente su lectura permite constatar que se trata de una nueva oportunidad perdida y que, como suele ocurrir con esta administración, se sigue decepcionando a la comunidad del Externado.
Ciertamente, en repetidas ocasiones desde las páginas de EL RADICAL se ha dado voz al clamor del Externado por la falta de transparencia en la gestión de la Universidad y la opacidad de las prácticas administrativas de la rectoría y la secretaría general. Ha sido recurrente la solicitud al rector para que rinda cuentas sobre su desempeño y sobre la situación de la Universidad, tanto en lo académico como en lo administrativo y lo financiero. Ahora, al final de su encargo, cuando ya poco o nada se puede corregir, ha decidido presentar ese informe del que hay que reconocer que está bellamente editado, y que contiene ante todo fotografías espléndidas del Externado, de sus jardines, sus edificios, sus gentes que aparecen siempre amables y sonrientes, y que se adorna también con panorámicas de Bogotá, mapas de los cinco continentes y hasta de algún edificio parisino.
Sin embargo, a lo largo de sus 244 páginas, el documento no contiene la rendición de cuentas que el rector sigue estando obligado a presentar y que la comunidad académica sigue esperando. En la edición anterior de este periódico se enumeraron doce aspectos mínimos que debe tener una rendición de cuentas, pero el álbum de fotografías que ahora presenta el rector apenas responde a una de ellas. Para tener presente de qué se trata, aquí van de nuevo esos requisitos básicos de una verdadera rendición de cuentas, que se siguen echando de menos:
- Identificación de los periodos a que se refiere la rendición, con indicación comparativa del incremento o detrimento patrimonial.
- Relación detallada de fuentes y usos financieros por cada periodo, con indicación del origen de los recursos y destino de aquellos.
- Identificación de los ingresos y egresos comparativos por cada periodo, con indicación de su origen operativo o no, para determinar el excedente o déficit de la gestión propia de la entidad universitaria.
- Identificación de los egresos de mayor representación, por periodo, junto con su análisis comparativo.
- Relación detallada de los salarios, honorarios y bonificaciones, reconocidos a todos los directivos en los periodos objeto de análisis, incluidos viáticos y gastos de representación.
- Relación detallada de honorarios y comisiones pagados a asesores y contratistas en los periodos objeto de análisis.
- Relación de los activos operativos y no operativos, con indicación de su valoración, comparado entre los periodos objeto de revisión.
- Relación comparativa de los gastos de personal y porcentaje de variación anual, con indicación del número de vinculados por periodo.
- Relación de inversiones, gastos y honorarios relativos a la adquisición o mantenimiento de software, hardware, o de cualquier otro sistema de operativo o computacional.
- Descripción por periodo de los recursos destinados a investigación, formación docente, auxilios a profesores y estudiantes por cualquier concepto, debidamente identificados.
- Proyección financiera de la Universidad para los dos periodos subsiguientes a los de la rendición.
En honor a la verdad, es cierto que el informe rectoral da cuenta de uno, sólo uno, pero al menos uno, de los factores que debe tener una rendición de cuentas. Se trata del número de estudiantes de pregrado y posgrado por periodo, con indicación del índice de retención particular. Al respecto cabe apreciar que el número total de estudiantes se ha mantenido en cifras semejantes durante estos años: en el año 2012 había 11.219 estudiantes y en el 2020, según se lee en el informe, están matriculados 12.750 estudiantes. No aparece en ningún año la cifra de 15.000 estudiantes de la que en numerosos discursos se ufanó el Doctor Henao y que ahora se ve que sólo existía en su imaginación. Ahora bien, en cuanto a los índices de retención y deserción, la verdad es que los datos que se anotan en el informe son preocupantes: el consolidado en estos años indica que el Externado tiene una deserción estudiantil constante superior al 41 por ciento de los matriculados, proporción que se ha mantenido por más de quince años y a la que se acompaña de una proyección, elaborada vaya uno a saber mediante qué malabarismo matemático, según la cual entre los estudiantes actuales de la Universidad, esa deserción va a disminuir al 33 por ciento. Cuatro de cada diez estudiantes que se matriculan en la Universidad no terminan su proyecto académico. El informe no menciona ningún estudio sobre causas de ese índice: simplemente menciona el dato consolidado y la optimista proyección.
Podrá decirse, y no sin razón, que una cosa es una rendición de cuentas y otra un informe de gestión, y que el documento presentado por el Rector se titula “Informe de gestión 2012-2020” y no rendición de cuentas. Admitamos entonces que la rendición de cuentas sigue ausente y que estamos ante otro tipo de informe. Pero el documento presentado tampoco contiene un informe de gestión, pues se trata de un simple inventario con información de rutina, elaborado por las distintas dependencias administrativas de la Universidad, carente de cualquier tipo de discernimiento o análisis. Van los siguientes ejemplos de datos que aparecen en el documento: número de estudiantes que han solicitado citas para ser atendidos por los servicios psicológicos de la Universidad, número de menciones que la Universidad ha tenido en los medios de comunicación, número de millones de pesos que los distintos bancos le han prestado a los estudiantes para que paguen sus matrículas, número de personas que se subieron a los buses de la Universidad, número de pupitres, número de seguidores de las cuentas de instagram, twitter y facebook del Externado, y así otros muchos por el estilo. ¿Qué tiene que ver todo eso con un informe de gestión rectoral?
Algunos datos llaman la atención. Por ejemplo, el siguiente que aparece de modo muy discreto, en la página 173 del informe, despues de mencionar que en la sede del Alcazar se adaptó un kiosko con servicio de baños y duchas: “Para su proyección futura, en 2014 la Universidad adquirió un lote cerca del aeropuerto de Guaymaral, conformado por dos predios que suman casi 350.000 m2”. ¿Cómo así, la Universidad compró un extenso lote en la reserva ecológica Van der Hammen, en la que existen importantes restricciones para la construcción y el desarrollo de actividades de tipo universitario? ¿A quién se lo compró y cuánto pagó por ello? ¿Qué consideraciones se tuvieron para comprar un lote para la “proyección futura” de la Universidad, al lado de un aeropuerto? ¿Se tuvo en cuenta que el desplazamiento entre la sede actual de la Universidad y ese lote puede tomar unos 90 minutos en automóvil particular, por cada trayecto, y bastante más si se acude al transporte público? Toda esa información es la que se sigue echando de menos, información que, además, debió ser objeto de debate antes de la compra, y no cuando ya se trata de un hecho cumplido.
En fin, un primer balance de la información contenida en el informe confirma la sensación de estancamiento que varias veces ha sido advertida por la comunidad universitaria: el Externado del 2020 es en verdad el mismo de hace 10 o 15 años, con apenas los reajustes obvios por el transcurso del tiempo y el crecimiento de la sociedad. Su impacto en la vida nacional es semejante al que se tenía desde entonces y los asuntos pendientes que ya entonces se conocían siguen estando ahí. La fuerza de la inercia y el impulso enorme de los años anteriores le ha permitido sostenerse académicamente sin grandes alteraciones. Buena parte de la información que se presenta como logros de gestión en bienestar estudiantil y laboral no es más que el cumplimiento de los requisitos legales de las entidades acreditadas.
En cuanto al patrimonio de la Universidad, la primera conclusión evidente a partir de los datos consignados en el informe es la falta de sustento de la política de austeridad draconiana a la que el rector sometió al cuerpo profesoral durante toda su gestión. Las cifras de la Universidad no se compadecen con la estrechez obsesiva que mantuvo para la financiación de proyectos de investigación ni para la falta de reajuste de las tarifas remuneración de las clases de posgrado durante más de dos años.
El informe sostiene que los activos se incrementaron en un 165 por ciento y el patrimonio de la universidad en un 175 por ciento en los últimos ocho años. En las páginas 212 a 215 del informe se desagrega parcialmente esta información. ¿Qué movimientos contables registran esas operaciones? ¿Cómo se reflejan en los estados financieros? ¿Hay notas en los estados financieros que den cuenta de las operaciones, sus efectos tributarios, el origen de los recursos que justifiquen tal incremento? Nada de eso se aclara en el informe.
Por otra parte, el pretendido incremento de los activos no se ofrece halagüeño ni consistente, en un período en el que supuestamente el número de estudiantes se ha mantenido más o menos igual y las matrículas se han reajustado apenas en el índice de inflación. ¿Se trata entonces de una cifra que refleja más el efecto de la inflación que la consolidación de bienes y activos por parte de la Universidad?
¿Cuál o cuáles son los bienes o activos que en los últimos ocho años elevaron el patrimonio en esos porcentajes? ¿Serán, acaso, los bloques H e I, que ya estaban financiados y en construcción desde la anterior rectoría? El informe se cuida de ser amplio y poco preciso en esta afirmación que, por tanto, deviene ligera y poco creíble.
El informe omite, al presentar los egresos y egresos de la Universidad, toda alusión al balance publicado por la DIAN y exigido para todas las entidades sin ánimo de lucro, que muestra un déficit operativo creciente desde hace tres años y cuyo monto supera los diez mil millones de pesos. Nada se analiza al respecto, ni sobre lo forma cómo se atenderá o se superará dicho déficit. ¿Una es la información para el album fotográfico y otra la que se remite a la DIAN?
A todo esto, se agrega el hecho preocupante de que, según se advierte en la página 216 del informe, más del 95 por ciento de los ingresos de la Universidad provienen de la matrícula de los estudiantes. Ello implica, entonces, que la Universidad en el período del rector Henao no ha creado o propiciado fuentes diferentes de sus ingresos, y que sigue peligrosamente atada a las vetustas financiaciones. Eso contrasta con el propósito conocido de la Universidad de hacerse a la propiedad de un buen número de acciones en el Grupo Bolívar, adicional al que ya detenta, por una suma muy significativa. Es decir, a la Universidad no le preocupa crecer en ingresos, pero sí le presta atención a multiplicar su aporte accionario en un grupo financiero, respecto del cual convendría, en una auditoría independiente y franca, establecer la correlación que existe entre los estados financieros de los años en los que el Externado se hizo a la propiedad accionaria de casi la tercera parte del Grupo Bolívar, con el número y valor de las acciones adquiridas aún antes de que Henao asumiera sus funciones como rector.
Esa misma noticia de que el 95 por ciento de los ingresos anuales del Externado provienen del pago de las matrículas de los estudiantes también es preocupante, cuando en el mismo informe se aprecia que hoy se vende más o menos el mismo número de libros editados por la Universidad, comparado con los que se vendían hace diez años. La ecuación así planteada sugiere prima facie, entonces, que la empresa editorial de la que vive tan ufano el Rector Henao no ha ganado la importancia y reconocimiento nacional, si aún hoy, después de tantos esfuerzos y de las ladrilludas investigaciones de “Habla el Externado”, los libros con el sello de la Universidad no alcanzan ningún volumen importante en sus ingresos.
Otro tanto puede avizorarse en relación con la cifra que el informe reseña como la que recibe el Externado por consultorías e investigaciones, deplorablemente insignificante. La Universidad no ha encontrado audiencia en el solicitado mundo de las consultorías universitarias y académicas, ni en el de las investigaciones, a pesar de que todo indica (aunque en el informe no se da cuenta detallada de eso) que se pagan jugosos honorarios y remuneraciones a supuestos investigadores que nada aportan a la credibilidad de la Universidad.
De otro lado, en el informe, del que ya se ha dicho que no tiene el rigor de una rendición de cuentas, se menciona (página 220) que el 89 por ciento de los gastos de la Universidad corresponden al pago de nómina, y que el Externado cuenta con 1.884 docentes, de los cuales 1.298 lo son por contrato de trabajo y 586 por contrato de honorarios. Una rendición de cuentas debe contener, como antes se precisó, un relato minucioso de los ingresos y egresos, y no generalidades como se ha hecho ahora en este informe de gestión. Solo así se verá con claridad si se está haciendo o no buen uso de los recursos.
Así, por ejemplo, no hay una descripción detallada de tales egresos y si todos corresponden a profesores, o si hay también pagos a conductores privados o a funcionarios del nivel administrativo u operativo que están al servicio de personas no vinculadas con la Universidad, o contrataciones extrañas de entidades encargadas de realizar trabajos de inteligencia.
Al respecto, conviene recordar que, en 2018, a un derecho de petición formulado por el estudiante Juan Simón Vásquez (entonces miembro del consejo directivo de la Universidad) a la secretaria general, en el que se pedía información sobre la contratación a instancias de un profesor de una empresa de inteligencia, la poderosa funcionaria declinó responder alegando que el pedimento era irrespetuoso y, además, que ello sería materia de una auditoria que estaba por realizarse. Tan grave sospecha que compromete a un docente que hoy es rabioso partidario de la administración y su candidato a integrar el consejo directivo, sigue sin resolverse, porque no ha habido auditoria, ni el tan cacareado informe de gestión se preocupó de hacer la claridad que tiene que ver no solo con las garantías de autonomía universitaria, sino con la transparencia de la administración.
Se echan de menos muchas otras cosas en el informe de gestión, por ejemplo, los criterios para conceder becas o estancias en el exterior, o explicaciones de por qué en el pasado se premió a personas que habían sido reprobadas en sus cursos de pregrado enviándolas por años a doctorarse en el exterior, o por qué se autorizan estancias de docentes jubilados y retirados de la Universidad también en el exterior.
En fin, el pomposo informe de gestión es más parecido a un balance de una revista de farándula, y no un documento serio, consistente y fundado en hechos comprobables. Viene a ser más un catálogo de vanidades y un documento distractor con el que el Rector Henao pretende, en medio de la campaña electoral en la que promociona las listas encabezadas por el decano Beltrán y por el profesor López Roca, crear la falsa sensación de que ha rendido por fin las cuentas, sin ser ello cierto.
El rector ha publicado un bello álbum fotográfico con datos un tanto desarticulados, con tono triunfalista y acrítico, sin reflexiones sobre la vida académica de la universidad, pero en el que cobra, como si fueran su logro personal, el simple cumplimiento de requisitos legales para las entidades acreditadas y las virtudes del potencial humano, académico y económico del Externado, pilares en los que esta administración se respalda para tratar de superar todos estos años de mala gestión. Siguen pues, en deuda, el rector Henao, la secretaría general y todos y cada uno de sus decanos.


Veinte propuestas para renovar el Externado
Manifiesto de EL RADICAL para contribuir al engrandecimiento de la Universidad Externado de Colombia y sacar a la institución de su mala hora y racha actual.
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Veinte propuestas para renovar el Externado
Manifiesto de EL RADICAL para contribuir al engrandecimiento de la Universidad Externado de Colombia y sacar a la institución de su mala hora y racha actual.
Quienes suscribimos este manifiesto tenemos la convicción de que la Universidad Externado de Colombia forma parte ya del patrimonio cultural de los colombianos como hito de seriedad académica, independencia, espíritu crítico, humanismo laico, civilidad, apertura intelectual y devoción por la libertad. No podemos permitir que ese faro de luz se deteriore o envilezca, precisamente en un momento en que la sociedad requiere, acaso más que nunca, de referentes como el nuestro.
El crecimiento de la institución, su composición heterogénea, su esencia como casa de pensamiento libre, unido a las necesidades de los tiempos presentes y a la profunda crisis causada por el Rector actual y su equipo de gobierno, nos mueven a proponer una reforma de la Universidad para protegerla de previsibles embates y fortalecer su estructura y su función social para los años venideros. El Externado debe liderar la construcción en Colombia de una cultura democrática abierta al debate y debe estar conectada con las demandas de la sociedad.
Sobre estas bases, EL RADICAL expresa que está dispuesto a respaldar a aquellos candidatos al consejo directivo o al próximo Rector, si están dispuestos a impulsar los cambios que con respeto y consideración aquí se proponen, u otros que tengan el mismo sano objetivo de contribuir al engrandecimiento del Externado de Colombia y a sacarlo de su mala hora actual.
A pesar de las diferencias y las dificultades que este proceso ha dejado en el camino de este largo enfrentamiento entre hermanos de una misma casa, EL RADICAL no distingue enemigos entre quienes piensan distinto, sino simples contradictores civilizados, y desde esta tribuna promueve el entendimiento sobre bases dignas, honorables y edificadas en el propósito colectivo de contribuir a que el Externado recobre su puesto de vanguardia en la sociedad colombiana.
EL RADICAL no cesará en su objetivo de ejercer las libertades de expresión y opinión, al mismo tiempo que tiende la mano reconciliadora a los externadistas todos para reencontrar juntos el camino que jamás debió haberse extraviado.
Reformas académicas
- Es imperioso revisar los planes de estudios de toda la oferta académica de la Universidad. Algunos programas de pregrado acusan obsolescencia y otros de posgrado no son de calidad aceptable. En esa revisión debe avanzarse hacia la comunicación entre facultades, pues hoy ellas más que entidades de una federación académica, son dependencias incomunicadas que prácticamente no tienen ningún proyecto en común. Esta revisión debe hacerse con participación de toda la comunidad académica y no, como se ha pretendido, entre unos pocos.
- El Externado debe abrir su espectro académico hacia nuevas áreas del conocimiento, en especial, hacia las ciencias naturales y las nuevas tecnologías, para dar así respuesta a los principales desafíos del siglo XXI. La Universidad tiene experiencia académica, reconocimiento profesional y recursos patrimoniales suficientes para emprender con solidez esa ampliación.
- Hay que hacer un esfuerzo muy notable para fortalecer la investigación en el Externado. Hasta ahora la Universidad ha sido principalmente profesionalizante y en ello ha sido exitosa: los egresados del Externado han gozado de reputación como buenos profesionales y la Universidad ha podido crecer, ganar prestigio y fortalecerse económicamente gracias a esa actividad. Pero lo que hace realmente vigorosa a una Universidad son sus procesos de creación de conocimientos y los resultados de investigación que ofrece a la sociedad. El Externado carece, en la actualidad, de una política institucional seria de fomento a la investigación. Proponemos la creación de un gran centro de investigación en las distintas áreas que cultiva la Universidad, concentrado en buscar y construir soluciones para los principales problemas de las sociedades en desarrollo, que la Universidad asuma como un proyecto prioritario, y con el compromiso de conformarlo, en un plazo de no más de quince años, en un centro de referencia mundial por su excelencia científica.
- La Universidad tiene que avanzar en el desarrollo de esquemas contemporáneos de educación y formación que permitan la doble titulación, el sistema de créditos académicos convalidables, la movilidad de estudiantes y la educación continuada. Los estudiantes de la Universidad deben poder cursar al mismo tiempo varios programas y todo debe estar plenamente dispuesto para facilitarlo. De igual modo, la Universidad debe comprometerse con sistemas internacionales de acreditación, de modo que los estándares mundialmente aceptados de verificación de la calidad de los centros universitarios pasen a integrar sus prácticas cotidianas.
- Consideramos necesaria una política transparente de concesión de becas de estudios y ayudas académicas, para conservar una de las fortalezas de la Universidad: la formación de los profesores a partir de sus mejores estudiantes. Es imperioso que sea sólo el mérito académico, y no influencias personales o de coyuntura, lo que determine ese apoyo. El actual sistema totalmente discrecional no permite a los mejores acceder a los estipendios, sino a los que las directivas de la Universidad determinen.
- Gracias a su carácter de Universidad privada, el Externado puede y por tanto debe mantener a toda costa su independencia moral y científica frente a cualquier poder político, económico o ideológico, y por tanto no se puede convertir en apéndice o vocera de ningún gobierno, ni tampoco en trinchera de la oposición.
Reformas en la proyección hacia la sociedad
- La Universidad tiene que recuperar su legitimidad ante la sociedad como referente de pensamiento crítico, espíritu científico, laicismo y compromiso con los derechos humanos.
- La Universidad debe ofrecer productos útiles de investigación frente a los principales problemas presentes y futuros de Colombia. En especial, en los años venideros la Universidad debe volcarse hacia la investigación en temas ambientales, así como en el fortalecimiento de la democracia, la construcción de igualdad y el afianzamiento de los acuerdos de paz entre los colombianos.
- El Externado debe tener una política seria y ambiciosa de responsabilidad social, con respeto íntegro de los derechos humanos en todos sus procesos de producción de conocimientos.
Reformas reglamentarias
- Los estudiantes son el núcleo de la Universidad y su razón de ser. Por tanto, no solo deben disponer de una formación de excelente calidad, sino que debe auspiciarse su participación activa en todos los procesos deliberativos y decisorios de la Universidad. El Externado debe garantizar y proteger y maximizar las libertades de sus estudiantes y las de su cuerpo docente.
- El Externado debe reformar sus reglamentos para favorecer la excelencia académica sin fomentar la deserción estudiantil. Cada estudiante que pierda su cupo en la Universidad por razones académicas debe asumirse como un fracaso de la institución.
- Es imperiosa la reforma del estatuto profesoral, para que todas las personas que quieran desarrollar un proyecto de vida académica sobresaliente tengan garantías de libertad de pensamiento y de cátedra, de estabilidad en el empleo, de transparencia y publicidad sobre las reglas del juego, de promoción y ascenso dentro de la institución y de remuneración suficiente. Debe erradicarse la política de dominación profesoral a través de los contratos renovables cada año. El nombramiento de decanos y directores de departamentos debe hacerse mediante concurso.
- Todas las personas que trabajan en la Universidad deben gozar de estabilidad laboral. La permanencia y el ascenso deben basarse en el mérito científico o en el excelente ejercicio de las funciones administrativas. No podemos permitirnos represalias laborales como el despido, la renovación (o no renovación) de contratos temporales o las políticas de aislamiento académico ante el disenso y la crítica. El personal que cumple funciones administrativas también debe gozar de mecanismos de participación en las decisiones de la Universidad.
- La asociación de exalumnos debe obrar con altruismo y desinterés, para propender por la integración de los graduados de la Universidad, por su bienestar y su reconocimiento profesional.
Reformas a la administración de la Universidad
- La Universidad está en mora de emprender un proceso de democratización e institucionalización de su administración y en la elección de sus directivos. Estos deben tener períodos de dirección claramente determinados. Al interior de las diferentes facultades debe imperar la democracia y el mérito para elegir a los directivos y toda la comunidad académica debe poder postularse a cargos de dirección.
- El Externado debe dar ejemplo de democracia y transparencia. Toda la comunidad universitaria debe tener claridad sobre las reglas y la forma como funciona y se administra la Universidad, y posibilidad de participación en la misma. Los mecanismos de participación que impliquen elecciones deben garantizar el secreto del voto. La Universidad debe propiciar canales que aseguren a los estudiantes y profesores la difusión de sus pensamientos, como también la discusión pluralista de todas las decisiones. El manejo de los recursos de la Universidad no debe despertar suspicacia alguna, así como tampoco los motivos de las decisiones sobre la dirección de las distintas facultades, el número de estudiantes y de profesores, sus calidades, las políticas de empleo y hasta el manejo de la infraestructura de las sedes. La opacidad siempre generará desconfianza y sospechas, que no se callan con erráticos golpes de autoridad. La transparencia debe incorporarse como norma de principio en toda la gestión de la Universidad. La opacidad es un disvalor para la Universidad, pues sugiere y propicia un ambiente oscuro de gestión.
- Proponemos que se reformen los estatutos de la Universidad para dar cabida en su dirección a la participación plural de estudiantes, exalumnos, trabajadores y profesores. En el consejo directivo de la Universidad debe haber presencia de todas las facultades (al menos una persona de cada facultad), su composición debe ser paritaria entre hombres y mujeres y se debe garantizar la representación de minorías.
- La Universidad debe incorporar dentro de su quehacer cotidiano las prácticas de rendición de cuentas comprobadas de la gestión administrativa y aún de la académica. Desde el consejo directivo y el rector hasta las unidades administrativas y académicas, todos los que gestionan procesos administrativos y académicos en la Universidad deben rendir periódicamente cuentas de su gestión y deben actuar con transparencia y pulcritud. El secretismo y la opacidad imperantes en este momento generan desconfianza y deslegitiman. Así mismo, debe fomentarse la administración descentralizada y responsable, que exima a la rectoría de la toma de decisiones de rutina e intendencia que resultan altamente ineficaces,
- Las dependencias administrativas de la Universidad deben estar al servicio de las labores académicas y no al contrario, como ocurre con frecuencia en la actualidad. Es necesario erradicar la falta de sentido académico y el espíritu burocrático que ha prevalecido últimamente en las decisiones universitarias. Los directivos no deben ejercer su función en beneficio personal.
- El cuantioso patrimonio económico acumulado de la Universidad debe estar al servicio de la enseñanza y de la investigación, y no estar al servicio del incremento de tal patrimonio. Es ajena a la función social de la Universidad la instrumentación de la autonomía universitaria como simple prerrogativa de tipo empresarial. La gestión de la Universidad debe tener en cuenta la obvia necesidad de supervivencia y estabilidad económica, pues de ello depende su independencia, pero dado que la finalidad de las Universidades no es la obtención de lucro, sino el progreso cultural y científico de la sociedad, no debe perderse de vista el vínculo entre autonomía universitaria y libertad académica.
Post tenebras spero lucem
Juan Pablo Estrada Sánchez Néstor Osuna Patiño
Jorge Fernando Perdomo Torres Hernando Parra Nieto
Saúl Sotomonte Sotomonte Ramiro Bejarano Guzmán
Bogotá, agosto de 2020


Renovación del consejo directivo en medio de la pandemia
El rector del Externado debe ofrecer garantías confiables de respeto al secreto del voto y a la pulcritud de los escrutinios. Si va a rendir cuentas, debe hacerlo con rigor e informar sobre el poder que le confirió a la Secretaria General.
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Renovación del consejo directivo en medio de la pandemia
El rector del Externado debe ofrecer garantías confiables de respeto al secreto del voto y a la pulcritud de los escrutinios. Si va a rendir cuentas, debe hacerlo con rigor e informar sobre el poder que le confirió a la Secretaria General.
Con la inscripción de cuatro listas se abre el período de campaña y votación que concluirá con la renovación de la representación profesoral en el consejo directivo de la Universidad para el período 2020-2022. Sí, para un bienio nada más. Lo que nos ocurrió al respecto en los últimos 22 años es una vergüenza que no se puede repetir. Todo indica, por otra parte, que la campaña se adelantará exclusivamente por internet y, así mismo, que la votación será electrónica y remota.
A riesgo de pecar por insistir tanto en ese punto, desde EL RADICAL manifestamos de nuevo que es imprescindible que se garantice un proceso electoral limpio, sin interferencia de las actuales autoridades de la Universidad (rector, secretaria general, decanos y directores de departamentos) en favor o en contra de ninguna lista, y con respeto celoso del secreto del sufragio y de la pureza del escrutinio.
Según lo advierten los expertos en informática, pocas cosas son más difíciles de garantizar que el secreto de las comunicaciones en internet y, así mismo, pocas son más manipulables que los datos que se envían por la red. Así que en esto el Externado tiene que tomar todas las precauciones para que no pueda ocurrir ninguna irregularidad y debe permitir que todas las campañas, mediante expertos contratados por ellas, pero pagados por la Universidad, tengan veedores que puedan darle a sus miembros y a la comunidad universitaria tranquilidad plena sobre la limpieza del certamen electoral. La selección misma de la empresa que se encargará de facilitar los mecanismos electrónicos de votación debe ser pública y con previo examen y aprobación por el consejo directivo de la Universidad.
De otro lado, a partir de la asamblea de profesores del próximo martes 25 de agosto se abrirá el debate sobre las candidaturas. El sentido de esa asamblea es comenzar a escuchar a los candidatos y candidatas. La comunidad académica está ávida de conocer sus propuestas para el futuro de la Universidad. A propósito, muy pocas mujeres en esas listas y todas ellas en renglones secundarios o en suplencias. Incluso hay una lista que no incluyó a ninguna mujer entre sus seis candidatos principales. ¡Vaya decepción! Pero también llama la atención otra, integrada en exclusiva por profesores de derecho y con cinco varones como candidatos principales, en la cual la directora del departamento de Derecho Constitucional, el más numeroso y con el grupo doctoral más reconocido de la Facultad, fue ubicada como suplente del sexto y último renglón. ¡Curioso mensaje a ese grupo de docentes!
En fin, es menester recordar que la próxima asamblea de profesores es para escuchar a los candidatos y no tiene como finalidad recibir un supuesto informe de gestión rectoral que, en ese escenario y en este momento, sin duda tendería a favorecer las listas predilectas de la actual administración. Si el rector por fin ha decidido rendir cuentas, aquí, en esta edición de EL RADICAL, podrá encontrar un instructivo sobre cómo hacerlo, de modo que no confunda una puesta en escena un tanto teatral sobre el número de estudiantes y de libros publicados (en estos ocho años largos ya hemos visto varias veces esa representación) con una genuina rendición de cuentas, que debe ser escrita y con posibilidad de contrastar la información oficial.
Por lo demás, si ya al final de su período el rector ha decidido rendir informe sobre su gestión, debería contarle a la comunidad universitaria por qué y para qué, apenas diez días después de haber asumido su cargo, le otorgó un poder general para el manejo de la Universidad a la secretaria general, y al informar sobre ello haría bien en manifestar si obtuvo autorización del consejo directivo para proceder de ese modo, si a su criterio los estatutos de la Universidad, con sus reformas, le permitían delegar en términos así de amplios la dirección docente, económica y administrativa de la Universidad y cuáles han sido los actos de la apoderada en ejercicio de esa entrega sin reservas del manejo de la Universidad.
En esta edición de EL RADICAL se puede consultar una imagen facsimilar del referido poder, otorgado en una notaría de Bogotá.


Tres ideas para rescatar las elecciones
La Universidad Externado necesita un proceso electoral pulcro, serio y transparente, con vigilancia independiente en la votación y el escrutinio. Son imprescindibles reglas de juego limpio.
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Tres ideas para rescatar las elecciones
La Universidad Externado necesita un proceso electoral pulcro, serio y transparente, con vigilancia independiente en la votación y el escrutinio. Son imprescindibles reglas de juego limpio.
Desde esta misma columna de EL RADICAL hemos denunciado la falta de garantías que rodea el certamen electoral convocado, por fin, para finales de septiembre, en el que se renovará la composición del consejo directivo de la Universidad. En especial, hemos advertido que no es conveniente la delegación a la Secretaria General de todas las funciones relacionadas con el censo de votantes, la inscripción de candidaturas, la organización de la jornada de votación y el escrutinio de los votos, por los intereses específicos de esa funcionaria en mantener “la ley del silencio” de la que ella misma ha sido protagonista en esta administración, así como su obstinación en impedir cualquier modificación sustancial al funcionamiento actual de la institución. Dado que habrá una lista de candidatos que cuente con la preferencia rectoral y de la Secretaria General, eso descalifica a ambas dependencias para organizar las elecciones. La Universidad necesita un proceso electoral serio, transparente y pulcro.
Debemos anotar que se agrega una nueva preocupación, consistente en la garantía del secreto del voto y de ausencia de manipulación de los resultados, ante la inminencia de una votación a distancia y por medios informáticos, pues la experiencia indica que cualquier previsión es poca si se trata de mantener la pureza de las elecciones cuando se utilizan mecanismos electrónicos de voto. No puede ser que la dependencia de informática de la Universidad se encargue de eso: esa oficina apenas si va de tumbo en tumbo con los registros académicos y la enseñanza virtual, pero, además, depende directamente de la Rectoría y de la misma Secretaría General.
Habrá que contratar alguna empresa externa seria, experimentada y transparente para que se encargue de la votación y el escrutinio. La contratación de esta debe ser pública, de cara a toda la comunidad universitaria, con posibilidad de control e interventoría efectivas sobre todos sus procedimientos, con la participación de ingenieros de sistemas y expertos en informática independientes, contratados a propuesta tanto de las listas de candidatos como de los electores. Si ello es así, las elecciones podrían salvarse y salvar al Externado de su actual deriva, y para ello desde aquí sugerimos tres ideas para el debate que se viene:
- Entre los candidatos no deben estar ni el Rector ni ninguno de los actuales decanos o directores de departamento. La razón de esto es sencilla: son ellos quienes contratan a los profesores, establecen las cargas académicas y definen la permanencia de los mismos en la Universidad. Su presencia en las listas sería una burla a la igualdad entre aspirantes. Adicionalmente, no conviene que en el consejo directivo de la Universidad haya decanos o directores de dependencias académicas, tanto por razones de jerarquía institucional como de transparencia en la rendición de cuentas.
- Sean cuales fueren los resultados electorales, el Rector y la Secretaria General deben poner a su disposición sus cargos ante el nuevo consejo directivo en cuanto el mismo se instale, para proceder a la necesaria reorganización administrativa y financiera de la Universidad. Sería conveniente que del mismo modo procedieran los Decanos y Directores de Departamentos.
- El debate electoral debe estar exento de mentiras, falacias ad hominem, matoneo a las candidaturas independientes y descalificación de la crítica con las muletillas insustanciales pero insidiosas de “atentar contra la institucionalidad” o “tener intereses particulares”. La institución es fuerte si puede debatir abiertamente sobre su situación actual y sus retos, y evidentemente, todos los candidatos y candidatas tendrán el interés particular de ganar las elecciones y de influir en la marcha de la Universidad.
EL RADICAL ofrecerá sus páginas y su aliento para quienes se comprometan con estas ideas y contribuirá con su grano de arena para intentar que las próximas elecciones no sean un nuevo elemento de frustración y decepción de la comunidad universitaria.


Mentiras rectorales
La contestación rectoral de Juan Carlos Henao al derecho de petición presentado por varios profesores deja más interrogantes que respuestas.
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Mentiras rectorales
La contestación rectoral de Juan Carlos Henao al derecho de petición presentado por varios profesores deja más interrogantes que respuestas.
A principios del pasado mes de junio varios de los profesores que se expresan libremente en esta tribuna le presentaron al Rector Henao una solicitud en la que invocaron el derecho de petición para obligarlo a que respondiera de fondo sobre varios problemas que su deficiente gestión no ha podido o no ha querido enfrentar, o para que al menos informara seriamente sobre cuestiones que toda la comunidad universitaria ve con preocupación creciente. Esos profesores le plantearon de frente y sin la adulación que tanto le gusta, pero que lo tiene perdido, las mismas inquietudes que muchos otros miembros de la comunidad universitaria rumoran en voz baja.
El Rector se tomó 40 días para responder y mientras tanto hizo algunos cambios relacionados con la solicitud, para así poder manifestar con soberbia que se presentaba una especie de “sustracción de materia” en varias de las solicitudes. Era más propio de su cargo, en verdad, haber admitido que gracias a la petición había corregido algunas decisiones suyas anteriores y haber aceptado otras que siguen sin adecuada respuesta.
Para ilustrar, van dos ejemplos:
1) Después de más de un año en el que infundadamente se le había negado al profesor Andrés González su derecho a participar en las reuniones del consejo directivo de la Universidad, este fue finalmente aceptado allí como miembro principal. El Rector, en su respuesta, ha podido evitarse una página entera de narración de sucesos y consideraciones personales sobre el asunto y admitir que a esa solicitud puntual se aceptaba. En cualquier caso, las farragosas líneas de su respuesta no ocultan lo evidente: la solicitud de los profesores era procedente y por tanto la integración del consejo directivo cambió.
2) Al momento de presentarse la solicitud, las elecciones de la representación profesoral en el consejo directivo estaban suspendidas, sin previsiones ciertas para reanudarse y sin fecha acordada para su celebración. En la respuesta se informa sobre su reanudación y el nuevo calendario electoral, lo que pone en evidencia que se acogió la solicitud, aunque lamentablemente sin atender el reclamo muy extendido de encomendarle su organización a una dependencia que le ofrezca a la comunidad universitaria garantías que no brinda la concentración de todo el evento en la Secretaría General.
También hay que manifestar que otras de las respuestas son francamente inadmisibles para quien ya está en la etapa final del ejercicio de su cargo, como aquella en la que, frente a la solicitud de expedición de un genuino estatuto profesoral responde, luego de más de 8 años de ejercicio de las funciones rectorales, que “se presentará próximamente al consejo directivo el tema, para efectos de realizar una primera evaluación del mismo”. O aquella otra en la que le manifiesta a los peticionarios que “la totalidad de las solicitudes presentadas ante la Universidad Externado de Colombia son resueltas, ya sea que se trate de derechos de petición, requerimientos o quejas, por citar algunos ejemplos”, cuando lo cierto es que la rectoría NUNCA ha respondido las preguntas que mensualmente se le han formulado desde EL RADICAL.
Mención aparte merece la solicitud sobre rendición pública de cuentas y solicitud de auditoría externa independiente, con exhibición de la relación de ingresos y egresos, comprobantes, facturas, recibos y la totalidad de los asientos contables. El Rector afirma que anualmente le ha rendido cuentas al consejo directivo, pero omite informar que se ha tratado, invariablemente, de episodios puramente formales en los que se le ha presentado a sus miembros una información escueta, puramente general, sin desagregación y sin posibilidad ni tiempo suficientes para contrastarla, como ocurriría en cualquier órgano directivo serio que deba aprobar ese tipo de cuentas. Una rendición de cuentas es un ejercicio serio y exigente de transparencia, bilateral, en el que se informa a la comunidad universitaria sobre el estado de la gestión, cuyos miembros tienen la posibilidad de pedir información, solicitar explicaciones, hacer evaluaciones y presentar propuestas para mejorar, premiar o sancionar los resultados presentados. El Rector confunde una rendición de cuentas con un ritual unilteral e insustancial ante el consejo directivo en el que muestra unos datos sin soportes y recaba las firmas de sus miembros para cumplir con la normativa contable y fiscal, sin ofrecer elementos que les permitan a sus miembros enterarse de la verdadera situación económica, institucional, administrativa y sobre todo académica de la institución. Cabe precisar que esas cuentas han sido aprobadas por mayoría de votos en el consejo directivo, pero no con la unanimidad de la que tanto se ufana.
De otro lado, el Rector resalta los resultados de algo que denomina “rendición especial de cuentas” (que no auditoría) de la firma Price Waters Coopers, a la que se le solicitó que respondiera un cuestionario de 14 preguntas acordadas por el consejo directivo (al que para entonces no acudía el profesor Andrés González), con la aclaración de que “si no se hicieron más preguntas fue porque nadie lo consideró necesario”. El Rector no informa, sin embargo, que no se ha publicado ante la comunidad universitaria el resultado de esa “rendición especial de cuentas” limitada a 14 preguntas, y que incluso cuando él mismo le presentó esos resultados al consejo directivo lo hizo de forma incompleta, pues la representación estudiantil advirtió que en el informe entregado se hacía alusión a una carpeta a cuyo contenido no se les permitió acceder.
Ante ese modo de proceder, aunque responda cien veces lo mismo, el Rector tendrá que entender que persisten las dudas sobre el estado económico del Externado y que la opacidad sigue siendo el sello de su gestión. Sólo una genuina auditoría independiente, sin límites en el acceso a la información, con acceso pleno a toda la documentación que requiriera, podría suplir esas carencias de lo que él llama rendición de cuentas.
Por último, la respuesta al derecho de petición permite apreciar, eso sí, la intempreancia rectoral, la descalificación de toda crítica, el desprecio frente al desacuerdo y la infinita vanidad de quien responde. Menos mal ya falta poco.
Conozca aquí el derecho de petición que le envío EL RADICAL al Rector Juan Carlos Henao
Conozca aquí la respuesta del Rector Juan Carlos Henao al derecho de petición


La ley del silencio
El Externado tiene un gobierno universitario enclaustrado, arbitrario, a la defensiva incluso de su propio Consejo Directivo. Es un ejemplo de anaquel sobre el imperio de la opacidad.
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La ley del silencio
El Externado tiene un gobierno universitario enclaustrado, arbitrario, a la defensiva incluso de su propio Consejo Directivo. Es un ejemplo de anaquel sobre el imperio de la opacidad.
Es posible que muchos externadistas no lo sepan, pero es imposible conocer las actas de las sesiones del Consejo Directivo de la Universidad. Con una leguleyada de mala factura, la actual administración decidió que esos documentos son reservados, no sólo frente a la comunidad universitaria sino incluso, y esto es increíble, frente los propios miembros del Consejo Directivo. La administración desconoce así el derecho que tenemos los externadistas a saber cómo se dirige la Universidad, que, valga recordarlo, no tiene dueños ni accionistas, sino que es una fundación sin ánimo de lucro gobernada, según sus estatutos, por sus estudiantes y profesores.
Probablemente tampoco sepan, esos mismos externadistas, que la situación patrimonial y de liquidez de la Universidad se guarda bajo reserva, como si fuera el más delicado secreto de Estado, incluso para los miembros del Consejo Directivo, a quienes se presentan para su aprobación, año tras año, unos balances sin soportes, cuya veracidad desconocen. Es cierto que algunos consejeros han manifestado su desacuerdo con ese modo de proceder y se han abstenido de votar a ciegas sobre esos balances, pero pese a ello, han sido aprobados por mayoría. En varias ocasiones algunos consejeros han solicitado una rendición de cuentas cierta, documentada, con información desglosada sobre ingresos y gastos, estados financieros veraces e informes de auditoría externa contrastada, pero sus solicitudes siempre se han despachado en sentido negativo con arrogancia y autoritarismo.
Menos aún sabrán, esos mismos externadistas que conservan todo el cariño por la vieja alma mater, que hace unos meses la administración contrató a un ilustre académico ajeno al Externado, el Dr. Carlos Angulo Galvis, para que hiciera un diagnóstico de la Universidad y presentara unas propuestas de reformas para su modernización. Ese solo hecho, de contratar un asesor externo y desoír las voces de los profesores, estudiantes y exalumnos de la casa, es ilustrativo del talante excluyente y de la orfandad intelectual de la administración. Pero la guinda de la asesoría es que sus resultados, tal como viene ocurriendo casi con todo en esta administración, también hayan sido apresuradamente metidos a la caja fuerte de los secretos y por tanto no se hayan divulgado ni debatido y, de nuevo, que ni siquiera los miembros del Consejo Directivo de la Universidad los hayan podido conocer.
Tampoco se conocen los resultados de una frustrada auditoría que el año pasado tuvo que contratar la administración de la Universidad ante la insistencia de algunos miembros de su Consejo Directivo. Esa auditoría se contrató, pero a la firma elegida sólo se le entregó para su revisión una información parcial e inocua sobre la situación y los manejos financieros de la Universidad. Pese a ello, sus resultados se mantienen en reserva. Ante esto se hace necesaria una genuina auditoría externa, independiente, contratada sin la participación de la Rectoría ni de la Secretaría General de la Universidad.
Recientemente esa misma administración se ha empeñando en negarle a un miembro de ese Consejo, el Prof. Andrés González Díaz, el derecho a ejercer su representación, de la cual se ausentó por el ejercicio de algunas funciones públicas que ya concluyó. Para ello han acudido la muy hipócrita tesis de que su elección caducó en favor de su suplente. Curiosamente, esa tesis no se le aplica a los demás elegidos, que concurrieron todos hace 22 años a una elección para un período de dos años. ¡Sí, de dos años! Para unos no hay caducidad, para otros sí. Para unos hay llamado al suplente, para otros no. ¡Qué hermenéutica más elástica!
Como si lo anterior no fuera suficientemente anómalo, los miembros del Consejo Directivo se comprometen, vaya uno a saber con qué fundamento normativo o ético, a guardar reserva de todo lo que se discuta y decida en ese órgano de dirección universitaria. En conclusión: estamos ante la ley del silencio, ante un gobierno universitario enclaustrado, arbitrario, a la defensiva incluso de su propio Consejo Directivo. Es un ejemplo de anaquel sobre el imperio de la opacidad. ¿Qué puede explicar todo esto? ¿Cómo pretenden no generar suspicacias?
En varias ocasiones desde las páginas de EL RADICAL hemos recordado que, más allá de una obligación legal, la transparencia es un presupuesto para el gobierno democrático de la institución, una buena práctica de gestión que la fortalecería, generaría confianza y compromiso entre los miembros de la comunidad académica y ubicaría a la Universidad, en el contexto de la sociedad colombiana, como una institución privada ejemplar, seria, cristalina, sin dogmas ni secretos, dedicada al fomento de las ciencias sociales y a la formación de los mejores profesionales. Las directivas, por supuesto, no han escuchado esta voz, y se comportan ante estos reclamos con menosprecio y con una lógica alcabalera que destruye la esencia de la Universidad como institución para el cultivo del pensamiento crítico y como entidad sin ánimo de lucro.
Desde la representación estudiantil han surgido también reclamos en ese mismo sentido. En esta edición puede leerse la carta abierta de uno de los estudiantes que integran el Consejo Directivo, en el que hace oir su voz razonada sobre la necesidad de un gobierno republicano para el Externado. EL RADICAL apoya esa propuesta.
Del bache de estos años, el Externado saldrá adelante por la pujanza de sus estudiantes y profesores. Pero para diseñar la Universidad del futuro necesitamos conocer su situación académica, administrativa, laboral y financiera, y ante ese clamor creciente no puede sostenerse por más tiempo la ley del silencio con la que han llevado a la institución a una situación de crisis que ya no se puede ocultar más.


EL RADICAL ni se compra ni se vende
Quienes afirman que EL RADICAL pretende “tomarse el poder”, simplemente se escudan en esa falacia ad hominem para descalificar las críticas sin responderlas y para evadir la rendición de cuentas que toda la Universidad está esperando.
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EL RADICAL ni se compra ni se vende
Quienes afirman que EL RADICAL pretende “tomarse el poder”, simplemente se escudan en esa falacia ad hominem para descalificar las críticas sin responderlas y para evadir la rendición de cuentas que toda la Universidad está esperando.
Si algo ha identificado el estilo desleal de las actuales directivas del Externado son las mentiras y campañas de desinformación que a la manera de Goebbels, el ministro de propaganda nazi, se ha instrumentado y propalado.
En cuanto EL RADICAL empezó a dar cuenta de las irregularidades que vive la Universidad y que aun persisten, porque siguen sin rendirse cuentas comprobadas de la gestión y aun no se permite una auditoria externa autónoma e independiente, desde la rectoría se soltó un primer mensaje de desinformación que muy pronto se desbarató. En efecto, el primer paso fue difundir la especie de que EL RADICAL era una excusa para llevar a la rectoría a Eduardo Montealegre, ex fiscal General de la Nación, con quien el Rector Henao creó un problema insoluble.
En ese momento los amigos del Rector y beneficiarios de sus favores, entre otros los destinatarios de una que otra beca estando en uso de buen retiro, salieron a sostener en diferentes escenarios que toda esta propuesta de un grupo de profesores era simplemente una estrategia para cambiar a Henao por Montealegre. Vino la reelección expresa y fraudulenta de Juan Carlos Henao como Rector, y como era de esperarse el nombre del doctor Montrealegre no apareció ni siquiera mencionado, con lo cual quedaron despejados los falsos rumores de que se buscaba convertirlo en Rector.
Ahora, ante la insistencia de EL RADICAL para que se rindan cuentas comprobadas de la gestión, que despejen la mortal duda de que hablaba Racine de si las actuales directivas están haciendo uso indebido de los recursos que les pertenecen o no, o para que se permita la realización de una auditoria externa, o para que se expliquen las relaciones confusas del Externado con el Grupo Bolívar, de nuevo las directivas de la Universidad han difundido otra especie igual de mentirosa que la primera. Ahora pretenden convencer a los incautos de que en realidad lo que busca EL RADICAL es apoderarse de la Universidad y tomar el control de la misma, lo cual haría ilegítima cualquier crítica que se haga desde estas páginas.
Una vez más hay que recordarlo: quienes dirigen la Universidad no son sus dueños, ni rige el principio monárquico en esta ilustre casa de estudios, ni existe algo así como un derecho a perpetuidad para gobernar al Externado. Es un insulto al cuerpo profesoral, en general, descalificar las críticas con la evasiva de que se trata de remplazar a las actuales directivas. Así pues, si algunos de los profesores que colaboran en esta noble publicación tuvieran aspiraciones de presentarse como candidatos a las próximas elecciones, están en su legítimo derecho a hacerlo. Las columnas que han escrito y las posturas que han asumido, le permiten a la comunidad universitaria conocer su talante y sus ideas. Que eso quede claro.
Pero dicho eso, es menester afirmar, con igual énfasis, que quienes propalan la versión de que EL RADICAL pretende “tomarse el poder”, simplemente se escudan en esa falacia ad hominem para descalificar las críticas sin responderlas y para evadir la rendición de cuentas que toda la Universidad está esperando. El Externado no traga entero, el cuerpo profesoral está consciente de esa artificiosa campaña de desinformación.
Lo que reclama EL RADICAL es transparencia, no el control del poder corrupto de la Universidad. Lo que busca la comundiad externadista es la garantía de que no haya habido un saqueo o un manejo irresponsable los haberes de la Universidad. Eso es lo que no quieren entender Juan Carlos Henao y Marta Hinestrosa, ni su guardia pretoriana de aduladores y por eso acuden a desinformar a la comunidad externadista.
Es propio de los dictadores mentir, porque es de la única forma como pueden asegurar su permanencia y sus abusos. Maduro y Chávez son buenos ejemplos recientes de como hicieron de la mentira un programa de gobierno. Lo que nunca creímos es que esas despreciables tácticas de mentir iban a convertirse en el sello de la administración actual del Externado.
EL RADICAL y sus organizadores, como el pasodoble famoso, ni nos compran ni nos vendemos. Post Tenebras Spero Lucem.


Primeras lecciones de la pandemia
Esta crisis le está enseñando a la Universidad Externado que tiene mucho por aprender.
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Primeras lecciones de la pandemia
Esta crisis le está enseñando a la Universidad Externado que tiene mucho por aprender.
Al igual que ha pasado en Colombia y en el mundo entero, en el Externado la pandemia que nos azota ha mostrado con crudeza viejas anomalías enquistadas, secretos guardados a voces, injusticias aberrantes y problemas no resueltos que, aunque se habían aclimatado en la rutina académica, han desembocado en un clamor que no se puede desatender si la Universidad quiere rescatar su liderazgo como centro de pensamiento libre y crítico al servicio de la sociedad.
El marco de todo ello es, sin duda, la enorme distancia que ha ido creciendo entre los principios fundacionales de la Universidad, que las autoridades repiten a modo de mantra, y las prácticas de la gestión administrativa y académica, que no son más que una cadena kafkiana de burocratización arrogante, opaca y autoritaria que se apoderó del quehacer universitario.
Se invoca la libertad, pero los estudiantes sienten un ambiente académico opresivo que llega incluso a episodios vergonzosos de censura; se pregona la austeridad, pero se pretende aumentar la participación accionaria de la Universidad en un grupo financiero; se pone cara de circunspección para repetir la muletilla “de cara al futuro”, pero las estrategias académicas son las mismas de hace 60 años, se alza la voz para recordar la excelencia académica, pero los resultados de las Pruebas Saber Pro, antes Ecaes, y los rankings universitarios muestran resultados preocupantes, y así podría seguirse con un largo etcétera.
Algunos ponen cara de sorprendidos cuando ahora, recluidos todos en nuestras casas, advertimos en la misma pantalla que la publicidad que la Universidad paga en los medios de comunicación, con sus entrevistas condescendientes y sus videos institucionales edulcorados, son respondidos de inmediato, sin concesiones, por centenares de estudiantes que en sus redes sociales nos muestran una realidad muy distinta.
Consideramos que es urgente construir canales de comunicación libre, fluida y útil entre los miembros de la comunidad universitaria para la toma de decisiones. Hay que desterrar las prácticas de gestión secreta de la Universidad: tanto en su manejo administrativo y económico, como en los procesos académicos, tenemos que construir unas reglas legítimas de gobierno universitario que hoy en día no existen.
También es imperioso reorientar la estrategia de gasto en tecnología e informatización de la Universidad. Se han destinado demasiados millones de pesos a sucesivos programas de software y se ha gastado a manga ancha en hacer publicidad de la educación virtual, pero lo cierto es que ahora, cuando todo eso resultaba necesario, hemos visto, por ejemplo, que habilitar un aula virtual supone un trámite tan dispendioso como inversamente proporcional a la utilidad de la herramienta, que el simple correo electrónico es más funcional que todo ese andamiaje informático y que terminamos dependiendo del programa Zoom, que ni es del Externado ni fue diseñado como un software académico.
No podemos dejar de mencionar los descuentos recientemente anunciados para las matrículas del próximo semestre que, aunque suponen obviamente un alivio económico, son poca cosa frente al esfuerzo que se podría hacer desde las directivas de la Universidad. Una institución que, no por poca cosa, es considerada la más rica del país, bien haría en demostrar más generosidad con sus estudiantes, razón misma y fin último de esta casa de estudios.
Todo esto nos ha dejado al descubierto que estamos afrontando una crisis profunda. Una crisis externa impulsada por un problema mundial, acusada por las insuficientes herramientas con las que la Universidad se aperó; y una interna, no sólo detallada en parte en este Editorial, sino por sus componentes expuestos tanto en pasadas ediciones de EL RADICAL, como en otras denuncias de estudiantes y profesores.
Existen ejemplos, sin embargo, de situaciones de crisis en las que las personas dan lo mejor de sí mismas y en las que se aprovechan los cataclismos como terreno fértil para el cambio y el progreso. Así lo pensamos en las páginas de EL RADICAL, que siguen abiertas a todas las propuestas para salir fortalecidos de este desafío histórico al que nos hemos visto enfrentados de modo súbito.
En esta edición, precisamente, se publican varios escritos enviados por antiguos alumnos, en los que se aprecian luces de solidaridad que se irradian hacia el vecindario de nuestra sede histórica, o hacia la necesaria modernización del Consultorio Jurídico para acompasarlo con las necesidades de protección legal de tantos de nuestros conciudadanos.
Saber gestionar diligente y satisfactoriamente estas presiones es lo que la comunidad universitaria Externadista espera de sus directivas: la implementación de cambios selectivos, la apertura democrática y, sobre todo, un escenario de discusión donde la disidencia no sea tomada como dañina, malqueriente, sino todo lo contrario: una voz que puede tener aportes para sacar adelante la Universidad que todos amamos.
Las generaciones futuras nos recordarán por lo que hicimos ante esta encrucijada.


EL RADICAL convoca – Reflexiones para el Externado en esta época de crisis global
EL RADICAL ofrece sus páginas libres e independientes para quienes quieran expresarse ante esta difícil coyuntura. Para tal fin, su editor estará atento a recibir los mensajes y propuestas al correo: elradicalinfo@gmail.com.
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EL RADICAL convoca
Reflexiones para el Externado en esta época de crisis global
EL RADICAL ofrece sus páginas libres e independientes para quienes quieran expresarse ante esta difícil coyuntura. Para tal fin, su editor estará atento a recibir los mensajes y propuestas al correo: elradicalinfo@gmail.com.
Este es un momento de una sensibilidad social, sin precedentes, en las últimas generaciones y por ello EL RADICAL consciente de esa lacerante realidad hace presencia de nuevo en la comunidad externadista para contribuir en la formulación de propuestas o ideas encaminadas a hacerle frente a esta terrible pandemia, no sin antes lamentar el liderazgo errático con el que se ha pretendido conducir a nuestra comunidad en estos tiempos turbulentos.
La primera postulación tiene que ver con la necesidad de convocar a directivas, profesores y estudiantes a que concilien espacios de encuentros aun en la diferencia, y pensando en ello, EL RADICAL ofrece sus páginas libres e independientes para quienes quieran expresarse en cualquier sentido. En esta hora debemos estar dispuestos a oírnos todos y no solamente a imponer la insular voz de una autoridad que no puede desgastarse impartiendo órdenes antipáticas o que generen divisiones.
Esta convocatoria va extendida como filosofía para practicarse al interior de la Universidad en todos sus estamentos, para rescatar el clima de deliberación y respeto por la opinión ajena y disidente en el que nos formamos. Con tal fin, el correo electrónico de nuestro editor, Felipe Ortegón Romero, estará atento a recibir los mensajes y propuestas que tengan a bien enviarnos: elradicalinfo@gmail.com y felipeortegon1983@hotmail.com
En el marco de esta iniciativa es relevante que la comunidad externadista piense en la urgencia de hacer presencia solidaria con sectores de la población que en esta emergencia están más desprotegidos. No solamente merecen atención directivas, profesores, alumnos y empleados de la Universidad, sino otras personas que hacen parte de muy diversas maneras del entorno funcional de la actividad académica.
La Universidad de los Andes, por ejemplo, se ha comprometido en una ayuda humanitaria a sus vecinos, encomiable decisión que por su trascendencia en todos los aspectos, debería ser repetida en nuestra Casa de Estudios. A su turno, el Colegio Mayor del Rosario optó por anticipar los grados a sus alumnos de Medicina con la mira puesta en que estos egresados se ocupen de la emergencia médica. Y es aquí donde EL RADICAL pregunta a la generosa comunidad externadista si habremos de pasar en silencio en este crucial instante de la vida nacional.
Una Universidad de tradición liberal, pluralista y con alto sentido social no puede reducir sus mensajes sociales a ser únicamente partícipe de un importante conglomerado económico, porque en sus aulas y en su inmenso cuerpo de egresados hay personas capaces de prestar ayuda humanitaria de muy diversa naturaleza a quienes están en situación de vulnerabilidad. Por ejemplo, los externadistas, los que están educándose o quienes ya abandonaron físicamente el claustro, podrían constituir brigadas de apoyo legal a personas que son menoscabadas en sus derechos laborales o los fundamentales, de manera que encuentren auxilio oportuno y gratuito en la desesperada situación en la que han sido puestas por cuenta del abuso y la arbitrariedad.
También se echan de menos las propuestas de nuestros penalistas para superar el grave problema en las prisiones y la excarcelación domiciliaria con fines humanitarios.
Lo único que no le puede pasar al Externado ni a los externadistas es que cuando la historia de esta hora trágica para la humanidad se escriba, no haya nada para contar ni registrar de parte nuestra. Nuestros abuelos radicales, que se alzaron contra la opresión y de las cenizas levantaron este Externado que hemos construido entre todos, no se sentirían ni interpretados ni honrados con un silencio inexplicable e indolente.
Pero no menos importante es que la Universidad en este momento sea consciente y tenga en cuenta las penurias de sus estudiantes, hoy enfrentados con sus familias a unas dificultades para las que no estaban preparados. Por ejemplo, podría Bienestar Universitario aliviar las penas de varios de ellos facilitándoles el acceso a computadores o a instrumentos para poder adelantar sus estudios en los tiempos del coronavirus, y ofrecer virtualmente el acceso a todos los libros de la biblioteca, a buena parte de estos. Además, podría poner en práctica, así sea transitoriamente, un ajuste en los costos del próximo semestre atendiendo las particularidades de este que sin duda es atípico.
Es solo una lluvia de ideas que mitigaría la sequía que hoy sacude a unos estudiantes que por fin verían a la Universidad de su lado, preocupada por sus avatares y angustias. Poco ayudan las imágenes de discusiones exhortando a “controlar la cabeza” ajena pero sin ordenar la propia, como extraviado camino para no oír al contrario y menospreciarlo, postura ajena a nuestros postulados éticos como externadistas.
En ese orden de ideas, toma sentido que ahora la Universidad cumpla la justificación que el Doctor Fernando Hinestrosa solía dar al hecho de que el Externado fuese accionista de un importante conglomerado económico, condición que hoy la ha convertido en la más rica del país, en el sentido de que ese esfuerzo era un “ahorro” que se constituía en un “seguro de vida” ante alguna adversidad. Llegó el momento de que ese billonario ahorro sea utilizado en bien de la comunidad externadista y de la Universidad toda. Muchos de nuestros estudiantes agradecerían la concesión de becas para poder matricularse y adelantar sus estudios sin tropiezos contando con un auxilio informático.
En este último aspecto urge también que la Universidad oriente sus preocupaciones a la formación de una nueva cultura de la tecnología como medio de transmisión del conocimiento. Los sistemas SAP y BANNER hoy tienen probadas sus deficiencias y por tanto se hace necesario ajustarlos o sustituirlos. Ello, además, ha de estar acompasado con una política de capacitación generalizada de estas modernas herramientas, tanto de estudiantes como de profesores y funcionarios.
Obviamente EL RADICAL apoya el mensaje y el esfuerzo de que la Universidad no se paralice en estos días de cuarentena, porque esa sería una opción ruinosa para su propio futuro y además el de nuestros estudiantes, el personal administrativo y todos los docentes. En tal sentido, conviene insistir en que las clases virtuales se adelanten e inclusive que se puedan surtir los exámenes respectivos pero dentro de una metodología inteligente y novedosa que no repita los estereotipos de evaluación que hemos ensayado durante más de un siglo. Es preciso que los docentes puedan concertar con los estudiantes métodos ágiles de evaluación, diseñados sobre fórmulas imaginativas que partan del principio de que sea el evaluado quien tenga que contribuir a un mejor sistema de comprobación de sus competencias. Por ejemplo, que los alumnos trabajen individualmente en la preparación de trabajos académicos a través de los cuales puedan demostrar que han quedado suficientemente adiestrados en las diferentes disciplinas. Este debe ser un esfuerzo para todas las facultades, no solo la de Derecho, pues en cada una es preciso construir el mismo edificio del saber, ajustándose a las necesidades de un momento excepcional
En este inventario de preocupaciones, por supuesto que también ocupa sitio de privilegio, que la Universidad y particularmente su Facultad de Derecho enfrenten de manera responsable, segura y consensuada la labor de analizar el pensum académico, con miras a tomar decisiones trascendentales como la de semestralizar o no la carrera y definir cuál habrá de ser el perfil del futuro abogado que ha de ofrecerse al país en general.
Cierto es que por diversas razones que no es preciso explorar ahora, a la Universidad se la ha hecho tarde enfrentar y solucionar este complejo asunto, pero no menos cierto lo es que tampoco puede precipitarse ahora a tomar decisiones sobre estos temas, justamente en el peor momento por el que atraviesa la humanidad.
El Externado debe propiciar una discusión franca, abierta, donde puedan participar todos los sectores, tanto directivos, profesores como estudiantes, para tomar las decisiones que seguramente estarán rigiendo por el resto de esta accidentada centuria que apenas se inicia. A nadie escapa que promover tan severa empresa de reformar el pensum académico en medio de la cuarentena por el coronavirus no ofrece las mejores condiciones para que, de manera íntegra la comunidad externadista, sin excluir a nadie, se ocupe de esta tarea que siendo urgente no ha de tratarse como inminente, en conciliábulos o con tímida difusión, pues esto merece un amplio y público debate.
Cuando todo vuelva a la normalidad, será la hora de verificar cómo habrán de contribuir todas las facultades a la post crisis, como también si la Universidad deberá seguir concentrada en las ciencias sociales o si llegaron los tiempos de interesarse en educar generaciones para otras disciplinas que también le sirvan al país, como hasta ahora lo han hecho los miles de egresados de todas las facultades.
El Externado del nuevo milenio debe diseñar un canal de comunicación de la realidad externadista, pues nuestros estudiantes, profesores y funcionarios no están siendo escuchados debida ni oportunamente. La Universidad no está en capacidad de saber, por ejemplo, ¿Quién se encuentra en situación de vulnerabilidad económica, habitacional o incluso emocional? o ¿Quién carece de equipo de cómputo o de conexión a internet para atender sus clases virtuales?
Igualmente, es urgente la creación de un Centro de Pensamiento para contribuir con ideas y acciones a superar la difícil situación del país ante la crisis y luego de ella, desde la perspectiva del Externado, con atención prioritaria de la problemática de nuestras gentes, mediante la promoción de bancos de proyectos para soluciones efectivas de algunos de los tantos problemas sociales y económicos que sobrevendrán, de fondos de solidaridad y ayuda concreta.
En fin, este mensaje de EL RADICAL en la mitad de esta dura emergencia en la que se ha puesto a prueba la fortaleza de la comunidad externadista y de su indeclinable fe en el humanismo, es una reiteración de que este medio no se rinde, como lo pregona el título de esta especie de carta abierta, y que seguirá vigente con la mirada puesta en hacer del Externado un centro deliberante y pluralista del pensamiento y de la solidaridad. La cosa, pues, es entre todos, no estamos en la era de las imposiciones sino en la de los consensos y de las soluciones pensadas en función del presente pero que aseguren el porvenir de nuestro amado Externado.
Adenda
A solicitud del profesor HERNANDO PARRA, a partir de este número deja la dirección de EL RADICAL y asume en su reemplazo el profesor NÉSTOR OSUNA.
Ante las reiteradas peticiones de diferentes sectores de la Universidad para que asuma nuevos retos en el Externado, el profesor PARRA ha considerado que las tareas que se propone asumir le impiden continuar como Director de este medio, aunque continuará contribuyendo con sus agudas y leídas columnas. EL RADICAL agradece su presencia y colaboraciones, al mismo tiempo que le augura éxitos en las futuras responsabilidades que eventualmente deba asumir por el bien del Externado.
Le damos, entonces, la bienvenida al Doctor OSUNA como nuevo Director de EL RADICAL, quien también seguirá colaborando con sus columnas.
Bogotá, 8 de abril de 2020.


Elecciones espurias en el Externado
Desde ya advertimos que esta contienda electoral será fraudulenta, pues está orquestada para que la camarilla que sigue al Rector asegure el desgobierno que reina en la Universidad y garantice su continuidad ejerciendo el “Albaceazgo”.
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Elecciones espurias en el Externado
Desde ya advertimos que esta contienda electoral será fraudulenta, pues está orquestada para que la camarilla que sigue al Rector asegure el desgobierno que reina en la Universidad y garantice su continuidad ejerciendo el “Albaceazgo”.
El último día de actividades del año anterior, la Rectoría convocó a los profesores que tengan más de cinco años vinculados a la Universidad a participar de las elecciones de sus representantes al Consejo Directivo, certamen que tendrá lugar el próximo 12 de mayo de 2020, aunque los docentes de las jornadas nocturnas votaran el día anterior. Henao anunció que podrán ser elegidos quienes hagan parte del Consejo de Profesores, cuenten con una antigüedad no menor de 15 años “y figuren en el registro de elegibles en los términos del Reglamento de Elecciones”.
Lo que ha hecho la Rectoría es convocar a unas elecciones para aparentar que hay canales democráticos en la Universidad, cuando en realidad no los hay, y menos garantistas.
Muchas personas suelen aproximarse a los miembros de El Radical indagando si alguno de quienes sostienen este esfuerzo mediático para que haya verdad, piensa lanzarse o a quien se apoyará.
Pero El Radical responde públicamente que no participará de ninguna manera en unas elecciones que desde ya se advierten fraudulentas, pues están orquestadas para que la camarilla que reparte incienso al Rector, asegure no solo el desgobierno de la Universidad, sino reformar los estatutos para que Juan Carlos Henao continúe indefinidamente ejerciendo el “Albaceazgo”, como ya se conoce su nefasto período como director de la Institución que ha deshonrado.
No puede haber garantías en un reglamento que delega las fases o etapas del proceso electoral a la Secretaria General, en cabeza de la cuestionada Marta Hinestrosa Rey. Es una afrenta mayúscula y una burla desconsiderada. Tales aspectos de las elecciones debieron ser confiados a alguien independiente, que ofrezca garantías, que sea neutral, no a quien tiene la doble condición de ser vocera y miembro activo de la camarilla, interesada en que en estas elecciones se perpetúen en el mando indecoroso de la Universidad los mismos que han contribuido al desastre de hoy.
La poderosa heredera y defensora de la familia Hinestrosa podrá a su antojo definir quiénes hacen o no parte del Consejo de Profesores, que entre otras cosas ha sido bombardeado por los amigos del Doctor Henao, quienes en cada asamblea con alegatos de tinterillos han pretendido disolverlas por supuesta falta de quorum.
La señora Hinestrosa de la mano de la oficina de Recursos Humanos además definirá el registro de los profesores electores y elegibles, pero si alguien estuviere inconforme con éste tendrá que hacer valer sus derechos ante la misma señora que solo oye la voz de sus intereses, de sus familiares y las de sus protegidos.
Si lo anterior no fuere suficiente motivo para descalificar el tortuoso proceso electoral que se avecina, la misma Secretaria General tendrá el poder absoluto de organizar el escrutinio que no por público es garantía de transparencia.
Que quede claro. El Radical no participará de la farsa electoral con la que se pretende disfrazar al mejor estilo Maduro, la decadencia de los detentadores y abusadores del poder.


EL RADICAL continuará en 2020 y con mayor fuerza
El medio de comunicación que, honrando la estirpe externadista, ha reivindicado la conciencia crítica de esta Universidad y mantenido vivo el espíritu liberal, democrático y laico de sus fundadores, seguirá apareciendo, hoy en edición virtual y a partir de febrero de manera impresa.
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EL RADICAL continuará en 2020 y con mayor fuerza
El medio de comunicación que, honrando la estirpe externadista, ha reivindicado la conciencia crítica de esta Universidad y mantenido vivo el espíritu liberal, democrático y laico de sus fundadores, seguirá apareciendo, hoy en edición virtual y a partir de febrero de manera impresa.
El año académico que comienza está llamado a tener trascendencia en la historia del Externado, porque de acuerdo con el sigiloso comunicado del Rector de fin de año, divulgado el último día de labores administrativas y cuando todo el personal estaba ya en trance de vacaciones, en el mes de mayo habrá por fin elección de representantes de los profesores al Consejo Directivo.
La Rectoría, muy a su estilo, no ha dado a conocer el reglamento ni las bases de las elecciones que se avecinan, las cuales no tienen lugar desde hace un cuarto de siglo. El RADICAL y la comunidad externadista reclaman desde ya claridad sobre este proceso, y no que se produzcan decisiones a última hora, las que sin embargo sí son conocidas previamente en el entorno de quienes tienen por tarea aplaudir las decisiones rectorales.
EL RADICAL, igualmente, estará atento y vigilante para que estas elecciones se celebren con la mayor transparencia y estará listo para denunciar cualquier irregularidad que se presente durante la jornada y los hechos que la antecedan.
Bienvenida la crítica constructiva y respetuosa, la deliberación y el debate sin miedo; bienvenidas también las ideas para construir un Externado que honre su tradición y a los patricios radicales, porque nuestra Alma Mater es de todos, no de nadie en particular, ni mucho menos de una familia que cree que la Universidad es un bien relicto que les pertenece solo a ellos.
EL RADICAL no desfallecerá en esta empresa quijotesca de mantener encendida la llama de la libertad y de la tolerancia y de luchar contra la arbitrariedad. Gracias por leernos. Post Tenebras Spero Lucem.


La satrapía del nuevo Externado
Pese a la censura, campaña de desprestigio y a las amenazas de las que han sido víctimas quienes han querido participar de este ejercicio de opinión, EL RADICAL muy a pesar de la decadente directiva de la Universidad, seguirá circulando y cada día con mayor fuerza.
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La satrapía del nuevo Externado
Pese a la censura, campaña de desprestigio y a las amenazas de las que han sido víctimas quienes han querido participar de este ejercicio de opinión, EL RADICAL muy a pesar de la decadente directiva de la Universidad, seguirá circulando y cada día con mayor fuerza.
Trece meses después de que iniciará a circular este periódico virtual EL RADICAL, no hay duda de que al frente de la Rectoría y de las directivas del Externado no hay mentes abiertas y tolerantes sino déspotas. En efecto, son varias las pruebas que confirman que esta es la peor hora por la que atraviesa la otrora casa del radicalismo liberal. Los intereses y el ansía desmedida de poder les hizo perder el norte a quienes tienen, casi de manera vitalicia, la responsabilidad de conducir la Universidad.
Desde que se abrieron las páginas de EL RADICAL se ha invitado a profesores, alumnos, egresados y otras personas cercanas a la decadente cúpula del Externado, para que expresen libremente sus opiniones, incluidas aquellas que quisieran replicar planteamientos que no compartan. La respuesta a esa invitación de las directivas ha sido una feroz campaña de desprestigio y de intimidación a alumnos y profesores para que no se atrevan a contribuir a estas páginas.
Son varios los docentes que han hecho conocer su disposición para sumarse a este esfuerzo desinteresado de opinar en bien de la institución, pero no han podido porque expresamente han sido advertidos por el Rector y su séquito de oportunistas de que quien lo haga será considerado un enemigo de la Casa Hinestrosa y/o su Albacea y quedará expuesto a las “consecuencias” de un régimen que ya ha dejado conocer la verdadera razón por la que insiste en mantenerse en el poder: esa camarilla necesita estar cerca del botín que maneja como una próspera empresa comercial dedicado a la especulación y no como una fundación sin ánimo de lucro, como lo quisieron sus fundadores y como debe ser para honrar la ley.
Las últimas informaciones, no refutadas por la Universidad, dan cuenta de que mientras hay un preocupante descenso en sus competencias y habilidades académicas y de investigación, y por ende en el escalafón nacional universitario, crecen sus arcas y ahorros, al extremo que hoy es dueña de un capital superior a $3 billones dedicados no a la investigación, la docencia o el mejoramiento de las condiciones de sus estudiantes y profesores, sino al sostenimiento de un Grupo Económico, precisamente aquel donde la cabeza de la Universidad y la Familia Hinestrosa gozan de prerrogativas.
De esa manera tan sucia las directivas han conseguido mantener en silencio a una comunidad que soterradamente va siendo testigo de los abusos y de la manera personalista como se maneja esta Universidad. Eso se llama censura. Han utilizado el poder y la amenaza subliminal de despedir a quienes sucumban a la tentación de poder expresarse libremente para que nadie opine y poder seguir propalando entre ellos y ante los medios de comunicación, que aquí todo está en orden y que solo protestan “cuatro gatos” que quieren adueñarse de la rectoría o del desprestigiado consejo directivo, sin que nada de ello sea cierto.
Esta dicho que en el quinto piso donde anida la cumbre del arribismo solamente tienen cabida los aplaudidores y quienes están a la espera de que les dispensen las migajas y canonjías con las que sobornen y vendan su impresentable y cómplice silencio.
Pero si hiciese falta alguna otra señal para comprobar que estamos en tiempos de franca dictadura en la Universidad, que surgió de las cenizas de la batalla de La Humareda y que se hizo respetable en la resistencia a la oprobiosa regeneración, ello quedó evidenciado al cumplir el primer aniversario El RADICAL.
En efecto, al llegar al primer año de vida este medio de comunicación, sus responsables consideraron que esta era ocasión propicia para hacer el esfuerzo de presentar una edición impresa que recogiera buena parte de los editoriales y artículos publicados, como también de las caricaturas. Pues bien, eso que era un esfuerzo en defensa de las libertades de opinión y expresión, fue atropellado vulgarmente.
Algunos profesores al servicio ciego de Henao se dirigieron al personal encargado de la distribución de esa edición impresa, para reclamar la entrega de ejemplares que apenas recibidos despedazaron en público con la furia propia del ignorante y de quien está enceguecido por una enfermiza pasión política.
Era impensable que en los pasillos siempre contestatarios y libertarios del Externado pudiera presentarse el vergonzoso suceso de la quema o destrucción de un periódico libre. Pero ocurrió y todo ello patrocinado desde el quinto piso, que en su desespero y ante la imposibilidad de justificar sus indelicadezas e imborrables fallas ahora optó por el intransitable sendero de la violencia para reprimir las voces disidentes. En otras palabras, quienes incurrieron en la grotesca actitud de romper EL RADICAL han repetido las tristes y peligrosas escenas del nazismo, del franquismo y el tenebroso ejemplo del tristemente célebre procurador Alejandro Ordóñez.
Que la comunidad universitaria en general sepa la verdad –no solo la que convive acorralada en los amurallados y vigilados salones o jardines del Externado–, que en la Calle 12 con 1ª se ejerce el poder a sangre y fuego, que aquí no es permitido el disenso, que quien se atreva será silenciado o excluido como en las más tenebrosas dictaduras.
Pese a ese ambiente de intolerancia y persecución decretado desde el quinto piso con el auxilio de una silente y arrodillada Asociación de Exalumnos, EL RADICAL no desistirá en su empeño de buscar el mejor destino para la Universidad, sin que ninguno de los profesores que han asumido esta tarea albergue aspiración o siquiera la esperanza de ser llamado a ningún cargo en ninguna instancia, porque aquí no se disiente por el mezquino interés de asumir el manejo de la inmensa riqueza que se esconde en las jugosas cuentas secretas del Externado.
El espíritu que anima a EL RADICAL es desinteresado, transparente, porque se viven tiempos de oscuridad y se espera que vuelva la luz que nunca debió haber desaparecido. Post Tenebras Spero Lucem.


La pobre viejecita
¿Qué hay detrás de la multimillonaria inversión del Externado en el poderoso Grupo Bolívar?
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La pobre viejecita
¿Qué hay detrás de la multimillonaria inversión del Externado en el poderoso Grupo Bolívar?
La noticia divulgada recientemente sobre el Externado, como la institución privada de educación superior con el más cuantioso patrimonio –no desvirtuada hasta ahora por funcionario directivo alguno–, explica muchas cosas acerca de su endogámica y secreta administración, pero también pone de presente varios aspectos que la comunidad externadista debe conocer en detalle, con miras a exigir una administración transparente y eficiente de tan apreciable haber.
En primer término, quedó revelado que la Universidad es titular de una minoría relevante en el Grupo Bolívar, uno de los cinco conglomerados financieros nacionales, figura que tuvo aparición mediante la ley 1870 de 2017[1]. Esta normativa impone a los accionistas de tal conglomerado conocer los riesgos de su inversión, la magnitud de la supervisión a que se encuentra sometido y también su exposición a nuevos llamados de capital, debido a que la ley adoptó criterios internacionales en materia de patrimonio mínimo para tales entes, lo cual puede llevar a que en cualquier momento el Externado pueda verse forzado a aportar nuevos recursos de capital para evitar la reducción de su porcentaje de participación en el mencionado Grupo. ¿Algún directivo ha analizado estas implicaciones para la Universidad?
Otro aspecto de la mayor trascendencia para un accionista de un conglomerado de tal entidad, tiene que ver con la alta profesionalidad y conocimiento especializado de quienes deciden sobre el desempeño y suerte de tal inversión, tanto más ante la evidente volatilidad de la economía mundial por estos tiempos y frente a la amenaza real de la tecnología financiera –fintech– que pretende desplazar el negocio tradicional de los bancos y las aseguradoras. ¿Quiénes supervisan esta inversión del Externado, cuáles son sus credenciales para ello y a quién le reportan al respecto?
En materia tributaria también existen efectos palpables de esta inversión particular del Externado, pues desde el año 2017 todas las Instituciones de Educación Superior (IES) debieron adoptar el régimen de las llamadas ESAL –Entidades Sin Ánimo de Lucro–, lo que las llevó a quedar registradas bajo un régimen más favorable en materia de pago de tributos, bajo la condición, según la cual, los excedentes de la operación de la entidad sean todos reinvertidos en su propia actividad. ¿Está cumpliendo el Externado con este condicionamiento, para gozar así de un régimen tributario más benévolo y podría algún directivo informar al respecto?
Finalmente, cabe preguntarse: ¿Ha sido materia de juicioso estudio por parte de las directivas, la revisoría fiscal o la dirección financiera, la conformidad de la inversión del Externado en un conglomerado financiero, de cara a los postulados legales que orientan su objeto como fundación dedicada a la educación superior, y específicamente frente a lo dispuesto por el artículo 32 – letra e– de la ley 30 de 1992?
Ojalá contemos con una respuesta, antes de que algún ente de inspección, vigilancia y control encuentre una oportunidad para sorprendernos.
Es de esperar que los representantes del Externado en la junta directiva. Juan Carlos Henao y Marta Hinestrosa, hayan advertido estos riegos para la Universidad mientras cómodamente aprueban todo lo que el gigante financiero somete a su ilustrada consideración.
[1] Conglomerado Financiero: Grupo de sociedades con una controlante común, que participa simultáneamente, en actividades financieras, aseguradoras y de inversión, vigilado integralmente por la Superintendencia Financiera.


Seguiremos
El Radical celebra su primer año como el medio de comunicación que ha reivindicado la conciencia crítica de la Universidad Externado y que se ha convertido en el baluarte del espíritu liberal, democrático y laico que inspiró a sus fundadores.
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Seguiremos
El Radical celebra su primer año como el medio de comunicación que ha reivindicado la conciencia crítica de la Universidad Externado y que se ha convertido en el baluarte del espíritu liberal, democrático y laico que inspiró a sus fundadores.
El ejemplar impreso de El Radical que usted tiene en sus manos obedece a la celebración del primer aniversario de su publicación en internet “elradical.info”, en el que muy seguramente nos ha leído. Allí, en apenas un año, este medio se ha convertido en la conciencia crítica del Externado y en el baluarte del espíritu liberal, democrático, laico y de entrega a la sociedad que inspiró a los fundadores y que ha definido a la Universidad a lo largo de sus ya 133 años de funcionamiento.
Aquí se piensa y se escribe de modo crítico sobre el presente del Externado y se hacen propuestas de cambio para que la institución supere el estancamiento de sus tiempos recientes y pueda ser de nuevo un centro vanguardista de creación de pensamiento, útil a nuestra sociedad que está urgida de respuestas a muchos de sus problemas viejos y nuevos, y ejemplar para las nuevas generaciones, no sólo por su rigor académico, sino por la puesta en práctica, en su funcionamiento real, del noble ideario que inspiró su fundación, que últimamente ha sido relegado a una simple muletilla retórica con la que se autocomplacen las autoridades académicas, pero que se contradice de modo cotidiano con sus prácticas autoritarias y desligadas de los anhelos de la comunidad universitaria.
Por eso, no está demás recordar, en esta edición de aniversario, que el Externado, por naturaleza, es una fundación que no tiene propietarios sino beneficiarios, que sus administradores manejan un patrimonio que no les es propio pero por el cual sí tienen que responder, como quiera que es el fruto del trabajo de sucesivas generaciones de profesores y estudiantes comprometidos con la institución, que su objeto es la educación superior y no actividades negociales, y que necesita retomar el camino de la democracia y la transparencia para poder avanzar.
En el futuro cercano, hay que institucionalizar la Universidad mediante una profunda reforma de sus estatutos que permitan que su gestión se desenvuelva de conformidad con los principios de mérito y reconocimiento académico, que destierre para siempre las prácticas monárquicas y de perpetuidad en los cargos administrativos, cuando no hereditarias, que integre un estatuto profesoral en el que se honre la inteligencia y se garantice y proteja la libertad académica, y que le permita a los estudiantes, que son la razón de ser de la institución, formarse científicamente en un ambiente de libertad.
Seguimos reclamando que se conozcan los resultados de la mal llamada auditoria de la Price Waterhouse que las directivas guardan como secreto de Estado, porque están conscientes de que no solo no fue una auditoria sino que lo que encontraron no conviene ser divulgado porque confirmaría muchas de las denuncias que El Radical ha venido comentando. Es indudable que si ni siquiera se logró que el trabajo realizado tenga la connotación de auditoría, la exigencia de que se haga una auténtica auditoría que sea conocida por todos, sigue teniendo vigencia. Es extraño, por decir lo menos, que las directivas sean tan exigentes y minuciosas cuando de pedir explicaciones a los demás se trata, pero tan silente y festiva cuando se trata de que se someta a una auditoría. Y, además, no puede olvidarse que la actual administración sigue sin rendir cuentas de su gestión, como desde aquí se ha exigido en numerosas oportunidades. Y de elecciones para renovar el Consejo Directivo de la Universidad ni hablar. Empieza la agonía de 2019 y tampoco las directivas se han interesado en convocarlas.
Para todo eso, ahí estará El Radical al servicio de la institución. Gracias por leernos. Post Tenebras Spero Lucem.


Las editoriales que fueron tendencia en EL RADICAL
Conozca un resumen de las principales editoriales que generaron mayor impacto entre los lectores del medio en su primer año de circulación.
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Las editoriales que fueron tendencia en EL RADICAL
Conozca un resumen de las principales editoriales que generaron mayor impacto entre los lectores del medio en su primer año de circulación.
La razón de ser de El Radical
25 de octubre 2018
Desde marzo se han suscitado sucesos que han mostrado la necesidad de contar con un medio de comunicación que informe sobre los hechos que están haciendo historia en nuestra Universidad Externado. La reelección del Rector, darle vida al cuerpo profesoral mediante la aprobación de unos estatutos o reglamento y crear mecanismos y condiciones para democratizar la institución, entre otros, son asuntos de gran trascendencia. El Radical llega para quedarse en el Externado y nació para servirle a sus intereses, cada vez más crecientes y urgentes. Bienvenidos todos.
Consejo profesoral
27 de noviembre 2018
Los profesores aprobaron el reglamento de ese organismo. El cuerpo de docentes es un punto de encuentro de discusiones y de decisiones académicas que tiene por encargo, entre otros, elegir a sus voceros en el Consejo Directivo, el cual debe renovarse tras 23 años de contar con los mismos miembros. Celebramos esta noticia que confirma que la llama de la democratización llegó para no apagarse.
El nuevo año
21 de enero de 2019
Este está llamado a tener trascendencia en la historia del Externado. La rectoría próximamente designará un Decano para la Facultad de Derecho. El elegido (a) deberá trabajar en armonía con las directivas, pero su único capital no puede ser el excluyente artificio del que goza de la absoluta confianza de quien a dedo y de manera unilateral le dispense tan alta responsabilidad.
Compás de espera
28 de febrero de 2019
El Radical vigilará la tarea que asumió Adriana Zapata como nueva Decana de la Facultad de Derecho. Son muchas las labores que le esperan: la actualización del pensum, el reto de semestralizar la carrera y ofrecer la opción de doble programa.
Elecciones sí, pero transparentes
29 de marzo de 2019
La rectoría anunció que habrá elecciones para renovar los Representantes de los Profesores en el Consejo Directivo. La fecha aún es incierta, como suele suceder, porque eso hace parte de las disposiciones secretas y excluyentes de quienes gobiernan el Externado a su antojo pensando siempre en sus intereses y propósitos.
Sucesión extraña
2 de mayo de 2019
Se están estrenando los representantes de los estudiantes ante el Consejo Directivo. Por primera vez ganaron como principales los alumnos de las facultades de Comunicación y Finanzas, relegando como suplentes a los voceros de la Facultad de Derecho. ¿Serán figuras independientes o fichas del ajedrez Rector?
Vientos de represión y dictadura
26 de mayo de 2019
Al parecer el Rector del Externado quiere manipular las elecciones de representantes de profesores. El reglamento acordado por el pleno de los docentes, que fuera remitido al Consejo Directivo, ha sido objeto de sensibles modificaciones.
El continuismo descendente
24 de junio de 2019
Pese al compromiso del Rector, que prometió siempre progreso, el Externado se hunde en medio del totalitarismo de Henao. Sus siete años se han ejercido como un “albaceazgo”, como se conoce su periodo. Todo indica que seguiremos siendo gobernados por una camarilla que no permite el disenso y que quiere sepultar las voces que no se arrodillan a sus maniobras totalitarias.
Que se fizo El Externado
29 de julio de 2019
El notorio descenso en las matrículas para el semestre que se inicia ha generado un grave escollo financiero que amenaza el punto de equilibrio y la liquidez del Externado. Tampoco se entiende por qué la Universidad, plagada de Doctores, no ha logrado conseguir una sola acreditación internacional.
Propuestas insólitas en el Externado
31 de agosto de 2019
Luego de once meses de vigencia de El Radical, nada bueno ha pasado. Sigue el ambiente despótico de las directivas de la Universidad que no rinden cuentas, que no permiten una auditoria interna, que no convocan elecciones para renovar las plazas profesorales en el Consejo Directivo y que siguen legislando para torpedear el reglamento profesoral.
Nada les gusta y ni tampoco lo permiten
26 de septiembre de 2019
El Radical conoció los resultados de una auditoria que el Rector no quiere que se difundan. Se propuso ampliar el Consejo Directivo a 12 miembros, para darles entrada a 3 personas ajenas a la Universidad; también se recibió la propuesta de crear dos comités, uno de Planeación y otro Administrativo; y además se negaron a acoger otro Consejo que se encargue de los temas académicos de las facultades.


Nada les gusta y ni tampoco lo permiten
EL RADICAL conoció los resultados de una auditoria que se acaba de hacer al Externado, pero que el Rector, al parecer, no quiere que se difundan.
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Nada les gusta y ni tampoco lo permiten
EL RADICAL conoció los resultados de una auditoria que se acaba de hacer al Externado, pero que el Rector, al parecer, no quiere que se difundan.
El camino de ocultar información por el que las directivas han puesto a transitar a la Universidad, la ha convertido en un centro oscuro donde no valen las razones.
En esta edición son varios los artículos que denuncian con razones poderosas esta creciente situación de ocultamiento, como si el presente y futuro del Externado fuese solamente de interés para la familia Hinestrosa y del Doctor Juan Carlos Henao, quien cada día se comporta más como albacea que como Rector.
En ese ambiente de no compartir información y de no permitir el examen crítico, están perdidos en los anaqueles rectorales los esfuerzos de asesores y consejeros que han propuesto diferentes salidas y soluciones, ninguna de las cuales ha sido adoptada. En efecto, EL RADICAL ha conocido de una importante asesoría prestada a la Universidad por profesionales competentes, que arrojó importantes recomendaciones y sugerencias, ninguna de las cuales ha merecido atención. Veámoslo.
Se sabe que a las directivas se les propuso ampliar el Consejo Directivo a 12 miembros, para darles entrada a 3 personas ajenas a la Universidad y los otros 9 distribuirlos entre profesores y estudiantes. Esta propuesta, sana encaminada a airear la excluyente administración del Externado, no ha merecido ni siquiera debate.
También recibió la Universidad la propuesta de crear dos Comités, uno de Planificación y otro Administrativo, dependiente del Consejo Directivo e integrados por 2 o 3 miembros del mismo, que se ocupen de los temas de planeación y lo administrativo. Es urgente para una universidad que ya cuenta con miles de estudiantes que haya un organismo encargado de la planeación, como el mayor antídoto contra la improvisación y el abuso. Y es menester que lo administrativo deje de manejarse con el ‘parroquialismo’ que aún sigue primando hasta en las decisiones más triviales. Pero no, las directivas sienten que crear estos Comités es desprenderse del poder que en sus manos están ejerciendo sin norte y con muchas arbitrariedades.
También se ha negado la cúpula de la Universidad a acoger otro consejo no menos importante y útil, como la propuesta de crear un Consejo especial que se encargue de los temas académicos de todas las facultades y no que se decidan con el exclusivo criterio de un decano, lo cual contribuye al deterioro del pluralismo, como ya ocurre lamentablemente en la Facultad de Derecho. Una sola voz para regular lo estrictamente académico es malo desde todo punto de vista y eso que es tan claro y sencillo no hay manera de que la Universidad lo entienda, porque por encima de todo lo que pretenden las directivas es conservar para sí el poder, los altos salarios y las prebendas que se derivan de sus oficios.
Y en ese cúmulo de propuestas miradas con desdén y desconfianza, Henao y los suyos ni siquiera le prestaron atención a otro consejo de del mismo asesor al que se viene haciendo referencia, consistente en ponerle término a los períodos de los decanos y definir un procedimiento de participación en su designación. La idea no gustó. Así lo evidencia el hecho de que la última decana designada, la de Derecho, fue nombrada a dedo en atención a que su único mérito ha sido la de ser cercana amiga del Rector y en los últimos tiempos aplaudidora a rabiar de sus decisiones y mensajera de censura, como cuando propuso en una asamblea de profesores sancionar a aquellos que comentaran en los medios la crisis de la Universidad o contribuyera a la filtración de noticias inconvenientes.
Ese mismo asesor de la Universidad les metió en el costal de las quimeras a las directivas, resolver la preocupación porque los estudiantes de la Facultad de Derecho tardan 7 años en graduarse, eso sin contar con el impresionante índice del 67% de deserción de los alumnos. Datos tan graves como estos, solamente pueden indicar que no hay parámetros seguros de admisión y a eso también se muestra indolente la rectoría y el arrogante grupúsculo que la secunda.
La caída en los niveles de ingresos este último semestre parece haber sorprendido a las directivas, pero apenas eso, pues no hay examen del problema ni menos la construcción de una solución tranquilizadora, como también sabe EL RADICAL que ha sido materia de consejo por el importante asesor que fue contratado para tal fin.
La misma desolación se advierte en el complejo universo de los profesores, doctores e investigadores, pues no se presta atención al reparo de querer hacer de cuanto doctor regresa un profesor, sin contar con experiencia ni conocimientos suficientes para desenvolverse en las aulas de pregrado, que es en últimas donde se construyen los imbatibles prestigios universitarios. A la Universidad se le ha hecho ver la necesidad de que es preciso distinguir las experticias de cada quien y fortalecer la investigación, que en honor a la verdad, al menos en la Facultad de derecho sigue siendo menor.
En esa misma dirección los asesores contratados por la Universidad le han mostrado que es preciso abrir sus relaciones con otros centros académicos en los Estados Unidos, en vez de volcarse a incrementar los lazos con universidades francesas e italianas, sin duda muy importantes. El mundo científico, y eso incluye el Derecho, mira hacia los Estados Unidos y es preciso sintonizarse en esa dirección antes de quedar completamente aislado.
Finalmente, también la Universidad ha sido advertida de que es necesario que las becas se concedan por un tiempo limitado que no exceda de 4 años, tiempo más que suficiente para adelantar los estudios, trabajar en una tesis y doctorarse. Esa no es la experiencia en el Externado, donde las becas se conceden en consideración a factores ajenos a los méritos y además por muchos años. Esa no es una política segura y transparente de contribuir a la formación de los becarios, sino una holgada forma de vivir plácidamente en el exterior a costillas del Externado.
A todas estas: ¿Para cuándo, señor Rector, la comunidad externadista conocerá los informes rendidos por tan encumbrados asesores? ¿O eso también está bajo reserva?
Post scriptum: Al cierre de esta edición por fin se recibe una buena nueva no propiamente por los esfuerzos de las directivas sino por el empeño del Cuerpo de Profesores. La buena noticia consiste en que por fin se logró la formalización del Consejo de Profesores en la reunión del martes 24 de septiembre, pese a todos los intentos por impedirlo y, lo más destacado, el reconocimiento por el propio Consejo de su facultad de convocar a elecciones del Directivo, en caso de que el llamado al Rector para ello no sea atendido antes de último día de noviembre.


Propuestas insólitas en el Externado
La Universidad tiene que aprender a vivir en democracia y no mantenerse anquilosada en decadentes soluciones que la conducen al atraso, como lamentablemente ya está ocurriendo.
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Propuestas insólitas en el Externado
La Universidad tiene que aprender a vivir en democracia y no mantenerse anquilosada en decadentes soluciones que la conducen al atraso, como lamentablemente ya está ocurriendo.
Han pasado ya once meses desde que EL RADICAL abrió sus páginas para debatir y denunciar los inmensos males que aquejan a nuestro Externado. Entonces, creíamos ingenuamente que los vientos de división y disolución se despejarían muy pronto, y que las directivas encontrarían el sendero para que la comunidad externadista pudiera transitar de nuevo en paz. Pero no, nada de eso ha ocurrido. Por el contrario, cada vez es mas notorio el ambiente despótico que impera en la Universidad, cuyas directivas no rinden cuentas, no permiten que haya auditoria de la confusa gestión de estos siete años perdidos, tampoco convocan a elecciones para renovar las plazas profesorales en el Consejo Directivo y legislan arbitrariamente para torpedear el reglamento profesoral. Lo único que ha funcionado desde que estalló esta crisis es la reelección tramposa del Rector Juan Carlos Henao, aprobada a ‘pupitrazo’ sin abrir espacio a otras opciones.
No sería extraño que en esa tormenta de equivocaciones, las directivas sucumbieran a la tentación totalitaria de empeñarse en una reforma estatutaria para reimplantar el viejo y derogado sistema de garantizar indefinidamente la permanencia del Rector, o lo que es lo mismo, no someterlo a período alguno.
Hay quienes creen que la manera de ponerle fin a esta situación que amenaza la Universidad, es aclamar a Henao y convertirlo en vitalicio. Los tiempos del Rector perpetuo ya pasaron; nadie sensato puede estar dispuesto a patrocinar semejante aventura a la que se quiere regresar con el frágil argumento de que así era antes de Henao y todo funcionó a las mil maravillas.
El Externado tiene que aprender a vivir en democracia y no mantenerse anquilosado en decadentes soluciones que la conducen al atraso, como lamentablemente ya está ocurriendo. Si en otras épocas la Universidad hubiere mirado al futuro sin rendirle culto al destino de una sola persona, muy seguramente otra sería la historia actual y tendríamos un futuro pacífico y halagüeño.
Regresar a las rectorías sin período, como algunos lo acarician, ni siquiera sería el triunfo de la camarilla que hoy gobierna la Universidad, sino el inicio de la más segura y merecida disolución.
Y a lo anterior se suma otra idea que ya ronda en los pasillos siempre alarmados del Externado. Ante la resistencia de las directivas para renovar la planta profesoral en el Consejo Directivo de la Universidad, empieza a circular una propuesta indecente, por decir lo menos.
Algunos desprestigiados miembros del Consejo Directivo alimentan la ilusión de que en vez de convocar a elecciones para que todos ellos sean reemplazados y lleguen otros, fruto de una elección transparente y no la amañada que viene tejiéndose, solamente se llenen las sillas que han venido vacantes por muerte natural de dos de ellos y la anunciada renuncia de otro. El sustento de esta postura desnuda la decadencia de ese Consejo y de las directivas todas.
En efecto, quienes andan promoviendo este esperpento sostienen que dada la amplia experiencia de los miembros del Consejo Directivo, no le conviene a la Universidad sustituirlos por completo y prescindir de la sabiduría y luces de quienes durante 23 años han estado sentados en los mismos sillones impunemente. Según los ambientadores de esta tesis adoracionista, la Universidad tiene en esos envejecidos miembros del Consejo Directivo un tribunal de ancianos venerables que, como supuestamente todo lo saben, son imprescindibles.
La oferta trasciende la órbita del ridículo. La idea es permitir que haya unas elecciones acomodadas y también manipuladas para llevar al Consejo Directivo a otros como ellos, pero sin removerlos a todos para que todo continúe en sus manos y sigan siendo ellos, solo ellos, quienes decidan el futuro de una Universidad que no es obra y propiedad de una familia sino el esfuerzo centenario de generaciones de hombres libres que entregaron sus vidas al inmenso honor de ser profesores, como lo siguen haciendo muchos más.
Mientras tanto el rector Henao en tono nada convincente aprovecha cuanta ocasión se le presenta para arengar que es el capitán de un barco que va a puerto seguro, que esta crisis no existe, y que solamente unos pocos gatos o insensatos no creen en su gestión, por cierto pésima, tanto que ya hay cifras alarmantes frente a todo lo que está sucediendo en las facultades.
Vamos mal, muy mal, y sin posibilidades de rectificar.


¿Qué se fizo El Externado?
La Universidad sigue inmersa en una crisis profunda. Actualmente las admisiones están a la baja y la acreditación internacional sigue en veremos. ¿Qué está pasando?
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¿Qué se fizo El Externado?
La Universidad sigue inmersa en una crisis profunda. Actualmente las admisiones están a la baja y la acreditación internacional sigue en veremos. ¿Qué está pasando?
La situación de nuestro Externado continúa generando hondas inquietudes y lo que es más preocupante, no se avizora que la Rectoría y las directivas estén interesados en que este estado de cosas tan adversas tenga siquiera un paliativo. Por el contrario, de un mes a otro se suscitan nuevas dificultades que se suman a la pesada carga que ya arrastra la actual administración.
En primer término, el notorio descenso en las admisiones en todas las facultades para el semestre que se inicia, denuncia que no se trata de una crisis pasajera o sin importancia. La Universidad se preciaba hasta hace muy poco de que el nivel de admisiones cada semestre era halagüeño frente al contexto universitario en general, al parecer porque el costo de las matrículas solamente se incrementaba con el IPC, lo cual hacía atractivo en el mercado tocar las puertas de un centro universitario con prestigio. Pero este semestre las cosas no han salido bien, ni siquiera por el atractivo de no incrementar los costos de ingreso, y hoy asistimos preocupados a un futuro que no se ve tan calmado como en el pasado reciente. En efecto, este asunto se ha convertido en un grave escollo financiero que amenaza el punto de equilibrio y la propia liquidez de la Universidad para enfrentar el semestre actual y el futuro mismo.
De otro lado ¿Por qué la Universidad, plagada de Doctores expertos en todos los temas posibles, no ha logrado conseguir hasta hoy una solo acreditación internacional? Es frecuente enterarse de que muchas universidades le han apostado al desafío de acreditarse internacionalmente y lo han conseguido. ¿No tiene méritos el Externado? Por supuesto que sí, y suficientes. Entonces la pregunta obligada es ¿Qué está pasando?
No se ve que el Externado haya adoptado un plan estratégico que le permita seguir conservando su lugar de privilegio en el concierto nacional y el ganado respeto en algunas universidades de afuera. Los tiempos que vivimos no están hechos para la improvisación. Es necesario que las directivas asuman sus responsabilidades y le propongan a la comunidad externadista en general un catálogo de propósitos que justifiquen los esfuerzos por venir. Eso no se logrará mientras no haya una bitácora que estemos dispuestos a transitar con paso firme, en vez de continuar con los logros aislados y a veces insustanciales con los que solemos envanecernos mientras otros centros académicos empiezan a tomar el sitio de comando. Por allí debería empezar el proceso de reconciliación de una comunidad que, aunque lo desconozcan el Rector y su séquito, está irremediablemente fracturada, porque, hay que decirlo aunque duela, no tiene respeto por lo que está viendo suceder ante sus ojos ni credibilidad en quienes como directivos han defraudado la confianza en ellos depositada. Esa ausencia de liderazgo está pasando su pesada factura de cobro a una Universidad que, como el Externado, tiene derecho a un mejor destino.
Los problemas graves por los que atraviesa la institución no se resuelven ignorándolos u oyendo a una cohorte de aduladores que todo lo encuentran bien mientras sus holgadas posiciones no corran riesgos, contratando costosos asesores de imagen que solo piensan en sus jugosas remuneraciones.
Hay que definir, por ejemplo, una política salarial unificada y consistente para todo el personal docente. No puede ser que las directivas aumenten o disminuyan las remuneraciones, sin que ello obedezca a una política seriamente estudiada. Tampoco puede ocurrir que profesores en los que la Universidad invirtió muchos años de financiación en el exterior, de la noche a la mañana renuncien y aparezcan en la competencia promocionando programas, olvidando inclusive su alta investidura de servidores públicos, como ha sucedido insólitamente con el otrora consentido profesor Carlos Bernal, magistrado de la Corte Constitucional, hoy abierto promotor de la excelencia académica del centro universitario confesional al que decidió prestar sus servicios: (https://www.youtube.com/watch?v=IWs_s4krvHU). ¿Qué pasó aquí?
Eso requiere una explicación. Como también la exige un suceso oscuro de aparente abuso sexual comentado en todos los pasillos protagonizado por un alto funcionario, que ha suscitado la intervención del Sena, ante la duda no resuelta de que las directivas pretendieron ignorar las quejas formuladas o al menos no resolverlas con la prontitud requerida.
Se necesita de un piloto que comprenda que la nave está teniendo problemas, que no pueden superarse otorgándole importancia a una inoperante Asociación de Exalumnos, que así como no sabe de la población de los egresados, menos conoce de los urgentes desafíos del Externado de hoy. El reto es grande y ahora.


El continuismo descendente
Pese a la promesa del actual Rector del Externado, que cuando asumió el cargo prometió siempre progreso, la Universidad se sigue hundiendo en medio de su totalitarismo y mal manejo.
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El continuismo descendente
Pese a la promesa del actual Rector del Externado, que cuando asumió el cargo prometió siempre progreso, la Universidad se sigue hundiendo en medio de su totalitarismo y mal manejo.
No le están saliendo bien las cosas al Rector que cuando asumió el cargo prometió ejercerlo bajo el “continuismo ascendente”. Estos siete años perdidos han mostrado lo contrario y en particular que la rectoría se ejerce como un “albaceazgo”, como ya se conoce el período de Henao.
El Consejo Directivo tardó ocho meses para “aprobar” el proyecto del Reglamento de Profesores, pero el resultado de esa tardanza además de desastroso fue arbitrario porque se ejercieron unas dudosas facultades supuestamente derivadas de los artículos 13 y 14 de los Estatutos de la Institución.
La Universidad difundió el siguiente comunicado plagado de notorias imprecisiones: “El Consejo Directivo de la Universidad Externado de Colombia, luego de un detallado estudio a lo largo de varias sesiones, expidió el nuevo Reglamento del Consejo de Profesores, de conformidad con los artículos 13 y 14 de los Estatutos de la institución, teniendo en cuenta la propuesta presentada por el Consejo de Profesores. De esta manera se establecen las reglas básicas de su composición y funcionamiento.”
La primera inexactitud radica en haberse atribuido competencia el Consejo Directivo para reformar a su antojo el Reglamento aprobado por los profesores, pues los artículos 13 y 14 no prevén tan abusiva licencia. Se ultrajó la voluntad soberana del cuerpo de profesores y en vez de haber tomado nota del Reglamento, se alteró severa, maliciosa y fraudulentamente. Después de este atropello, que se suma a muchos otros, es notorio que la otrora casa del radicalismo liberal, surgida de las cenizas de la batalla de la Humareda, es gobernada por una camarilla que no permite el disenso, y que, definitivamente, está decidida a sepultar las voces que no se arrodillan a sus maniobras totalitarias.
El abuso del Consejo Directivo que terminó suplantando groseramente la voluntad profesoral consistió en desnaturalizar el Consejo Profesoral, pues el quorum para que pueda reunirse y deliberar está hecho para que no pueda hacer ni lo uno ni lo otro, como lo saben las directivas.
Ese mismo Consejo Directivo conducido por el Rector se empeñó en que en el reglamento profesoral se previera que las votaciones serán nominales si así lo pide la asamblea, como obviamente ocurrirá creando un clima de intimidación para los votantes. Y como para que no quedara duda del asalto, hicieron de la Secretaría del Consejo de Profesores un ente con facultades marginales que solo puede actuar donde lo indique la asamblea profesoral, como lo propuso sin éxito un cercano amigo de las directivas durante las deliberaciones profesorales, quien a pesar de haber sido derrotado luego, con intrigas y cabildeo, consiguió que Rector y Consejo Directivo le “dieran la razón” a espaldas y en contra de los profesores.
Ese paso en falso ha estado acompañado de una calculada política de reducción de salarios y arbitrarios recortes presupuestales. De la noche a la mañana el Rector ha decidido disminuir salarios a ciertos profesores escogidos a dedo, como todo lo que hace, sin que tan abusiva estrategia se haya atrevido a tocar su propia remuneración ni la de su entorno.
Corre en los pasillos del Externado la preocupación de que algo está pasando en las finanzas de la Universidad, porque ya es voz generalizada que la comunidad universitaria está padeciendo penurias como no financiar viajes para concursos o investigaciones, pues la postura recurrente es la de que no hay recursos si hay crisis de liquidez, ella no impide que el Rector haga presencia en una de las reuniones en París de la Asociación Henrí Capitant, cuya utilidad a la comunidad externadista está por verse.
No parecería extraño que esta nueva cruzada de reducción de salarios obedezca a un propósito de perseguir a algunos profesores, a quienes por cuenta de esta represión no les está quedando camino diferente que el de sindicalizarse para que se respeten sus derechos. Ya se presentó el retiro del profesor Carlos Bernal, acosado no solo por temas económicos.
Como no se conocen cuentas comprobadas de los egresos ni se ha permitido una auditoría, nadie sabe cuál es la razón de esta política restrictiva que no se compadece con las cuantiosas inversiones que tiene la Universidad. Solo falta que la supuesta iliquidez sea una coartada para que el Externado enajene en silencio su participación accionaria en el poderoso Grupo Bolívar, inversión de cuyos resultados solamente se enteran el Rector y la familia Hinestrosa, ni siquiera el decadente Consejo Directivo.


Vientos de represión y dictadura
Todo parece indicar que el Rector del Externado quiere manipular a su antojo las elecciones de representantes de profesores. El Radical denuncia.
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Vientos de represión y dictadura
Todo parece indicar que el Rector del Externado quiere manipular a su antojo las elecciones de representantes de profesores. El Radical denuncia.
En vez de avizorarse una solución consensuada de lo que es una grave crisis de gobernabilidad y credibilidad que atraviesan el Rector y el Consejo Directivo de la Universidad, lo que se aprecian son más señales de autoritarismo.
El reglamento acordado por el pleno de los profesores de la Universidad que fuera remitido al Consejo Directivo para que tomara nota del mismo, ha sido objeto de sensibles modificaciones. En otras palabras, el reglamento profesoral no será el que autónomamente han adoptado los docentes después de reunirse en extenuantes y acaloradas sesiones, sino el que convenga a la camarilla que nos gobierna.
¿Qué clase de participación se reconoce a los docentes que luego de conciliar un reglamento profesoral, la respuesta que se recibe por los mandamases de la Universidad no es el simple visto bueno, sino la grosera intromisión en la voluntad colectiva del cuerpo docente? ¿Qué se proponen el Rector y su Consejo Directivo interfiriendo de manera tan alevosa en los designios de la comunidad profesoral?
La idea no es contribuir a crear espacios de disenso en la institución, sino incrementar el proceso de “venezolinación” de sus estructuras, pues al igual que en la republiqueta de Maduro, aquí un grupo minúsculo aspira erigir su voluntad en ley, sin que a nadie le sea permitido disentir o siquiera expresar sus opiniones en este medio de comunicación enhiesto y altivo, donde hemos abierto estas páginas para que muchos de los profesores y estudiantes que quieren participar, lo hagan con seudónimos, porque las directivas han prohibido a su manera que alguien con su pluma u opinión apoyen este esfuerzo editorial para recuperar los espacios pluralistas que cerraron Henao y su cohorte de aduladores.
La anterior situación se torna todavía más traumática, cuando el Rector y su Consejo Directivo, que violentó la voluntad colectiva profesoral, no convocan a elecciones para sustituir el deteriorado cuerpo de sus representantes, y además deja filtrar sus abusos.
Para que en la Universidad pueda existir un proceso democrático capaz de sustituir las caducas estructuras, es necesario que lo autoricen quienes tambalean en el lodazal de su desprestigio. Eso explica el por qué no se convocan elecciones en forma inmediata, pues se ve claro que esa injustificada e irritante maniobra esconde una calculada estrategia de poder manipular las elecciones de representantes de profesores al Consejo Directivo. La idea parece ser convocar a elecciones cuando las tenga asegurada el arrogante conventículo, que mal interpretando la tradición de esta Casa de Estudios se sienten sus herederos y dueños, como si el Externado fuese propiedad de una familia o de un apellido, y no el esfuerzo mancomunado que por años han desplegado profesores de todas las tendencias y disciplinas que han creído en la necesidad de que esta Fundación siga ocupando el lugar de respeto que le reconocía la sociedad.
El reciente anuncio que en una de las asambleas profesorales hiciera la Decana de la Facultad de Derecho como vocera de las directivas, fue más amenazante. En efecto, el conciliábulo que no rinde cuentas, que evalúa a su manera el desempeño de los profesores horadando la autoridad ganada por quienes no se arrodillan ante la arbitrariedad, se propone reformar los estatutos de la Universidad para que del mismo hagan parte el Presidente de la Asociación de Exalumnos y dos grandes industriales.
La propuesta no calza con una Universidad reacia a la plutocracia, y es una burla, porque es el Rector quien nombra al Presidente de la Asociación de Exalumnos y por ello su “independencia” en esta hora se ha hecho ostensible; lo mismo pasaría con esos dos prohombres del sector económico que llegarían a apoderarse del Externado.
¿Será, acaso, que lo que hay detrás es una jugada maestra del gigante Grupo Bolívar, del cual la institución es inexplicable e ilegalmente accionista, quien vendría de frente a controlar a uno de sus socios que parece resultarle incómodo?
Con este timonazo totalitario el Externado no se sabe en manos de quién o quiénes quedaría, en todo caso no serían en las de sus defensores desinteresados.
Deben de estarse revolcando en sus tumbas los abuelos radicales. ¡Post Tenebras Spero Lucem!


Sucesión extraña
Se están estrenando los nuevos representantes de los estudiantes ante el Consejo Directivo del Externado. ¿Serán figuras independientes o fichas del ajedrez Rector?
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Sucesión extraña
Se están estrenando los nuevos representantes de los estudiantes ante el Consejo Directivo del Externado. ¿Serán figuras independientes o fichas del ajedrez, Rector?
Acaba de caer el telón de las elecciones convocadas por la cúpula de la Universidad para renovar la representación estudiantil en el Consejo Directivo. El resultado es sorprendente porque por primera vez ganaron como principales alumnos de las facultades de Comunicación y Finanzas Internacionales, relegando a un segundo plano como suplentes a los voceros de la muy poderosa Facultad de Derecho. No hay hasta ahora, por supuesto, veto alguno a los ungidos, pero es evidente que el sistema de elección amerita ajustes como comentarios francos.
En primer término, lo que debe ocurrir en el futuro es que la renovación estudiantil en ese Consejo no sea decidida por las directivas de la institución ni apoyada por algunas decanaturas, sino por los mismos alumnos. Es un derecho que también reclamamos los profesores, porque eso garantiza independencia.
En segundo lugar, no es un secreto para nadie que esta elección para renovar la presencia estudiantil en el envejecido y vitalicio Consejo Directivo, tuvo nombre propio: Juan Simón Vásquez. El aguerrido estudiante de la Facultad de Derecho, que acaba de concluir sus estudios y enfrenta la dura tarea de sustentar sus preparatorios ante profesores claramente hostiles, se ha convertido en una piedra en el zapato para la poderosa camarilla que gobierna. Sus publicitados derechos de petición al Rector, sumados a varias acciones de tutela donde la justicia le ha concedido la razón, tornaron inevitable que más temprano que tarde las directivas del Externado iban a excluirlo del Consejo Directivo -un comité de aplausos del Rector, con una sola honrosa excepción de uno de sus profesores-, donde se discute y decide lo que a él y a su guardia pretoriana le parece conveniente, siempre que no mueva las deterioradas y cuestionadas estructuras de la institución.
La excusa para convocar las elecciones de estudiantes desde el punto de vista formal parece impecable: se vencieron los dos años del período en el que los alumnos pueden hacer parte del Consejo y algunos de ellos ya tenían la condición de egresados. Sin embargo, ese racero no se ha tenido en cuenta para remover a los representantes de los profesores que ya llevan 23 años en sus puestos en ese Consejo que, lamentablemente, parece estar desintegrándose por muerte natural de varios de sus miembros, sucesos frente a los cuales, entre otras curiosidades, las directivas de la Universidad también hace notables distinciones según corresponda a sus intereses particulares y sus afectos personales. En efecto, fallecido Andrés Eloy Ordoñez, juicioso crítico del Rector, las directivas mantuvieron una postura casi silente y de notoria ausencia, que contrastó con los reiterados avisos mortuorios que patrocinó en varios diarios con ocasión del sensible desaparecimiento de la profesora Lucero Zamudio, bien cercana y defensora a ultranza de Henao y su entorno. Es lo que da la tierra.
La remoción de los representantes estudiantiles en el Externado no siempre ha obedecido a la misma exégesis con la que ahora fueron removidos quienes venían desempeñando esas labores. En efecto, en varias ocasiones vencidos los períodos de esos representantes e inclusive algunos de ellos convertidos casi que en prospectos profesorales, las directivas de la Universidad no tuvieron prisa para convocar elecciones por la sencilla razón de que a nadie incomodaban. Entonces no estaba entre ellos un estudiante contestatario como Juan Simón Vásquez, a quien se ha tratado de descalificar por su militancia en el partido Centro Democrático, como si el Externado no hubiese sido el centro universitario que se hizo respetable acogiendo estudiantes de todas las tendencias políticas en épocas de persecución política, como por ejemplo, el recordado Evaristo Sourdis, distinguido conservador que se formó como abogado en los otrora salones libertarios de esta casa de estudios.
La verdad es que han asumido los nuevos representantes estudiantiles en el Consejo Directivo a quien en esta edición El Radical les ha abierto estas páginas para que expresen libremente lo que piensen, qué se proponen hacer para contribuir a la reconciliación de la fracturada Universidad, y en especial, cómo fue que facultades claramente minoritarias consiguieron la audacia de obtener la supremacía en un Consejo que hasta hoy había estado en manos de los alumnos de derecho y si contaron o no con el apoyo de los Decanos de sus facultades. Los lectores juzgarán si esas nuevas figuras serán o no independientes, o fichas de un complejo y calculado ajedrez.
Por lo pronto hay que reconocer el papel que desempeñó con rectitud y templanza como miembro del Consejo Directivo el joven Juan Simón Vásquez, quien, duélale a quien le duela, honró la estirpe de un Externado que clama por libertad y pluralismo.


Elecciones sí, pero transparentes
En el Externado se avecina una contienda que se anhela sea transparente y lejana del clientelismo que caracteriza al Rector.
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Elecciones sí, pero transparentes
En el Externado se avecina una contienda que se anhela sea transparente y lejana del clientelismo que caracteriza al Rector.
La rectoría por fin anuncia que habrá elecciones para renovar los representantes del profesorado en el desprestigiado consejo directivo de la Universidad. La fecha aun es incierta, como suele suceder, porque eso hace parte de las disposiciones siempre secretas y excluyentes de unas directivas que gobiernan la Universidad a su antojo pensando siempre en sus particulares intereses y propósitos.
Los ejemplos abundan: sin haber convocado un proceso transparente y democrático, el rector designó a dedo como decana de la facultad de derecho a una de sus mas cercanas semejanzas. Ahora sus primeros pasos suscitan inquietudes, porque además tampoco se conocen sus funciones y si estas recortaron el poder de la Secretaría General, como sería lo ideal, o si, como todo lo hace suponer, se trata de un peldaño más en la sofisticada escala burocrática de las determinaciones atribuidas a un cerrado círculo de amigos y aduladores que ejercen poder absoluto en la otrora casa del liberalismo radical. A lo anterior se suma la resistencia a permitir que el consejo de profesores cuenten con un reglamento que los haga libres e independientes frente a la estructura monárquica de una rectoría que todo lo puede. Eso sin enlistar la resistencia injustificada y sospechosa a rendir cuentas o a permitir que una auditoria autónoma e independiente haga las verificaciones de rigor a una administración que pregona el “continuismo ascendente” del que nadie tiene evidencias de sus resultados positivos o negativos, pero que las directivas vanaglorian haciéndose aplaudir de unos pocos que se sienten a gusto con las migajas de las que buenamente les participan pisoteando sus dignidades y el prestigio de esta casa de estudios.
Pero volvamos al tema electoral que es hoy eje central del horizonte sombrío del Externado. No basta convocar elecciones, sino velar para que esa sea una jornada transparente despojada de subterfugios o de las consabidas maromas clientelistas, que lamentablemente también conviven en esta Universidad.
Elecciones convocadas para que tengan lugar en forma sorpresiva, constituiría una señal maliciosa de favorecimiento a quienes aspiran a llegar al Consejo Directivo de la mano de la rectoría y la secretaría general. Ni tan inmediatas, ni tan lejanas. Es necesario que haya un proceso electoral que permita a los interesados en someter sus nombres al escrutinio colectivo de sus pares, diseñar sus programas, difundirlos y asegurarse de que la comunidad los ha asimilado de manera libre. En efecto, convocar unas elecciones profesorales para que la rectoría pueda sustituir en el consejo directivo de la Universidad las voces que hoy le permiten todo por otras del mismo talante, serían una burla y no tendrían sentido. Las elecciones no pueden ser un mecanismo para que el rector y la secretaría general sitúen en ese importante organismo más fichas suyas, como ya lo han hecho.
No se trata de convocar el día menos pensado a unas elecciones profesorales sin previamente definir las reglas que avalen el derecho de sectores disidentes de la administración, a obtener cupos seguros que permitan integrar un consejo directivo pluralista y autónomo.
Es preciso que el sistema que se adopte, no sea la inveterada “operación avispa” tristemente célebre, usada por las maquinarias corruptas para perpetuar sus privilegios. Estas elecciones deben ensayar fórmulas garantistas, como la del sistema con cociente electoral o listas con voto preferente u otro similar. De no ser así esas elecciones serían como la fórmula del Gatopardo “cambiar todo para que nada cambie”.


Compás de espera
El Radical estará vigilante de la tarea que asumió Adriana Zapata como nueva Decana de la Facultad de Derecho.
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Compás de espera
El Radical estará vigilante de la tarea que asumió Adriana Zapata como nueva Decana de la Facultad de Derecho.
Entre las muchas reformas urgentes y pendientes en la Universidad Externado de Colombia, sin duda resultaba impostergable crear formalmente la decanatura de la Facultad de Derecho, para garantizar una administración independiente, autónoma, ejercida por quien esté dispuesto a dedicar con exclusividad sus mejores esfuerzos a esa empresa. El manejo de los problemas académicos esta Facultad, mezclado con los avatares administrativos y todo concentrado en la Secretaría General de la Universidad, agotó su ciclo e hizo crisis. Llegó la hora de dar un timonazo que permita a la más antigua de las facultades del Externado anclar en puerto seguro, sin depender de una sola voluntad.
Al comienzo de este año la rectoría acogió la vieja inquietud de designar Decano para Derecho, y lo ha cumplido escogiendo a la doctora Adriana Zapata, hasta hoy Directora del Departamento del Derecho de los Negocios. No era fácil elegir entre el nutrido abanico de candidatos habilitados para esa responsabilidad. A título de ejemplo, la profesora Emilsen González de Cancino habría merecido el aplauso de todos los externadistas, incluidos los de las demás facultades, no solo por su amplio recorrido como docente afortunada sino porque su nombre infunde respeto y convoca a toda la comunidad, pues ella no ha sido factor de polarización ni división, lunares que es necesario superar cuanto antes porque por muchísimas razones el Externado lamentablemente está fracturado.
Aunque lo ideal hubiera sido que la rectoría convocara un proceso amplio de consultas para decidir la escogencia de la nueva Decana, optó por la doctora Adriana Zapata, una curtida profesora y directora de uno de los departamentos, a quien EL RADICAL recibe con la esperanza de que su gestión permita rencontrar el sendero de la unión de los externadistas, que solo será posible si se aborda con respeto por todos y cada uno de los estudiantes y profesores, honrando la razón histórica de esta Universidad y su papel en la sociedad.
EL RADICAL, que tanto había insistido en que se adoptara esta decisión, desea a la Decana que acierte y ello solo lo conseguirá si el norte de su brújula apunta a fortalecer el prestigio de la Facultad y a seguir contribuyendo a la formación de abogados libres, competentes, rectos, educados en la tolerancia y con los ojos puestos en la justicia como oxigeno de la paz que el país reclama.
EL RADICAL seguirá presentando su punto de vista a la comunidad externadista -como lo ha venido haciendo desde cuando resultó imposible que se oyeran sin restricciones las voces de sus promotores-, pero no serán estás páginas virtuales semilla de oposición ciega a quien ahora asume una delicadísima función de interés colectivo.
No, por el contrario, EL RADICAL consciente de su responsabilidad ante la comunidad a la cual se debe, estará expectante de las decisiones que están por venir del nuevo despacho de la decanatura, para aplaudirlas y apoyarlas, o para expresar nuestra protesta y disidencia, siempre en el ánimo de que construyendo espacios democráticos la Universidad podría recobrar su destino que hoy se avizora incierto.
Son muchas las labores que le esperan a la decana Zapata, aquí solo algunas: actualizar el pensum de las materias; abordar el reto de semestralizar la carrera de Derecho; ofrecer doble programa a los estudiantes; instrumentar un proceso transparente para otorgar becas a estudiantes y profesores, de manera que los elegidos accedan a ella por excelencia académica y no en pago de servicios prestados; rendir cuentas oportuna y permanentemente y velar porque el Consejo Directivo de la Universidad defina el escalafón docente y cree la carrera profesoral sustentada en méritos y regularice la escala salarial.
Su tarea apenas empieza, Doctora Zapata.


El nuevo año
Sin lugar a duda, el nuevo rector debe ser un jurista con características tales como: aceptación general, credibilidad colectiva, solvencia profesional y académica, buen trato y entendimiento pacífico con los estudiantes y sus colegas profesores.
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El nuevo año
El año académico que comienza está llamado a tener trascendencia en la historia del Externado, como así de alguna manera lo viene anunciando el Rector en varias de sus intervenciones delante de varios profesores de la Facultad de Derecho.
Ciertamente, la rectoría se ha preocupado de hacer saber que en los próximos días atenderá el clamor generalizado de designar un Decano para esta Facultad, que permita un Gobierno eficaz y eficiente de nuestra escuela de derecho, sin duda la más importante de la nación.
El anuncio que se ha deslizado sobre el anhelado nombramiento de un Decano, por supuesto que se recibe con beneplácito por la comunidad universitaria. Las voluminosas y complejas decisiones que hoy exige tan importante Facultad no pueden seguir siendo atendidas con la óptica de la vieja casona del Externado de la carrera 16. Los tiempos que corren demandan de un enfoque administrativo y científico mucho más ambicioso, despojado del manejo personalista o paternalista que ya fracasó.
Escoger un Decano entre las múltiples importantes opciones de juristas con las que cuenta la Universidad no es tarea fácil, pero, en todo caso, desde estas páginas abogamos porque quien sea ungido tenga aceptación general, credibilidad colectiva, solvencia profesional y académica, buen trato y entendimiento pacífico con los estudiantes y sus colegas profesores, y, además, que esté dispuesto a cumplir con su encargo con dedicación exclusiva sin alternarlo con su desempeño como abogado, árbitro o consultor, o sin utilizar el cargo para aproximarse a los gobiernos o ser designado en ampulosas comisiones oficiales, o proporcionarse protagonismo mediático desde el paraninfo de sus responsabilidades. Su perfil, que por tantos años se ha venido reclamando para la Facultad, no puede ser el de que sea una persona de absoluta confianza del Rector o de la cúpula de la Universidad.
Por supuesto que quien haya de desempeñarse en ese importante cargo, debe trabajar en armonía también con las directivas de la Universidad, pero su único capital no puede ser el excluyente artificio de que goza de la absoluta confianza de quien a dedo y de manera unilateral y omnímoda le dispense tan alta responsabilidad. Escoger a alguien solamente en función de ese requisito de estirpe totalitaria, en vez de solucionar los graves problemas que con el tiempo se han venido creando y que hoy siguen sin solución, muy seguramente contribuirá al clima de desasosiego e inconformidad que reina en el Externado.
El propósito de designar un Decano es no solo velar con responsabilidad por el futuro consolidado de la Facultad de Derecho, sino que la rectoría se desprenda sanamente de parte de su inmenso poder, para permitir que se haga realidad el pluralismo al que se debe históricamente este Externado. El mensaje de nombrar a tan alto servidor no puede revestir el carácter de una amenaza subliminal de que se escogerá a quien sea ojos y oídos de quien lo designe, sino el de que haya un auténtico intérprete de las necesidades que hoy enfrenta la Facultad. No se trata de entronizar o perpetuar una camarilla personalista sino de servirle al Externado con desinterés.
Aunque por fin habrá Decano, siguen pendientes todavía otros retos e inquietudes que durante el último año no han podido ser resueltas. La renovación del envejecido y deteriorado Consejo Directivo de la Universidad, no da más espera. Es la hora de permitirle a la comunidad universitaria el ejercicio de su legítimo derecho a elegir un Consejo renovado que represente solamente la Casa de Estudios. También se echa de menos la rendición de cuentas que no ha sido posible obtener por parte de la administración de la institución, al igual que permitir de una vez por todas y sin más dilaciones, que se realice una auditoría amplia que despeje definitivamente el horizonte de la Universidad.


Consejo profesoral
Por primera vez en la historia de la institución, sus maestros decidieron darle vida al cuerpo profesoral que, a pesar de estar consagrado en el artículo 14 de los estatutos de la Universidad, nunca se había integrado. Eso significa que las próximas elecciones de profesores al Consejo Directivo de la Universidad van a tener que advertir la reglamentación adoptada por los mismos docentes.
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Consejo profesoral
Por: Ramiro Bejarano.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Después de extenuantes asambleas, los profesores de las distintas facultades del Externado aprobaron el Reglamento de ese organismo. No se trató de una decisión menor, sino de muy alto contenido para la vigencia de la Universidad.
El cuerpo de docentes, más que instancia burocrática, es punto de encuentro de discusiones y decisiones profesorales, que tiene por encargo, entre otros aspectos, elegir a sus voceros en el Consejo Directivo de la Universidad, el cual debe renovarse cuanto antes, para restaurar el actual donde están sentados los mismos miembros hace 23 años. Si bien son respetables las voces de quienes todavía ponderan al Consejo Directivo de hoy, éste ya no representa la población profesoral del Externado, y, en cambio, es indiscutible protagonista de las dificultades que se han suscitado en el presente año lectivo.
Que después de tantos años los docentes del Externado hayan decidido voluntariamente realizar estas reuniones para adoptar su propio Reglamento, confirma que la llama de la democratización se prendió para no apagarse. Por primera vez en la historia de la institución, sus maestros decidieron darle vida al cuerpo profesoral que, a pesar de estar consagrado en el artículo 14 de los estatutos de la Universidad, nunca antes se había integrado.
Las asambleas profesorales no siempre fueron tranquilas, porque los docentes parecieron ubicarse en dos bandos. Uno, amigo de impulsar el reglamento profesoral de manera libre y autónoma; y el otro, notoriamente reacio a que este cuerpo se constituyera. No en vano las primeras deliberaciones estuvieron acosadas por la insistente propuesta de algunos docentes de verificar el quórum, consabida estrategia parlamentaria a la que sin embargo no sucumbieron estas asambleas, que finalmente pudieron decidir.
Aunque en los varios encuentros de los profesores no hubo espacio ni oportunidad para debatir aspectos tan neurálgicos como la necesidad de democratizar la Universidad y de exigir cuentas a la actual administración -no obstante que uno que otro docente sí lo intentara-, este primer esfuerzo ha mostrado que el rumbo del Externado del futuro no se detendrá. Aunque las directivas no han expresado su frontal oposición a la tarea profesoral de reglamentar este organismo, tampoco la han apoyado categóricamente.
Las señales recibidas durante todo el proceso que significó la convocatoria y realización de las asambleas de profesores, dejaron en evidencia que existe cierta resistencia de algunos docentes a la adopción de un reglamento. Era natural que algunos consideraran legítimo dejar las cosas como están o no meter a la Universidad en ese “embeleco de la democratización”, como lo pretenden algunos docentes, definitivamente contrarios a los vientos pluralistas y renovadores que, por fortuna, empezaron a soplar en el campus del Externado.
Hoy ya el Cuerpo de Profesores es un organismo vigente que cuenta con un Reglamento que fue aprobado en esas deliberaciones. Eso significa que las próximas elecciones de profesores al Consejo Directivo de la Universidad, van a tener que advertir la reglamentación adoptada por los mismos docentes, por primera vez en la historia de la Casa de Estudios.
Por esa razón, desde estas páginas abogamos porque el Consejo Directivo termine con urgencia de diligenciar el reglamento que le fuera remitido para que “sea dictado”, que no para su aprobación, pues lo único que no puede sucederle al Externado es que su proceso de democratización iniciado con paso firme con la conformación del cuerpo profesoral se trunque por cuenta de un rigorismo burocrático.


La razón de ser de El Radical
El Radical es un organismo de difusión del pensamiento del externadista, que nació de la mano de un grupo de profesores interesados en el futuro de la universidad, manteniendo la tradición y la calidad que la ha distinguido.
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La razón de ser de El Radical
Regresa El Radical, como un medio de expresión necesario, inicialmente para que llegue a la comunidad externadista y sirva sus intereses, cada vez más crecientes y urgentes. Este es un esfuerzo liderado por un grupo de profesores que están conscientes de que los tiempos que corren requieren de permanente debate y discusión desapasionada de los temas de interés de nuestra Universidad Externado de Colombia, a la cual nos debemos todos quienes hemos sido sus alumnos y hoy ejercemos responsabilidades docentes.
Desde el mes de marzo del presente año, se han suscitado sucesos que de una u otra manera han mostrado la necesidad de contar con un medio de comunicación que sea capaz de informar sobre los hechos que están haciendo historia en nuestra Universidad, y además que difunda en un ambiente civilizado las opiniones de distintos sectores que, por diferentes y respetables razones, hoy no están a la mano de todos.
La reelección del Rector, darle vida al Cuerpo Profesoral mediante la aprobación de unos estatutos o reglamento, y en una palabra, crear mecanismos y condiciones para democratizar la Universidad, no son sucesos de menor calado sino de gran trascendencia en la vida de una institución que, hasta hoy, no había tenido necesidad de asomarse a esos aspectos en virtud de la estructura organizacional que gobernó la Universidad parroquial que con el tiempo se transformó en poderosa, pujante y en una organización compleja.
A lo anterior se suma el hecho no menos importante que reclaman muchos miembros de esta comunidad universitaria, de conocer las cuentas de la administración, como tiene que ocurrir en cualquier institución que tenga respeto por unos pilares democráticos sólidos de obligada transparencia. En ese escenario, por supuesto, cobra relevancia imprescindible, la renovación del Consejo Directivo de la Universidad, en su componente de los representantes de los profesores, el cual, como es de público conocimiento, se trata de un organismo que fue elegido hace más de 20 años y, por tanto, su representatividad hoy es precaria, atendidas las distintas expresiones académicas de la inmensa población docente de este Externado.
También el examen y la discutida creación de la decanatura de la Facultad de Derecho, para designar allí un profesor que no solo soporte su pesado día a día administrativo, hoy carga ajena a las tareas de la rectoría y la secretaria general, sino que cuente con el respeto y reconocimiento de los profesores de todos los matices y tendencias, que tenga la virtud de unir en el disenso, y no propalar divisiones innecesarias y peligrosas para la estabilidad y credibilidad públicas de un Externado que ha ganado sitio de privilegio durante los últimos años, gracias al esfuerzo colectivo de todos sus integrantes sin excepción.
El nombre El Radical ha sido adoptado en respeto a la ideología que subyace en el Externado desde su creación el 15 de febrero de 1886, en épocas del temido régimen oscurantista de la Regeneraci un organismonesbiente civilizados. El Externado es de todos, no de nadie en particular. las generaciones futuras.credibilidad pón. Es cierto que los tiempos cambian, pero la ideología inspiradora de este legado que hemos recibido de Nicolás Warlosten, Diego Mendoza Pérez, Ricardo Hinestrosa y Fernando Hinestrosa, ha de seguir siendo el faro orientador de esta Universidad al que debemos rendir culto las generaciones futuras, inclusive su actual rector, Juan Carlos Henao, responsable hoy de los destinos de la “sagrada heredad”.
Estas páginas virtuales verán la luz cada mes, pero ojalá puedan aparecer en períodos más cortos. Bienvenidos todos, sin exclusiones. El Externado es de todos, no de nadie en particular.
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