Sin importar quiénes sean el rector, los decanos o los directivos del Externado, siempre habrá la necesidad de un ojo vigilante de los logros y los yerros para aplaudir o denunciar y evitar que el ejercicio del poder soberano termine destruyendo la centenaria casa a la que pertenecemos.
El laureado periodista recordó sus años como estudiante de la Facultad de Comunicación, mencionando que entonces había un periódico y dos murales de esa facultad. Refirió que varios de sus compañeros terminaron de ejecutivos de medios y se refirió a sus experiencias durante el exilio y lo que es escribir bajo la amenaza de los poderosos.
“El consejo directivo fue informado por el rector de la licencia concedida a Marta Hinestrosa y del nombramiento de Adriana Zapata en otro cargo”: dijo al medio.
El reconocido columnista y comentarista radial, egresado de la Facultad de Derecho del Externado, habló con EL RADICAL. Recordó su época de estudiante, las clases con Hinestrosita y su exilio en Canadá.
“El carácter es la cualidad constituyente del hombre superior”: Santiago Pérez Manosalbas. Por desgracia la falta de carácter de algunos externadistas se sigue notando. No están respondiendo al talante conciliador del nuevo rector. Es la hora de los cambios.
Resulta inquietante el tratamiento económico favorable que han recibido las doctoras Marta Hinestrosa y Adriana Zapata, ex secretaria general y ex decana de la Facultad de Derecho, respectivamente.
Cuando hablo de Henao, me refiero al doctor Juan Carlos Henao, rector de la Universidad Externado desde 2012. Estudiante adelantado, que siendo muy joven se graduó como abogado para luego especializarse y doctorarse en derecho público en Francia.
Cuando hablo de Henao, me refiero al doctor Juan Carlos Henao, rector de la Universidad Externado desde 2012. Estudiante adelantado, que siendo muy joven se graduó como abogado para luego especializarse y doctorarse en derecho público en Francia.
Por: Felipe Zuleta.
Egresado de la Universidad Externado de Colombia.
Cuando hablo de Henao, me refiero al doctor Juan Carlos Henao, rector de la Universidad Externado de Colombia desde el 2012. Estudiante adelantado siendo muy joven se graduó como abogado de esa universidad para luego especializarse y doctorarse en derecho público en Francia. Henao fue destacado magistrado y presidente de la corte constitucional.
No voy a escribir hoy sobre su desempeño como rector de la universidad, pues es claro que la institución está resolviendo sus conflictos de manera democrática, como debe ser.
Quiero referirme a la entrevista que el profesor Henao le concedió esta semana a Juan Roberto Vargas, director de Noticias Caracol, sobre la propuesta del exsenador Uribe y sus congresistas de acabar con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Felipe Zuleta, egrasado de la Universidad Externado de Colombia.
La entrevista, con las acertadas preguntas de Juan Roberto, (a quien criticaron los uribistas), le permitió al doctor Henao la posibilidad de dar con sus respuestas una clase de derecho constitucional colombiano. Recordemos que Henao fue uno de los arquitectos de la JEP, luego tiene perfectamente claro lo que significa esta jurisdicción para el país.
No dudó el rector en calificar como una locura la idea de acabar con la JEP. Explicó claramente las consecuencias que esto tendría para el país. Hizo críticas a través de preguntas, como lo hace un buen profesor. ¿Qué se hace con los guerrilleros desmovilizados? ¿Cómo podría el país pasarse por la faja las sentencias de la corte constitucional que avalaron la aprobación del acuerdo de paz a pesar de que por un pequeño margen ganó el NO en el plebiscito? ¿Qué hacer con la reparación de las víctimas? ¿Le devolvemos las armas a los desmovilizados?
Sostuvo además el profesor Henao que hay muchas personas que nunca quisieron entender que los que llegan a la JEP deben hacerlo contando la verdad de los crímenes que cometieron. De no hacerlo quedan expuestos a las condenas de la justicia ordinaria. Recordó, entre otras afirmaciones, un principio que los uribistas no quieren entender. “La democracia se hace en disenso, no en consenso”
Uribe y sus congresistas no se han tomado el trabajo de pensar en las respuestas a esas preguntas y en las afirmaciones del profesor Henao porque quieren seguir incitando a la polarización del país. Pero más que eso lo que quieren es hacerse una constitución a su medida, pues como lo he dicho en el pasado, a los uribistas solo les gusta el estado de derecho cuando garantiza sus derechos, así se atropellen los de los demás. ¡Insensatos e irresponsables!
Es preocupante y grave que el proceso de paz siga siendo tema de disputas políticas, cuando es claro que Colombia es mucho mejor con los exguerrilleros haciendo política. Este proceso, construido con paciencia y filigrana por el expresidente Santos fue ejemplo en el mundo y debe respetarse pues es un compromiso de estado. A este paso Uribe y su gente van a acabar con nuestra ya ajada democracia y manoseada constitución.
Los resultados de las elecciones del pasado 30 de septiembre pueden significar mucho más que la simple renovación de unos escaños en el consejo directivo de la Universidad Externado.
Los resultados de las elecciones del pasado 30 de septiembre pueden significar mucho más que la simple renovación de unos escaños en el consejo directivo de la Universidad Externado.
Por: Néstor Osuna.
Profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
De mi vida en el Externado recuerdo ya varios momentos con una importante carga simbólica que han sellado el carácter de la institución. No soy, por supuesto, de la generación que le plantó cara al dictador Núñez y fundó en un salón alquilado una escuela de Derecho en las narices del palacio de gobierno, de modo que los profesores que el régimen había echado de la Universidad Nacional pudieran continuar con su servicio docente. Tampoco de aquella que con el profesor Restrepo Piedrahita a la cabeza se tomó la sede de la Radiodifusora Nacional el 9 de abril de 1948, ni de la que desentejó la vieja sede de la Universidad el 27 de mayo de 1969, para protestar contra la presencia en Colombia del vicepresidente de los Estados Unidos, mister Nelson Rockefeler, y que dio lugar a la fundación de un movimiento estudiantil con esa fecha, que evocaba lo ocurrido exactamente un año antes en París.
Pero sí alcancé a vivir como estudiante algunas huelgas universitarias de los años 80 del siglo pasado (“asamblea permanente” era el término que utilizábamos) en las que se reivindicaba desde la rebaja del precio de las matrículas hasta el cambio de los profesores “paquete” que medraban por ahí, y también soy de esos estudiantes a los que de un momento a otro nos tocó asistir, en el día más aciago de la Univerisdad, al funeral de nuestros maestros asesinados en el palacio de justicia.
Néstor Osuna, profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Aún hoy se me quiebra la voz cuando tengo que hablar de esa ceremonia fatal y lúgubre que tuvo lugar en auditorio del bloque “D” de nuestra sede, entonces el más grande que teníamos, y el mismo en el que cuatro años después, ya como novel profesor, estuve en los debates ardientes y fervorosos que condujeron al movimiento de la “séptima papeleta” que dio inicio a la Constitución que hoy nos rige. Estuve también en la asamblea general súbita que convocó en abril de 2012 el profesor Ramiro Bejarano para protestar contra la inminente elección de un nuevo rector sin suficiente consulta a la comunidad universitaria, asamblea que fue también un grito de protesta contra algunos de los candidatos a ese cargo.
En todos esos momentos, más allá del episodio, estuvo presente ese Externado “de base”, rebelde y activo, que no se extingue y que ha superado las adversidades que tantas veces hemos tenido que enfrentar.
Lo del pasado miércoles 30 de septiembre podría parecer muy distinto, porque fue una votación aparentemente muy aséptica, programada, on line, y con cada quien desde su casa. Sin embargo, tuvo esa misma carga simbólica y por tanto vuelve a marcar el destino del Externado.
A pesar del cierre del campus por la pandemia y de todos los obstáculos que los organizadores le pusieron al evento electoral, una abrumadora mayoría de profesores le dio la espalda a la forma como se ha gobernado la Universidad en los años recientes y votó por un cambio de época en nuestra institución. Mi teléfono atiborrado de llamadas remplazó, en la medida en que eso es posible, a esa multitud ruidosa de gentes del Externado que se habrían abrazado, muy ilusionadas, de solo pensar en los cambios que se perfilan a partir de ese resultado electoral.
Creo que los principales cambios que pueden venir para nuestra Universidad, y que los consejeros elegidos no se pueden dar el lujo de desperdiciar, pueden sintetizarse así:
Institucionalización. Es imperiosa una reforma estructural del Externado, para despersonalizar el gobierno de la Universidad y darle la fisonomía institucional que le permita persistir, no ya gracias al liderazgo de un gran prohombre, sino a la combinación de muchas inteligencias que trabajan por una causa común. Nuestra Universidad va a dejar de ser identificada con una persona o una familia, va a ser menos autoritaria en su funcionamiento, más democrática y transparente, y sus estudiantes y profesores serán más altivos y deliberantes. Ojalá todo eso se vea reflejado en un muy pronto cambio de los estatutos y los reglamentos.
Giro. El centro de mando de la Universidad se va a desplazar de la rectoría al consejo directivo. Hasta ahora hemos tenido rectores muy poderosos dentro de la Universidad, tremendamente buenos o tremendamente malos, acompañados de consejos directivos prácticamente inanes, que apenas refrendaban los actos rectorales. Todo indica que esa época llegó a su fin. Las personas elegidas la semana pasada gozan de amplia legitimidad, tienen importantes ideas sobre la transformación de la Universidad y son, en su mayoría, de esos externadistas de base que no creen en cuentos de sangre azul ni le deben vasallaje a nadie. El inminente relevo en la rectoría seguramente dará cuenta de ese giro.
Modernización. Aunque nos duela reconocerlo, el Externado hace rato huele a naftalina. Los sistemas de enseñanza que utilizamos están revaluados hace lustros, la rigidez de los planes de estudio ya no se considera virtuosa y la brecha entre los principios de la Universidad y sus prácticas administrativas es cada vez mayor. Todo eso lo han padecido los nuevos miembros del consejo directivo, así que muchos esperamos, fundadamente, que abran las ventanas del alma mater para que demos un salto de modernización que nos vuelva a identificar con nuestro modo de ser.
Racionalidad. Si algo quedó claro en las pasadas elecciones es que el obstruccionismo para impedir los debates y la apelación a la descalificación, la mentira y el insulto a los contradictores, NO logró persuadir a la mayoría de profesores sobre cómo se construye y mantiene una Universidad respetable y decente, y menos aún a los estudiantes, cuyo espíritu crítico ha sido nutricio siempre para la Universidad. Cuando quienes hoy se refugian en la maledicencia se animen a debatir con la razón, se reencontrarán con el Externado deliberante y riguroso, pero fraternal, que no lograron destruir.
El rector se equivocó si pensó que su oposición en el Externado solo era de “cuatro gatos”. Las elecciones confirmaron que nos multiplicamos, que el inconformismo venció al miedo y que nos convertimos en 457 votos libres que no le caminaron al Dr. Henao.
El rector se equivocó si pensó que su oposición en el Externado solo era de “cuatro gatos”. Las elecciones confirmaron que nos multiplicamos, que el inconformismo venció al miedo y que nos convertimos en 457 votos libres que no le caminaron al Dr. Henao.
Por: Juan Pablo Estrada.
Profesor de la Universidad Externado de Colombia.
No olvido ese día de junio del año pasado. El Dr. Henao irrumpió en la clase de posgrado que dictaba en Bucaramanga en un salón del antiguo Hotel Bucarica. Hablamos frente a frente de la oposición que estábamos ejerciendo desde EL RADICAL, así como de la situación de nuestro Externado. Me insistió con sus argumentos livianos en que todo estaba bien. Que estábamos “exagerando la nota”. Que eran “rabias personales” sin fundamento. Cuando se retiraba le dije con sinceridad que no se equivocara, que había mucho inconforme con su manejo de la Universidad. Su respuesta, expresada con ironía y soberbia inocultables fue: “son cuatro gatos”, en clara alusión a los profesores -cinco en realidad- que, contra viento y marea, soportando el estigma de querer dividir la universidad, padeciendo infundios, calumnias, enemistades y persecución estábamos decididos a demostrar que el rumbo estaba extraviado.
El pasado 30 de septiembre, luego de veintidós años hubo elecciones. Tendrían que haber estado mejor organizadas y haber sido presenciales. Pero los asesores del quinto piso pensaron que era su mejor escenario. Salían con dos listas milimétricamente confeccionadas. Cinco puestos del consejo directivo eran su objetivo y sus cuentas alegres. “Iban a barrer” decían, y muchos pensamos que así podía ser. Los decanos estaban al frente del operativo. Pero los “cuatro gatos” se multiplicaron. El inconformismo venció al miedo y se volvieron 457 votos libres que no le caminaron al rector. El 67% del depurado censo electoral.
Juan Pablo Estrada, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
Sí, a pesar de que ahora anden repitiendo que no tenían listas, que López Roca armó solito la suya; que Alejandro Beltrán se postuló por cuenta de alguna revelación; que Barbosa jamás habló con Bernal y que nada perdieron porque por nada iban, los hechos son tozudos: el oficialismo perdió. En la derrota se terminó de conocer a Juan Carlos Henao. Pantallero por excelencia esta vez se limitó a felicitaciones privadas y a activar su “free press” soportada en la pauta pagada de la Universidad para que en medios digan que no se va y no lo tumbaron, como si ese hubiera sido alguna vez el objetivo. Le faltó gallardía. Desperdició la oportunidad de llamar a la unidad y de recordar que el Externado es de todos: plural y democrático.
¡Ganó el talante Externadista! Ganaron Erik Tremolada, Diego Aponte y Marie Eve cuyo programa coincidía (y bastante) con nuestra visión de lo que debe ser el Externado. Y Jaime Duarte que tampoco estaba con Henao. Y ganaron también Alejandro Beltrán y López Roca, porque el Externado es de todos y cabemos todos. Para ellos mis felicitaciones, con la esperanza de que las nuevas mayorías recuperen el rumbo perdido y lleven a la rectoría a un Externadista de quilates, que por fortuna los hay. Que lideren el proceso de democratización y le den transparencia al manejo de las finanzas; que manden a la junta del Grupo Bolívar un representante que esté en capacidad de velar con solvencia por tamaña inversión. Que le den estabilidad a los docentes y trabajadores. Que logren que las decanaturas y departamentos dejen de ser feudos inexpugnables. Que actualicen el pensum. Que pongan filtro al ingreso a los posgrados. En fin, tantos pendientes del Dr. Henao.
Y aunque no tuvimos lista, ni candidatos, ganó EL RADICAL. Ni siquiera nuestros malquerientes pueden negar que fuimos la voz de muchos y por cuenta de nuestra oposición fundada nombraron decana, así no haya llenado las expectativas, y se convocaron estas elecciones. Henao quería que este consejo eligiera su sucesor. Esa es su gran derrota. Dicen por ahí que el primer paso no nos lleva a donde queremos llegar, pero sí nos saca de donde estábamos. Mi reconocimiento a Ramiro Bejarano, Néstor Osuna y Hernando Parra por su firmeza, determinación, compromiso y amor por el Externado. Especial saludo a Saúl Sotomonte, que por atreverse a hacer oposición desde el consejo tuvo que soportar los malos tratos y la grosería con la que Henao impone su autoridad. Seguiremos en la tarea. ¡Adelante Externado!
Posdata: Bienvenida la candidatura rectoral de la Dra. Emilsen González de Cancino. Entre sus tantas enseñanzas recuerdo la de que la de las siete colinas era la ciudad por antonomasia. Ella es nuestra maestra por antonomasia. Sin mácula. Humanista, académica y ponderada. Tiene todos los méritos y todas las cualidades. Lástima que quienes ahora la candidatizan pensando en ellos más que en la Universidad, hayan guardado silencio cómplice cuando se le negó su derecho a ser la primera decana de derecho. En todo caso, importante saber qué piensa de la actual administración y de sus más encopetados funcionarios, entre otros temas. El voto castigo fue para ellos también por su mala gestión.
Bienvenidos los nuevos tiempos en los que ojalá recobremos la convivencia y el espíritu libre de una Universidad Externado que demostró que no se somete a la intolerancia.
Bienvenidos los nuevos tiempos en los que ojalá recobremos la convivencia y el espíritu libre de una Universidad Externado que demostró que no se somete a la intolerancia.
Por: Ramiro Bejarano.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Es increíble que el rector Juan Carlos Henao ante el contundente resultado que arrojaron las accidentadas elecciones de profesores al consejo directivo, en vez de haber tenido una posición gallarda y reconciliadora, optó por las felicitaciones en privado a los ganadores y por hacer una ronda de medios para mitigar el “muendazo” que recibió su pésima administración.
Tal parece que Henao y su cohorte no entendieron el mensaje que la comunidad externadista consignó en las urnas, o si lo entendieron prefirieron ignorarlo, como han hecho con todo aquello que les represente voces contrarias a sus pareceres arbitrarios.
Lo que viene ahora es que el consejo directivo renovado tome inmediatamente el control de sus funciones y provoque una primera reunión si es que el rector Henao no lo hace. El derecho de estos miembros a reunirse, por fortuna, no depende de la voluntad omnímoda del rector ni menos de la secretaria general. Ese consejo, que sustituye al desgastado y desprestigiado que permaneció arrodillado 23 años, tiene voz propia y como demostrarlo.
Ramiro Bejarano, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Por los mensajes airados que los partidarios de las agresivas listas oficialistas difundieron en WhatsApp, en cuanto conocieron la derrota merecida que han sufrido, no queda duda de que si hubieran triunfado, no solo el Externado se habría disuelto, sino que los primeros pasos habrían sido en la dirección de una purga y de exclusión de aquellos profesores que se nos clasifica de indeseables por decir lo que pensamos y por no resignarnos a que impere el totalitarismo con el que quisieron aplastarnos. Tales voces altaneras y provocadoras desde la sombra tendrán que apagarse y serenarse, porque no es con infundios o calumnias ni con comunicados denigrantes como el cuerpo profesoral de la Universidad va encontrar de nuevo el rumbo que se extravió y dilapidó en las manos de Juan Carlos Henao, Marta Hinestrosa, Edgar Cortés y Adriana Zapata, entre otros, para solo hacer mención de los poderosos inquilinos del quinto piso.
La jornada electoral no fue del todo transparente, porque curiosamente algunos de los votantes “incómodos” tuvimos innumerables dificultades para poder ejercer el derecho a sufragar, no obstante que se había prometido, luego de un simulacro que no sirvió mucho, que dos gigantes empresas multinacionales manejarían este pequeño proceso electoral sin tropiezos. La verdad es que a TPS y Ernst & Joung les quedó grande la jornada, pues fueron muchas las incomodidades surgidas, que por supuesto se convirtieron en legítimas sospechas y manchas del proceso eleccionario.
De Henao ahora se sabe que hizo su recorrido en varios medios de comunicación para presentar de manera diferente la derrota sufrida y para advertir que nada le había pasado porque él de todas maneras dejará la rectoría en abril del próximo año. Equivocada estrategia. Desperdició la oportunidad de haber hablado cuando tenía que hacerlo, cuando era imperioso dirigirse a una comunidad que expresó una voluntad firme de que las cosas deben cambiar y que está a la expectativa de que se alivien los rencores y las rencillas. No se hizo oír Henao, ni tampoco al momento de escribir estas líneas lo ha hecho. Mal perdedor.
EL RADICAL no fue ganador ni perdedor en unas elecciones en las que ninguno de quienes participamos de este proyecto participó de las listas por decisión propia. Por supuesto no fuimos indiferentes a lo que ocurrió pues seguimos convencidos de que el papel de este esfuerzo periodístico, libre, contestario y firme tiene que seguir siendo el de estar vigilantes de los días que se avecinan para el Externado.
Estamos conscientes de que EL RADICAL puso la primera piedra que permitió construir este edificio remodelado de un Externado combatiente y listo para rescatar lo perdido y avanzar con paso enhiesto en el concierto nacional, como lo había hecho antes de esta tempestad.
Fue curioso sí, que quienes perdieron las elecciones en su desconcierto inicial empezaran a lanzar candidatos a la Rectoría y esta vez sí les resultó atractivo el nombre de la distinguida profesora de todos Emilssen González De Cancino, a quien sin embargo no les importó excluirla como Decana de la Facultad de Derecho para en vez de ella designar a Adriana Zapata, cercanísima amiga del rector, cuya gestión ha sido desastrosa, por decir lo menos. Si la doctora Emilssen hubiese sido designada Decana en su momento, muy seguramente las aguas alborotadas habrían retomado su cauce, pero pudo más el amiguismo y el dedo excluyente y/o benefactor de un rector embebido en sus propias equivocaciones e invencibles vanidades. Por supuesto que la doctora González De Cancino es una candidata inmejorable para todo, pero lo que sorprende es el oportunismo de quienes hoy la pretenden convertir en su tabla salvadora, seguramente esperanzados en que ella repetiría el experimento Henao.
El tema del futuro rector es importante, por supuesto, pero primero hay que convocar un proceso transparente, pluralista y que congregue a los externadistas en torno de la Institución y no en el culto a la personalidad de nadie. Eso es lo trascendente. Lo otro es el canto angustioso de quienes no se resignan a perder la mermelada.
La lección quedó aprendida. Nunca más un consejo directivo que se perpetúe tantos años en sus funciones. Esa experiencia resultó ingrata para la historia del Externado. Ahora acoplan nuevos tiempos en los que ojalá recobremos la convivencia y el espíritu libre de un Externado que demostró que no se somete a la intolerancia.
Los nuevos profesores del consejo directivo de la Universidad tienen una tarea titánica: poner en marcha el cambio y acabar con la desidia de una caduca administración.
Los nuevos profesores del consejo directivo de la Universidad tienen una tarea titánica: poner en marcha el cambio y acabar con la desidia de una caduca administración.
Por: Jorge Fernando Perdomo.
Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Jorge Fernando Perdomo, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
Con el resultado de las elecciones al consejo directivo de la Universidad Externado de Colombia resurgió la esperanza en los cambios necesarios para una total institucionalización de la Universidad. Sus nuevos miembros, por lo menos la mayoría de ellos, llegan allí como independientes, motivados por el deseo de cambio, democracia y desarrollo; aterrizan de forma propicia para arreglar el caos existente, no solo porque poseen excelsas calidades personales y académicas (así los perdedores de las listas oficialistas hayan empezado a descalificarlos), sino también porque precisamente han recibido un mandato contudente de los electores que con el voto rechazaron la política del secretismo y de la falta de transparencia de la actual administración de Juan Carlos Henao.
Harán equipo con los representantes de los estudiantes en el consejo directivo, a quienes desde aquí deseo hacerles un especial reconocimiento por la seriedad y profundidad con las que han venido debatiendo los problemas de la Universidad, así como por la prudencia mantenida durante el debate electoral; lo que se avizora es un equipo ganador. Reciben también el inmenso legado de maestros como Saúl Sotomonte, miembro del consejo que siempre y hasta el día de hoy orientó con sabiduría y experiencia, habló claro cuando ello fue necesario (y lo fue las más de las veces), no se dejó coptar y recogió frutos de su cosecha aunque en los últimos años tuviera que arar en tierra infértil; a él mi admiración y gratitud.
Pero el nuevo partido debe comenzar ya, cuanto antes, pues las necesidades abundan, hay mucho por hacer y el tiempo pasa rápidamente. Seguramente los electos se encontrarán con las tradicionales dinámicas de funcionamiento de la Universidad que son las que han impedido los cambios transformadores y con el ya conocido letargo rectoral. Ello, no obstante, es motivo suficiente para impulsar con vehemencia las nuevas ideas, abrir la Universidad hacia la sociedad-mundo y propiciar la unidad y la cohesión de toda la comunidad externadista, algo que ha querido ser resquebrajado por unos pocos a través de la estrategia de crear bandos.
Las propuestas de cambio se han venido construyendo en los últimos meses entre todos, a partir de lo expuesto por los mismos candidatos y listas, de lo que muchos estudiantes, profesores y funcionarios de la Universidad debatieron en público y en privado, y de lo que incluso nosotros desde EL RADICAL condensamos en veinte propuestas en una edición anterior. De todo ello, de esas reflexiones, deberá salir la ruta democrática externadista para los próximos años.
Auguro éxito a los nuevos miembros del consejo Directivo; tienen una tarea histórica ante sí y ella esta vez no es el continuismo, ni el ascendente autoproclamado, ni el descendente ejecutado. Simplemente deseo llamarla “institucionalización”, para que la Universidad camine hacia el progreso y se consolide como lo que todos queremos, la mejor Universidad de Colombia.
Adenda: inaceptable los comentarios destemplados y groseros de algunos profesores del Departamento de Derecho Penal de la Universidad refiriéndose a los nuevos miembros del consejo directivo y a otros profesores críticos a la actual administración.
Con el resultado de las elecciones ganó el Externado. Los nuevos miembros del consejo directivo recibieron un mandato inequívoco dirigido a recuperar la confianza de los externadistas en el destino de nuestra Universidad.
Con el resultado de las elecciones ganó el Externado. Los nuevos miembros del consejo directivo recibieron un mandato inequívoco dirigido a recuperar la confianza de los externadistas en el destino de nuestra Universidad.
Por: Hernando Parra.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
La jornada del pasado 30 de septiembre quedará registrada en los anales de la historia de la Universidad. Ese día, luego de 22 años, los profesores pudimos pronunciarnos de manera abierta por la lista de nuestra preferencia, con la visión puesta en lo que consideramos de mayor conveniencia para nuestra Casa de Estudios.
La manifestación decidida hacia un cambio en la orientación administrativa de la institución fue evidente, y ello despertó entusiasmo y generó esperanza. Calmada la euforia, los nuevos directivos habrán de asumir tareas difíciles, en un entorno en el cual encontrarán no pocas rémoras y una y que otra resistencia. Sin embargo, ese será el momento para no desfallecer en el intento y recordar que recibieron un mandato inequívoco dirigido a recuperar la confianza de los externadistas en el destino de nuestra Universidad.
Las labores inmediatas del nuevo consejo son múltiples y urgentes, pero no por ello deberán abandonarse los criterios de ponderación y debida moderación que seguramente le permitirán guiar su actuar de manera acertada. Cada uno de los directivos tiene un compromiso con sus electores y con el programa que enarboló, pero prioritariamente todos están llamados a obrar con espíritu de cuerpo, con la mira en los intereses supremos de la institución.
Hernando Parra, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Lo primero que les aparecerá por desarrollar será lo relativo a la autoregulación de este órgano directivo, y para atender este imperativo, ojalá se empiece por abandonar del todo la práctica según la cual el consejo directivo era convocado solamente dos veces al año, con la agenda mayoritariamente dedicada a refrendar actos ya consumados. Dentro de esta misma labor, el nuevo consejo deberá definir además cuáles serán los temas específicos que habrán de ser materia de su consideración y aprobación antes de su ejecución por parte de la administración.
También será necesario como tarea inmediata, el conocimiento detallado del estado de ingresos y egresos de la Universidad, específicamente en lo relacionado con el origen del déficit que registra su operación, de manera que resulte posible adoptar con prontitud los correctivos apropiados, sobretodo antes de aprobar el presupuesto financiero del año venidero, con lo cual además podrá darse inicio a la aplicación de sanos métodos de disciplina financiera, que tanta falta han hecho en los últimos tiempos.
Ahora, si bien lo anterior resulta importante en la bitácora del nuevo consejo, esperamos que su trabajo esté acompañado de un notorio cambio de estilo, donde la inclusión, el respeto, la tolerancia y la transparencia se conviertan en los ejes de su funcionamiento, de manera tal que ello se irradie tambien hacia los demás estamentos académicos y administrativos de la Universidad, pues sin duda estarán llamados a seguir aquello que la cúpula profese.
La tarea de preservar el legado del Externado no quedó atribuida exclusivamente a los nuevos directivos, sino que, por contrario, continúa siendo una misión de todos nosotros, tanto de profesores, como de estudiantes, funcionarios y egresados. Sin embargo, requerimos el liderazgo de este nuevo consejo, para que definitivamente la luz no se extinga.
El nuevo consejo directivo tiene la responsabilidad histórica de institucionalizar la Universidad Externado bajo los supuestos de la democracia, la ética y la transparencia, reto histórico equivalente a aquel que sus fundadores enfrentaron.
El nuevo consejo directivo tiene la responsabilidad histórica de institucionalizar la Universidad Externado bajo los supuestos de la democracia, la ética y la transparencia, reto histórico equivalente a aquel que sus fundadores enfrentaron.
Por: Saúl Sotomonte.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Gracias a la insistencia de grupos de profesores y estudiantes, después de 25 años, contamos con un nuevo consejo directivo. Afortunadamente dentro de los elegidos llegaron personas íntegras, que piensan más en la institucionalidad que en compromisos personales.
El nuevo consejo tiene la fortuna y la responsabilidad de recuperar la Universidad, institucionalizándola bajo los supuestos de la ética, la democracia y la transparencia, reto histórico equivalente a aquel que sus fundadores enfrentaron. Todos debemos contribuir a que el nuevo consejo directivo logre la recuperación de la Universidad en términos administrativos, académicos y financieros.
Volvamos a la esencia: un ente sin ánimo de lucro, que por su propia naturaleza no tiene propietarios sino beneficiarios y estos son sus estudiantes. Lo que exige que el ejercicio de poder sea medido, responsable y protector de la democracia. Confío en que ahora, la transparencia en la gestión será ley fundamental y que la ética y el buen comportamiento serán ejemplo para la comunidad estudiantil, como un gran aporte al país, en la formación del nuevo ciudadano.
Saúl Sotomonte, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Le corresponde también al nuevo consejo dotar a la Universidad de un verdadero paradigma que responda a los requerimientos del nuevo entorno. Por ejemplo, ¿hacia dónde vamos y cuál será el rol del externadista ante la sociedad? ¿Queremos seguir entregando hombres mercancía o ciudadanos en condiciones de ser útiles en todo sentido?
Que nuestro escudo sea la formación de los estudiantes y que no sólo simbolice la cantidad de dinero con que se matriculen. Para ello, previamente se debe institucionalizar el Externado, a través de una gran reforma estatutaria, que se ha venido solicitando durante ocho años.
Este es el momento, llegó la oportunidad de renovarnos sin precipitarnos ni improvisar. Por eso estoy convencido que todos debemos participar en la construcción y que cualquier propuesta debe ser previamente conocida por la comunidad de estudiantes y profesores.
De hecho, me permito sugerir al nuevo consejo algunas recomendaciones para su consideración:
Establecer un manual de funciones que acabe con los vacíos de poder y segregación de funciones, de manera que prime la transparencia y trazabilidad de las acciones y decisiones.
Elaborar un Estatuto Profesoral que reglamente la carrera de los mismos, su ingreso, ascensos, estímulos, así como los requisitos y el período de los Decanos y el de los Directores de Departamento, etc. Así mismo, debe proteger la independencia de los profesores a pesar de su subordinación.
Establecer efectivos sistemas de control interno reforzados con oportunas auditorías externas, generando así confianza en el manejo de la institución. Esto supone que el Revisor Fiscal sea designado por el consejo de profesores, el que junto con el consejo de estudiantes deberán designar un veedor de la gestión.
Consagrar las causales de retiro del rector y de los miembros de consejo directivo.
La coyuntura histórica que atraviesa la Universidad Externado y con el resultado de las elecciones hace que algunos estén a la reconquista de los privilegios mediante actos sociales y otros quieran la recuperación institucional, anhelo que esperamos se cumpla con la gestión del nuevo consejo, al cual acompañaremos en su tarea orientada en este sentido.
Los directores de departamento también cuidan “la heredad”
Debe haber un cambio en la Universidad Externado de Colombia: los directivos, todos, deben ser elegidos en procesos democráticos y con periodo fijo.
Por: Jorge Fernando Perdomo.
Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Jorge Fernando Perdomo, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
“La Diosa Casualidad nos hizo guardianes de una heredad sagrada”. Con esta frase, al parecer de Ricardo Hinestrosa, otro Hinestrosa también directivo de la universidad quizás estaba contestando a una columna escrita en este periódico hace unas semanas donde poníamos en discusión el eterno vasallaje a su familia. Lo que tenía que decir al respecto, ya lo dije; en todo caso valdría la pena que los inquietos echen un vistazo a la definición que cualquier diccionario otorga a la palabra heredad, pues ahí se termina de entender lo que piensan “los nobles” de la universidad que orgullosos publicitan su genealogía; definitivamente posan como enviados de los dioses, detentan el derecho natural de dirigirnos.
Pero bueno, en esta edición deseo referirme a otros guardianes de la famosa heredad, a los directores eternos de los diferentes departamentos de las facultades, y la verdad me refiero más exactamente a los de la Facultad de Derecho, aunque debo decirlo claramente, no a todos.
Siempre me ha parecido llamativo que pocas personas y durante tanto tiempo estén al frente de la conducción en las diferentes áreas del derecho, pues si bien habrá razones importantes para la continuidad y muchos de los que allí están tienen importantes ejecutorias en su vida para mostrar, esencia de la democracia es el cambio y la renovación. Ya lo dijimos varios profesores en la misma edición pasada de EL RADICAL a la que me refería cuando hicimos veinte propuestas para renovar el Externado: “debe imperar la democracia y el mérito para elegir a los directivos y toda la comunidad académica debe poder postularse a cargos de dirección”.
Y la reflexión es necesaria porque el nepotismo al que estamos acostumbrados es inaceptable; el gran o la gran director(a) trabaja con un exclusivo séquito, generalmente cercano no solo en lo académico, decidiendo arbitrariamente sobre las políticas académicas (cuando las hay, porque en muchos departamentos se funciona al día a día) y otorgando los beneficios a los más cercanos o a los aúlicos, que pululan seducidos por el “gran poder”, ya ve uno los mismos con las mismas en los eventos académicos, sobre todo cuando son en el exterior. Pero hay otro resto de profesores, generalmente muy valiosos académicamente y más jóvenes que, no solo terminan obedeciendo sin poder opinar abiertamente, sino que hasta “luchan” para que el famoso contrato de renovación anual termine firmándose por allá en marzo (una clara forma de violencia y dominación).
Hace unos meses alguna profesora del Departamento de Derecho Penal me reclamaba por mis posiciones herejes, pero ella, más antigua que yo en la Universidad, todavía sigue rogando por su contratico, la entiendo. Y todo se hace en nombre de la “heredad”, pues como dijo un candidato a directivo, hay que cuidar “el patrimonio de respaldo”.
Y la propuesta que hago es clara: que los cargos de decano, directores de áreas y departamentos tengan también periodo fijo, por ejemplo 2 años, para que todos los profesores de las áreas puedan ser directivos alguna vez, aportar sus experiencias y su conocimiento al desarrollo de la Universidad. No hay nada más sano y conveniente para un centro de pensamiento que todas las ideas y reflexiones puedan tener un espacio de desarrollo y discusión. No a las reelecciones.
Ahora que al fin vienen las elecciones que nosotros propusimos, los invito a pensar en todas estas ideas de democracia universitaria antes de votar, aunque como todos sabemos, muchos de las candidatos inscritos en esas listas lo están para cuidar la heredad y el patrimonio de respaldo.
Las propuestas de algunas listas al consejo directivo del Externado fueron un simple cascarón de locuacidad artificial para ocultar su intención de que todo siga como está. En otras listas, por el contrario, brilló el Externado ese que enamora y compromete.
Las propuestas de algunas listas al consejo directivo del Externado fueron un simple cascarón de locuacidad artificial para ocultar su intención de que todo siga como está. En otras listas, por el contrario, brilló el Externado ese que enamora y compromete.
Por: Néstor Osuna.
Profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Concluye la campaña para la renovación del consejo directivo de la Universidad. Una campaña atípica porque se adelantó a distancia y en línea, sin posibilidad alguna de café o tertulia entre los aspirantes y sus eventuales electores, y también atípica por las prevenciones excesivas e innecesarias de los organizadores en los pocos debates que se abrieron, los cuales suscitaron más bostezos que acaloramiento y más resignación que esperanzas. En fin, es lo que ocurre cuando una comunidad académica se desentiende de la deliberación y el debate como ejercicio continuo del quehacer intelectual y prefiere hacerse complaciente con el statu quo.
Algunas listas intentaron ocultar mediante videos vistosos y afiches de diseño colorido su falta de ideas y propuestas atractivas para dirigir la Universidad. No estaría de más que esos cabezas de lista le dieran una lectura al clásico Traje Nuevo del Emperador del genial Christian Andersen. Es un cuento infantil corto. No requiere de gran esfuerzo. En cualquier caso, hay versiones animadas en Youtube, por si a su criterio leer ya hubiera caído en desuso. Otras acudieron a esa palabrería ampulosa e inconsistente tan a la moda, que no concibe un párrafo sin términos como “emprendimiento”, “innovación”, “competencias globales”, “universidad del futuro” (a propósito, colegas de la lista cuatro: el siglo veintiuno ya comenzó hace veinte años, no está por venir), y otros del mismo estilo, entre los que no podían faltar “flexibilidad” y “nueva realidad”, todos los cuales tienen en común dos cosas: no significan nada y son totalmente acríticos. Del mismo cuño son esos eslóganes que llaman a la unidad, pero cuyos miembros no soportan las críticas y que simplemente intentan invisibilizar los problemas de la Universidad con otra supuesta palabra mágica que evade el debate: evitar la polarización.
Néstor Osuna, profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Las listas se ufanaron de tener listo un proyecto de estatuto profesoral, pero se cuidaron de comprometerse con que el salario de los profesores no pierda progresivamente capacidad adquisitiva; se refirieron a las cuantiosas pertenencias de la Universidad en el grupo Bolívar (algunos lo llaman “patrimonio de respaldo”) pero fueron intencionalmente resbalosas para proponer algo concreto que se deba hacer con todo ese dinero; algunos nos dieron clase no pedida sobre inhabilidades e incompatibilidades sin ver la viga en el ojo y otros más prefirieron pontificar sobre sus planes a treinta años cuando se presentan a un cargo apenas bienal. Puras palabras hueras.
Así que los votantes, a muchos de los cuales conozco y no tienen un pelo de tontos, seguramente se habrán fijado más en el talante personal de los candidatos, en su trayectoria y en eso que los viejos llamaban “don de gentes”, así como en la composición heterogénea de las listas. Habrán notado también los contrastes entre la actitud dialogante y propositiva de unos frente a la arrogante y bloqueadora de otros, y evidentemente habrán percibido quiénes se expresan con espontaneidad y quienes tienen instrucción de no salirse de un libreto preconcebido. Probablemente eso va a decidir el voto de todos esos maestros inconformes de nuestro querido Externado, que han mantenido el lustre y el rigor sin estridencias, con evidentes temores ante la deriva de la Universidad, pero sin dejarse amilanar por esa circunstancia.
No puedo dejar de agradecerle a Richard Tovar, mi Profesor de sociología del derecho hace ya casi ocho lustros, pero a quien no le pasan los años, por su discurso, ese sí sustancioso, lúcido y vanguardista, con el que se comprometió en una de las reuniones en línea de los días pasados. Sus ideas sobre el rescate de la Universidad laica, progresista, comprometida con sus estudiantes y con la sociedad y su irreverencia frente a las autoridades eran lo que yo necesitaba escuchar sobre mi Universidad, mi facultad y mi trabajo. No creo haber sido el único que lo apreció. Ojalá le alcancen los votos para ser nuestra voz en el consejo directivo. En todo caso, gracias Prof. Richard por esa nueva lección y por haberme hecho sentir de nuevo en casa.
El simulacro de votación del 24 de septiembre evidenció que no hay garantías de que el voto será secreto. Las elecciones deberían aplazarse y hacerse de forma presencial. Llegó la hora de fundar el sindicato de profesores.
El simulacro de votación del 24 de septiembre evidenció que no hay garantías de que el voto será secreto. Las elecciones deberían aplazarse y hacerse de forma presencial. Llegó la hora de fundar el sindicato de profesores.
Por: Ramiro Bejarano.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Llegamos al final de las anheladas votaciones para elegir representantes de profesores al consejo directivo del Externado, y la verdad no puede decirse que hay tranquilidad en lo que ha de pasar, por muchísimos factores.
Empiezo por el más reciente suceso preocupante del que he sido testigo, que definitivamente amenaza la pureza de estas jornadas eleccionarias. En efecto, participé del simulacro de votación realizado el pasado 24 de septiembre comprobando, no solo su complejidad, sino además que no hay garantías de que el voto será secreto. Recorrí los pasos de ese simulacro y quedé sorprendido y alarmado de que al terminar el sistema mostró en la pantalla una imagen que informaba que el proceso de votación había terminado satisfactoriamente, pero, atérrense, igualmente mostraba el sentido del sufragio.
Si este simulacro nos mostró el sentido del voto de cada quien, eso constituye una amenaza subliminal de que quienes voten no tienen garantizado que su voto será secreto. Esta es una forma de intimidar y de desincentivar a quienes quisieran sufragar por una lista no oficialista – que sí las hay – y escojan aquellas que se sabe han sido concertadas o aprobadas por la rectoría, la secretaria general o la decanatura de derecho.
Las elecciones bajo esa preocupación no deberían realizarse, sino que deberían aplazarse y ejecutarse próximamente en forma presencial, no virtual. No constituye garantía la virtualidad de unas elecciones manejadas por empresas escogidas a dedo por las directivas de la universidad, que al realizar un simulacro han dejado en evidencia que el voto de cada quien puede ser conocido. ¿Por qué si la propia institución está intentando restablecer la presencialidad en las aulas insiste en unas elecciones virtuales, que en el simulacro mostraron su fragilidad? ¿Por qué si la universidad tardó casi un cuarto de siglo para convocar a estas elecciones, no podía postergarlas unos días o un mes, para que se realicen presencialmente y sin los vericuetos de una virtualidad que dificulta sufragar y que no permite afirmar que esta contienda electoral será transparente?
Ramiro Bejarano, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Pedro dejando de lado la amenaza de fraude, lo cierto es que el debate electoral no fue un proceso franco, amplio, con oportunidades para identificar cada programa y, sobre todo, sin espacios para que la comunidad externadista pudiera preguntar libremente y los candidatos responder. Por ejemplo, nos quedamos sin conocer la respuesta de Luis Fernando López Roca, candidato de las directivas, a lo manifestado en la sección EL RADICAL PREGUNTA, sobre sus impedimentos, al menos éticos, para aspirar al consejo directivo siendo miembro suplente de la Junta Directiva del Grupo Aval, competidor del Grupo Bolívar.
Lástima que no hubiere existido un espacio para referir esta anécdota que muchos externadistas deben ignorar y otros la han olvidado: en efecto, hace unos años hubo una puja muy publicitada entre el Grupo Aval y el Grupo Bolívar por tomar el control y propiedad del Banco de Bogotá, la cual fue divulgada en medios de comunicación por tratarse de una operación de gran calado.
En aquella época el profesor Daniel Manrique Guzmán, un externadista de todas las horas y gran catedrático, profesionalmente se desempeñó como asesor de Luis Carlos Sarmiento, mientras que el Rector, doctor Fernando Hinestrosa, estuvo del lado de José Alejo Cortés, cabeza del Grupo Bolivar. La ardua disputa fue resuelta en favor del Grupo Aval, que desde entonces es el dueño del Banco de Bogotá.
Pues bien, hace un par de años murió el doctor Daniel Manrique Guzmán, y extrañado le indagué al Rector Henao por la postura tan fría de la Universidad ante la partida del inolvidable profesor de Comercial y Sucesiones, a lo cual respondió que él había osado enfrentarse al Rector en la disputa por el Banco de Bogotá. No estuve de acuerdo con esa censura, pero era evidente que son estos los tiempos de la revancha. Pero ahora nadie se ha preguntado, menos el candidato interesado, cuál sería su postura en el consejo directivo si mañana se suscitase otro enfrentamiento de algún grupo económico contra el Conglomerado Bolívar. La campaña debió haber propiciado ese espacio y el candidato López Roca debió haber tenido la gallardía de pronunciarse, pero no, fue mejor el silencio.
Tampoco hubo oportunidad de que se aclararan los términos del derecho de petición del exalumno Juan Simón Vásquez, formulado en 2018, quien manifestó que un abogado penalista profesor de la Universidad había sugerido contratar una empresa de inteligencia, obviamente para recaudar información no de sus obsecuentes amigos sino de quienes discrepan.
Tampoco hubo oportunidad de que el agresivo candidato de los penalistas a consejo directivo, Gerardo Barbosa, dijera si tenía o no conocimiento de este suceso, pues siempre adoptó una estrategia de litigante de baranda de no intervenir al menos en las asambleas convocadas por la Comisión de Impulso, salvo al final, en el último minuto, cuando pedía la palabra para soltar sus puyas que no pudieran ser respondidas. Lo cierto es que la secretaria general que respondió la petición del exalumno Vásquez, le expresó que cuando se hiciera una auditoria ello sería informado, y al sol de hoy no ha habido ni auditoría ni respuesta sobre este delicado asunto.
En lo personal no creo que las listas en las que estén figurando candidatos que propusieron o suscribieron el malhadado comunicado contra quienes representamos una opción disidente, puedan traer concordia, reconciliación ni un buen futuro para el Externado. Por el contrario, lo que se ve venir si triunfasen esas listas donde se han camuflado varios de estos inspiradores y firmantes del comunicado de la infamia, lo que el Externado vivirá será una purga y una persecución indiscriminada contra todo aquel que no se arrodille. Si fueron capaces como simples espectadores de inventarse ese comunicado alevoso, ya con poder en el consejo directivo ejercerán su fuerza para aniquilar, como lo intentaron con ese panfleto insidioso y desleal.
Personalmente creo que la gran crisis de este Externado no se resolverá con el advenimiento de un nuevo consejo Directivo, ni siquiera si no hubiese fraude en estas lecciones. El problema estructural del Externado es muy grave y empieza por remover los cimientos de una secretaría general caduca y abusiva que ejerce un poder omnímodo y dictatorial en favor de su cauda. Podemos elegir el mejor consejo directivo, pero mientras la secretaria general siga en poder de quien hoy la ejerce, no habrá paz, ni orden, ni transparencia, ni progresos de ningún orden en el Externado.
Están dadas las condiciones necesarias para que se concrete la idea que se viene comentando soterradamente de fundar un sindicato de profesores, que permita asegurar la estabilidad que se ve amenazada ahora y muy pronto si llegan al consejo directivo quienes antes por la vía de ese comunicado insolente y atrevido, pretendieron aplastar las voces independientes y exponerlas a la picota. Desde esta tribuna proponemos a la comunidad externadista esta opción libertaria de la creación de un sindicato.
En fin, ha sido un proceso electoral tan accidentado que hasta hemos visto este extraño y arrogante documento de talante monárquico y de dinastía decadente, invocando las tradiciones del Externado que el doctor Roberto Hinestrosa promovió en redes en los últimos días[1]. Personalmente no entendí ni el sentido ni menos la oportunidad de esa recordación justamente en la antesala de las elecciones nada claras que se avecinan.
No se le pueden pedir peras al olmo, dice el refranero popular. No hay garantías en las elecciones del 30 de septiembre. Sin embargo, en temas electorales, nada está escrito. Ojalá las listas independientes den el palo.
No se le pueden pedir peras al olmo, dice el refranero popular. No hay garantías en las elecciones del 30 de septiembre. Sin embargo, en temas electorales, nada está escrito. Ojalá las listas independientes den el palo.
Por: Juan Pablo Estrada.
Profesor de la Universidad Externado de Colombia.
Veinticinco años después de lo previsto se va a renovar el consejo directivo. La comunidad externadista esperó con excesiva paciencia. Tuvieron que pasar muchas cosas y más de un año de reclamos fundados desde las tribunas de EL RADICAL para que Henao, con el permiso de los “guardianes de la heredad”, se atreviera a convocar las elecciones.
El esfuerzo de tantos por lograr espacios de democracia y debate debería ser motivo de regocijo. Lamentablemente, Henao que, como dicen en España los contradictores del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), solo acierta cuando rectifica, no logró hacer un proceso que convenza.
La victoria casi segura de las listas oficiales la van a lograr a punta de marullas, maniobras e intrigas. Son los rezagos de una dictadura blanda de casi cuarenta y cinco años que ha lesionado para siempre al Externado. Solo los Castro, en Cuba, han estado el mismo tiempo en el poder.
Juan Pablo Estrada, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
En efecto, ¿qué necesidad había de que la responsable del proceso electoral fuera la Doctora Martha Hinestrosa, poderosa Secretaria General, que no dicta clase y no ha hecho un memorial en su vida, cuando tiene tantos intereses en juego? ¿Qué necesidad había de inventarse reglamentos y criterios a punta de gimnasia interpretativa de los estatutos? ¿Qué necesidad había de insistir en votaciones virtuales cuando Bogotá funciona con normalidad? ¿Qué necesidad había de andar llamando a directores de departamento para que “conversen” con sus incondicionales? y ¿Qué necesidad había de pasar por encima del consejo y contratar a las volandas a los que “harán” las elecciones? Todo eso sobraba.
Pero, sobre todo sobraba el sugestivo simulacro en el que al final se concretó el mensaje para muchos “sabremos por quién votó”. Nadie votará tranquilo. Si siguen sin desmentir el interés por contratar detectives, ¿quién garantiza que el contratista de bolsillo no les pase el reporte? Ganarán, pero no van a convencer.
Muchos inconformes votarán por miedo, pensando con el estómago, porque temen que los desconecten de la sonda que los une a la tesorería del Externado, becarios, docentes de medio o tiempo completo, que tienen garantizado arrancar el mes con un saldo en la cuenta que en la calle cuesta levantar. Esos no se van arriesgar a que el software deje rastro.
No podré votar. El censo no se actualizó. He sido profesor en pregrado, posgrado y maestría desde el 2002. Este semestre regento una intensificación en quinto año y no he dejado de dictar mis clases en posgrado. Así lo acreditan las notas que he reportado, los preparatorios que he hecho, las publicaciones en las que me han invitado a participar en estos diez y ocho años. Soy orgullosamente externadista para todo, menos para elegir a mis pares en el consejo: dejo constancia de ese abuso para los fines que sea, pero sobre todo para la historia.
No se le pueden pedir peras al olmo, dice el refranero popular. Son unas elecciones con el sello de Henao y Martha, que juegan con los dados cargados. En todo caso, en temas electorales, decía mi abuelo “hasta que no se frita la última empanada no se sabe qué manteca queda”. Ojalá las listas independientes dieran el palo. Soñar no cuesta nada.
Profesores: nuestros estudiantes, egresados y la comunidad externadista en general, tienen puesta su mirada optimista en quienes vamos a participar en este proceso democrático. Tenemos ahora un compromiso in solidum con todos ellos.
Profesores: nuestros estudiantes, egresados y la comunidad externadista en general, tienen puesta su mirada optimista en quienes vamos a participar en este proceso democrático. Tenemos ahora un compromiso in solidum con todos ellos.
Por: Hernando Parra.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Los profesores del Externado estamos convocados para cumplir una gran cita con la democracia el próximo 30 de septiembre. Luego de 22 años tendremos la oportunidad de elegir el cuerpo directivo que trazará los designios de nuestra querida Casa de Estudios para los próximos años.
Ese día, cada docente podrá manifestarse con su valioso voto, bien por la continuidad de un anquilosado estilo administrativo, o bien por una promoción de cambio hacia un Externado unido, dinámico, renovado y tolerante, dispuesto a asumir los desafíos que nos impone el futuro con la voz de todos. Este es el momento de despertar nuevamente entre nosotros la mística que un día nos animó, y de avivar el orgullo de sentirnos externadistas.
Hernando Parra, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
El voto para los docentes significa el reconocimiento de un derecho, y de allí la consecuente obligación de practicarlo conscientes de su capacidad determinante en la suerte de nuestra institución. Debemos ejercerlo libremente, bajo la convicción de que es secreto y que por ende nadie podrá censurarnos por su sentido. Ese voto además nos protege, al permitir la expresión más genuina y directa de nuestro querer interior, pero también nos legitima para esperar con fundamento y para exigir de los elegidos cuando quiera que esa esperanza intente desvanecerse.
Hemos de tener presente para este ejercicio electoral, que el consejo directivo, según la interpretación sistemática de los estatutos vigentes, está llamado a ser el órgano encargado no solo de disponer las políticas estructurales de la Universidad, sino también de adoptar las decisiones trascendentales de la misma, y de expedir los reglamentos esenciales para su funcionamiento. Así pues, su rol no es meramente consultivo, y por esta razón ha de resaltarse la importancia de comprender que nuestro voto no es para elegir simples consejeros, sino verdaderos responsables de administración universitaria, asimilados en un todo a la figura que cumplen los miembros de una Junta Directiva en otras personas jurídicas, con la asunción de los deberes y responsabilidades atinentes a tal dignidad.
Profesores: nuestros estudiantes, funcionarios administrativos, egresados y la comunidad externadista en general, tienen puesta su mirada optimista en quienes vamos a participar en este proceso democrático. Tenemos ahora un compromiso in solidum con todos ellos, y en consecuencia debemos honrarlo.
La lucha por simples intereses individuales avergüenza, en cambio sí es por intereses colectivos enaltece.
Por: Saúl Sotomonte.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Nuestra universidad atraviesa una coyuntura muy delicada de cuyo manejo depende en gran medida que la institución vuelva a hacer visible su tradición, valía e importancia para el país. Esta gran tarea quedará en manos del nuevo consejo directivo que resulte elegido en la próxima contienda electoral.
Hablamos de “La Fractura”, porque así no se quiera reconocer, hay quienes piensan más en sus intereses y el de sus protectores, y otros que a toda prueba defendemos a la institución por encima de los intereses particulares. Ni Nicolás Pinzón W. fundador, como tampoco su recuperador después del cierre, Diego Mendoza Perez, pensaron en que ésta pudiera convertirse por sus privilegios en un bien materia de una herencia. Quizá el Maestro Ricardo Hinestroza tampoco pensó así, pero con su valía y reconocimiento lo sucedió en la rectoría su hijo Fernando Hinestroza, quien acompañado de importantes profesores logró con su gestión crecer no solamente su prestigio personal sino en gran medida el de la institución. Desafortunadamente no la dejó institucionalizada y con su desaparición se sintió un vació de poder en el que surgieron los diversos pretendientes del mismo.
El Doctor Henao lo sucedió en el cargo, pero no llegó con un proyecto de universidad, tanto que no presentó iniciativa alguna en ese sentido y tampoco le dio paso a cualquiera de las nuestras. No obstante, al final del período una nueva mayoría en el consejo directivo logró derogar la ley del silencio, dando lugar a que la administración entregará información completa de las cuentas y copia física de las actas del consejo directivo, las que deben ser gravadas, y así mismo se aprobó un proyecto de estatuto de control de la gestión interna.
Saúl Sotomonte, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Dada la liquidez que se tenía, se contrató la construcción del nuevo bloque, se actualizaron los sistemas y otras varias cosas necesarias, pero nunca se trabajó sobre cuál debería ser el paradigma institucional. Además de su figuración personal, el actual rector se ocupó de la paulatina entrega del poder administrativo, académico y patrimonial como si se tratara de un legado.
En el grupo de aspirantes al nuevo consejo directivo, a quienes les deseamos éxitos, se encuentra gente valiosa, de quienes esperamos que en el caso de ser elegidos se dediquen a la defensa de los intereses institucionales.
En el fondo del debate se enfrentan dos bloques de la fractura. Varios de sus integrantes por indiferencia o necesidad ignoran que lo que están defendiendo no es lo legítimo. Desafortunadamente el nuevo consejo directivo nace con problemas que lo debilitan y que esperamos sean superados. De una parte, la claridad en su elección y de otra, el esquema de trabajo que recibe. En lo primero, la Comisión Electoral, para que la elección sea transparente y realmente democrática, exige a los decanos y demás directivos que no intervengan ayudando o vetando nombres, pero sí permite que sean candidatos. Esta es toda una contradicción y un manifiesto acto de ingenuidad. ¿Qué se espera, que digan que no voten por mi y así animen a los electores a votar por los demás? El sólo hecho de ser decanos o directivos les da un poder subliminal sobre los profesores que dependen de sus unidades. ¿Cuáles son las consecuencias de violar la prohibición?
El otro problema radica en el hecho que heredan el sistema actual en donde decanos y directores tienen un nivel de dependencia mayor respecto del rector que un simple profesor. Ganan más, tienen mayor figuración y poder sobre los profesores, circunstancia que les hace perder independencia. Como también son ordenadores del gasto, en el consejo directivo participan en la aprobación de las cuentas, no obstante ser las propias, generándose así un conflicto de intereses que ponen en duda la claridad en su aprobación, especialmente cuando las mayorías se integran con su voto. Práctica que combatí sin éxito alguno. Por tener las dos calidades puedo hablar del tema con alguna autoridad.
Finalmente, con la debida consideración, le pido al nuevo consejo directivo que, buscando la unidad con fundamento en los verdaderos valores como la ética, la transparencia y la democracia trabaje por la recuperación institucional, en cuyo caso y bajo esas líneas estaremos prestos a colaborar en lo que nos corresponda. Superemos la práctica nacional de vivir en la contradicción para poder existir y en su lugar busquemos solucionar de manera legítima y racional la fractura.
La primera semana de campaña electoral en la Universidad Externado de Colombia comienza a mostrar el perfil de las listas y de los candidatos al consejo directivo.
La primera semana de campaña electoral en la Universidad Externado de Colombia comienza a mostrar el perfil de las listas y de los candidatos al consejo directivo.
Por: Néstor Osuna.
Profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Durante la semana que corre he participado en tres reuniones, todas por Zoom, con los muchos candidatos y las pocas candidatas de varias listas a la representación profesoral en el consejo directivo de la Universidad. La primera fue un debate general organizado por la comisión electoral, en el que a decir verdad no hubo debate, principalmente porque todas las personas que intervinieron estaban demasiado prevenidas y libreteadas, aunque también por la rigidez excesiva de las normas sobre sorteo de turnos y uso de la palabra, que terminaron asfixiando cualquier posibilidad de deliberación de mejor calidad.
Las otras dos han sido reuniones abiertas a la comunidad universitaria, convocadas por las listas “uno” y “tres”, respectivamente, y resultaron más espontáneas, dialógicas y útiles. No podrían llamarse “debates” en el sentido de que sólo comparecían los candidatos de la lista convocante, pero sí lo fueron en cuanto hubo intercambio amplio de criterios y posturas sobre la Universidad y discernimiento sobre estrategias para superar la encrucijada actual del Externado. A diferencia del debate general, en estas dos reuniones el ambiente fue de colegaje dentro de un espíritu crítico que personalmente aprecié como constructivo y hasta fraternal.
Néstor Osuna, profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Algunos detalles del debate general resultan significativos. Por ejemplo, es evidente que en la lista de “sólo derecho”, habían convenido que fuera el veterano Prof. Augusto Hernández quien atendiera las principales intervenciones, a pesar de que a él lo ubicaron en el sexto y último renglón de la lista, es decir, sin ninguna posibilidad de salir elegido. El Prof. López Roca, que la encabeza, apenas nos permitió escucharle un par de palabras para algún asunto insular o para pedirle a Hernández que respondiera. Tanto en esa lista como en la encabezada por el decano Beltrán, se apreciaba una extrema cautela para presentar del modo más dulce posible los evidentes desatinos del actual gobierno de la Universidad, que ya ellos no logran ocultar. Todas las listas manifestaron que es imperioso un estatuto profesoral contemporáneo y todas cumplieron con el ritual de manifestarse a favor de la investigación. Prácticamente eso fue todo.
La reunión convocada por la lista tres, encabezada por el Prof. Duarte, fue una ocasión muy interesante para intercambiar criterios sobre la investigación en el Externado, más allá de las obviedades del anterior debate, con análisis de información relevante y en un ambiente constructivo. También se hizo evidente la preocupación frente a la deserción estudiantil, las inequidades de la política laboral de la Universidad y la tremenda fortaleza académica y humana que la Universidad tiene en su cuerpo docente. La reunión fue saboteada por hackers y tuvo que interrumpirse abruptamente. Se reanudó una media hora después mediante un nuevo enlace de zoom cuyos datos apenas nos alcanzaron a comunicar a algunos y, por tanto, ya obviamente con el quórum disminuido. Hice varias preguntas y recibí respuestas interesantes, aunque me parece que quedó pendiente algo más explícito sobre lo que tienen pensado del perfil del nuevo rector o rectora. Aprecié que entre los asistentes a la reunión hay un notable fervor y compromiso con la facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales. La presencia en la reunión de varios profesores de amplia trayectoria y relieve público le agregó seriedad al evento, a pesar del sabotaje que no me pareció nada casual.
Por último, la reunión convocada por la lista uno, encabezada por el Prof. Tremolada, me sorprendió porque allí sí que surgió el clamor de esa “enorme minoría” de profesores que se siente mal tratada por la administración universitaria con sus contratos temporales y precarios, con la tacañería con la que se atiende cualquier iniciativa docente, con el trato desigual entre facultades, en fin, con la necesidad de un cambio significativo en el régimen profesoral y con una modernización genuina del Externado. Se habló también de investigación y quedaron entre el tintero varias iniciativas al respecto. Personalmente tenía algunas preguntas para hacerle a los candidatos, pero ante el caudal de propuestas e inquietudes que surgían tanto en el diálogo de viva voz como en el “chat del zoom”, preferí tomar notas, pues supongo que habrá más oportunidades para compartir ideas. Creo que en todas esas reflexiones que, por supuesto surgían de modo un tanto desordenado, se asoma un futuro promisorio para la Universidad. Me quedó la impresión de que los candidatos respondieron con solidez argumentativa a las cuestiones que les plantearon. Podría decirse que en esta reunión había más tropas que generalato, y eso le dio a la misma un talante reivindicativo que hace mucho echaba de menos en mi querido Externado. Seguiremos opinando.
El Doctor Gerardo Barbosa seguirá pensando que los miembros de EL RADICAL queremos la plata del Externado. Será cierto que le recomendó a la Secretaría General contratar una firma para recabar pruebas y hacer investigaciones.
El Doctor Gerardo Barbosa seguirá pensando que los miembros de EL RADICAL queremos la plata del Externado. Será cierto que le recomendó a la Secretaría General contratar una firma para recabar pruebas y hacer investigaciones.
Por: Juan Pablo Estrada.
Profesor de la Universidad Externado de Colombia.
No, el nuestro no es el Fiscal General que dicho sea de paso ya no se identifica como externadista como lo hacía en el pasado reciente. Ahora es sergista. Es la de moda y es su alma mater. Pero por acá estuvo y varios sabrán “cobrar” ese periplo. Porque en una de las mayores contradicciones de nuestro Externado se reclutan profesionales de otras universidades y se les hace externadistas por adopción, pero impiden que los nuestros puedan descollar en otros centros educativos. Un pendiente más del Dr. Henao, muy a pesar de que cuando era mortal y no levitaba, padeció tamaño abuso al ser invitado por la Universidad Javeriana a dictar clase. Pero no nos desviemos. Nuestro Barbosa es Gerardo. Docente, litigante, asesor en la sombra de esta administración y ahora flamante candidato al consejo directivo. Sus compañeros de generación no se extrañan de sus logros. Externadista típico: clase media con aspiraciones, sin alcurnia ni oficina heredada. Juicioso y dedicado estudiante, encontró rápido su mentor, como nos ha sucedido a tantos. Bastante godo, filosóficamente hablando dicen sus cercanos, algunas de las cosas que a los externadistas nos parece normales a él lo mortifican sobremanera. No tengo reparo del trato cordial que me ha dispensado en nuestros fugaces encuentros.
El profesor Jaime Bernal Cuellar le puso el ojo y a su lado creció profesional y académicamente. Ya no trabajan juntos y ha consolidado uno de los despachos de derecho penal más reputados, pero es difícil que su nombre no se asocie con el del ex procurador y hombre fuerte del derecho penal, actual miembro del consejo directivo y respaldo fundamental de Henao. Como todos los penalistas reconocidos, tiene clientela importante y de diverso pelambre. Como decía el inolvidable Antonio Cancino “líder los penalistas no defendemos a las monjitas de la caridad, porque esas no delinquen”. De manera que por la oficina del Barbosa del Exterando desfilan desde los poderosos banqueros hasta las polémicas empresarias del chance. De eso se trata el éxito de los que optan por esa especialidad. Es reconocido por sus alumnos como buen docente y ha estado a cargo de unas publicaciones sobre derechos humanos, que se han concretado por virtud de un contrato entre la universidad y el ejército. El elige a dedo los colaboradores, que dicho sea de paso son muy bien remunerados, y mucho general saca pecho con esa obra que “hicimos con El Externado”, me consta.
Juan Pablo Estrada, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
En el papel le sobran pergaminos para ser aspirante, pero tiene sus peros. El primero y más importante es que no le gusta que lo escruten ni que lo refuten. Por eso es un candidato que no habla, que no ha propuesto nada audaz ni trascendente y que ha cogido la mala maña de intervenir de último los pocos espacios que se han dado, para que nadie le replique. Actitud extraña, por decir lo menos, en un candidato a lo que sea, pero más cuando es el ungido de uno de los más poderosos directores de departamento. La segunda, que está ligada a la primera, es que en privado dice cosas que no se le oyen en público. Por eso, para que los electores conozcan un poco más al Dr. Barbosa, desde esta tribuna le formulo dos preguntas con toda consideración ¿Dr. Gerardo Barbosa, ha sostenido usted el infundio, en un chat con varios profesores, que quienes desde EL RADICAL hemos denunciado y seguiremos denunciado lo que nos parece no está marchando bien en la universidad, vamos es por la plata del Externado? ¿Dr. Gerardo Barbosa, es cierto que usted le recomendó a la Secretaria General contratar una firma de esas de las que se sirven lo penalistas para recabar pruebas y hacer investigaciones? Caso afirmativo, ¿con qué propósito?
La comunidad externadista merece conocer sus respuestas antes de votar, porque en lo personal desconozco es as actitudes; flaco favor le hará a la universidad tener en el consejo directivo un miembro que no soporta la crítica, no da la cara, desacredita en privado y sin fundamento a sus contradictores y cree que la universidad necesita investigadores para funcionar y solucionar sus problemas.
Posdata.: Increíble el saboteo a la intervención de Andrés González en la reunión convocada por la lista de finanzas. Han caído bajo, muy bajo y pueden verse cosas peores. Y Todavía más increíble que las votaciones vayan a ser virtuales cuando Bogotá ya llegó a la normalidad. ¡No hay garantías!
Pocos días antes de la iniciación de la campaña electoral para el consejo directivo de la Universidad Externado de Colombia, unos profesores y candidatos revelan su enojo frente a la crítica.
Pocos días antes de la iniciación de la campaña electoral para el consejo directivo de la Universidad Externado de Colombia, unos profesores y candidatos revelan su enojo frente a la crítica.
Por: Néstor Osuna.
Profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
Ignoro qué estaban pensando los colegas que redactaron, a principios de este mes, un comunicado público en el que rechazan que otros expresemos nuestros criterios sobre el desarrollo del Externado y su actual administración. La misiva se constriñe a una invitación a la censura, con paradójica invocación de la libertad de expresión, y aunque no menciona ningún destinatario específico, es claro que estaba dirigida en contra de quienes desde las páginas de EL RADICAL hemos sostenido una voz crítica e independiente frente al manejo de la Universidad en los últimos años. Ese contenido es en verdad insólito en un ámbito universitario, pues se puede resumir en algo así como que “lo que tengo para decir es que se calle Usted”: propuesta claramente inadmisible en un centro de pensamiento libre y en cualquier institución educativa.
Ahora bien, dado que esa carta se redactó, firmó y publicó al inicio de la campaña electoral para la renovación de la representación profesoral en el consejo directivo de la Universidad, que además se intentó legitimar con firmas que le dieran sabor de multitudes, y que varias de las personas que la firmaron están hoy entre los candidatos a esos cargos, considero que es legítimo preguntarles si de resultar elegidos intentarán, desde el consejo directivo, acallar las voces disidentes de su gestión, y si a eso se constriñe su propuesta frente a la Universidad.
Néstor Osuna, profesor ordinario de la Universidad Externado de Colombia.
En concreto, las tres primeras firmas que aparecen en esa carta corresponden con sendos candidatos de tres listas al consejo directivo: los profesores Barbosa, López Roca y Álvarez. Además, siete de los doce candidatos de la primera de las listas mencionadas, que está encabezada por el decano Beltrán Duque, son signatarios de la misma, así como ocho de la encabezada por López Roca y dos de aquella en la que aparece el profesor Álvarez, que está encabezada por el profesor Duarte. ¿Van a hacer su campaña en contra de EL RADICAL y/o de sus columnistas, ninguno de los cuales aspira a ningún cargo en esta elección? ¿Esta primera “salida en público” ante la comunidad universitaria, con evidente intención de apabullar a los contradictores con un mazo de firmas, después de descalificarlos como “minoría”, pero carente de propuestas de futuro para la Universidad, revela su talante de dirección para que sepamos a qué atenernos si resultan elegidos?
¿Qué idea de democracia hay detrás de ese comunicado? ¿La tropera, acrítica y desinstitucionalizadora que no ve contradictores de los que aprender sino enemigos para eliminar?
No se engañen, apreciados colegas: ni nos van a acobardar, ni van a convencer a los electores de que se vota a favor o en contra de un periódico, ni lograrán sembrar la idea de que callar y temer sean virtudes para dirigir una Universidad.
Ahora bien, si todo ese comunicado no fue más que un paso en falso en un momento acalorado (a propósito, se les devolvió como un bumerán) y tienen propuestas serias para el futuro del Externado, aquí encontrarán interlocutores ávidos de encontrar salidas en común frente al atolladero en el que nos metió la administración actual. No olviden que han podido encauzar sus aspiraciones de dirigir el Externado gracias a las puertas que desde EL RADICAL hemos ido abriendo para la democracia universitaria.
En la Universidad Externado de Colombia nos cuesta liberarnos, dejar la alienación, pero todo tiene un comienzo. Quienes empezamos la cruzada de la democratización lo estamos logrando.
En la Universidad Externado de Colombia nos cuesta liberarnos, dejar la alienación, pero todo tiene un comienzo. Quienes empezamos la cruzada de la democratización lo estamos logrando.
Por: Jorge Fernando Perdomo.
Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Jorge Fernando Perdomo, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
El vasallaje se ha definido como una relación de dependencia y sumisión entre una persona y su señor, esencia de regímenes monárquicos feudales y autoritarios, donde se imponían los privilegios hereditarios y la omnipotencia. Pareciera que estos tiempos están superados, pero permítanme narrarles una experiencia personal en la Universidad Externado de Colombia que hasta hoy puedo expresar con serenidad.
Hace muchos años y con ocasión de alguna conmemoración importante en nuestra Universidad, se organizaron diversos eventos de celebración a los que fuimos invitados todos los profesores. La culminación de la efeméride tenía previsto la aparición del gran maestro Fernando Hinestrosa en el balcón del bloque A, para celebrar con su gente; recuerdo que salí de la biblioteca y me encontré de frente con la imagen de la familia Hinestrosa Rey, el Maestro, su dignísima esposa Doña Consuelo, sus hijos, sus nietos y no recuerdo quien más estaba allí alzando la mano y saludando a su pueblo, como aquellas imágenes que solemos ver cuando en las capitales europeas aparecen las familias reales en sus palacios. La escena me pareció hasta ese momento solo extraña, pero luego un académico a quien admiro susurró: “allá la familia real, aquí estamos los vasallos”, y abandonó rápidamente la multitud, lo que hice yo también seguidamente, casi inconscientemente, en medio de los aplausos y vítores de la comunidad académica a la gran familia.
Nadie duda del gran y espléndido legado de la familia Hinestrosa a la Universidad Externado de Colombia, ni dejaré yo mismo de agradecer los sabios consejos personales y académicos del Maestro Fernando durante muchos momentos de mi vida, y lo remarco porque cada vez que hago críticas legítimas a la situación actual de nuestra Universidad aparecen envalentonados y hasta groseros colegas tildándome de malagradecido. Gracias debo dar en todo caso por haber aprendido a discernir, a pensar y cuestionar, lo que hace 2 años me llevó con otros colegas a hacer preguntas válidas y a plantear la necesidad de reformas estructurales a nuestra alma mater, con el simple objetivo de hacerla mejor, cada vez más grande y quizás como el Maestro la quisiera ver hoy. Pero esto no podía gustarle al rector “ungido”, ni a quienes desde hace más de dos décadas calientan la silla del consejo directivo; empezaron inmediatamente las recriminaciones privadas y públicas, las amenazas soterradas y la política de aislamiento, al crítico antes codiciado, ahora se le desprecia, se le mira con desidia y se le considera un traidor, como en la época del oscurantismo.
Pero la tarea se ha estado haciendo bien. Los pocos logros democráticos que en estos últimos años hemos tenido, por ejemplo, el que se vayan a realizar elecciones al consejo directivo, las (des) organizadas reuniones de profesores y otras cositas más, nacieron de aquél vilipendiado derecho de petición de los herejes. A esos herejes hoy nadie quiere mirar o saludar en los pasillos de la Universidad, a esos radicales no se les recibe en las listas a las elecciones porque quitan votos, pero gracias a esos renegados aquellos se pueden hoy postular (¡bravo!). No importa, desde esta tribuna, desde las redes, si es necesario desde los medios de comunicación (no nos prestaremos para tapar), seguiremos denunciando la antidemocracia enquistada en el régimen feudal externadista y pidiendo cuentas a quienes dirijan la Universidad, pues el Externado de Colombia es de todos, no de unos pocos ni de una familia, me resisto al eterno vasallaje.
Adenda: en la prueba reina del vasallaje (el poder general otorgado por el “ungido” a la heredera) se otorgan facultades “de naturaleza patrimonial para enajenar, adquirir, gravar y comprometer bienes muebles e inmuebles y celebrar los respectivos contratos”. Pregunto: ¿nos van a contar en qué ocasiones se ha ejercido esta facultad? Sospecho la respuesta, contra el secretismo la denuncia.
“Una unidad de cara al futuro”, es el sentido pedido que hacen los integrantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia a la decanatura, a cargo de la Doctora Adriana Zapata.
Valores externadistas y la reforma al pénsum: Una antinomia compleja
“Una unidad de cara al futuro”, es el sentido pedido que hacen los integrantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia a la decanatura, a cargo de la Doctora Adriana Zapata.
Por: Nicolás Fernández.
Estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
Un tema ha terminado de inquietar a una gran parte de la comunidad externadista, la vista hacia una reforma del pénsum de la Facultad de Derecho es una realidad.
Como estudiante de primer año de este programa llegó a mí la gestión de una propuesta de tan importante índole a causa de ciertas voces que recorrían todo el campus en forma de un rumor común pero poco cercano de ser concebido, hasta el día en el que fue de conocimiento público aquel documento en el cual se le presentaba a la comunidad externadista los argumentos y cambios en los que habían consensuado la Decana de la Facultad, junto a un comité de profesores pertenecientes a diferentes departamentos sobre el futuro plan de estudios que empezaría a regir el programa.
Esta arriesgada propuesta logró perturbar a toda la Facultad de Derecho y aún más a mis compañeros “primerizos”. De aquel documento creador de conmoción se destacó la falta de participación estudiantil dentro de tal reforma, reafirmando así una concepción que durante mi poco tiempo dentro de la Universidad ha sido una constante, la idea de que esta institución es un alma mater pluralista, libre y democrática no es tan cierta como se creía.
Nicolás Fernández, estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Externado de Colombia.
El ADN externadista está presente desde antes del ingreso a esta comunidad. Entre los intereses más generalizados y puros para la aspiración de cualquier bachiller que desea entrar a esta casa de estudios es la reputación que posee la institución de estar construida con el objetivo de ser diferente al resto, con la libertad y democracia como talantes. Esta esencia es compartida valerosamente por el profesorado y estudiantado, día a día, a todos los recién llegados con las historias de como nuestro fundador Nicolás Pinzón Warlosten, en respuesta a la opresión a la enseñanza impuesta por la dictadura de la regeneración, fundo esta importante Universidad.
Como parte de nuestra esencia está también el debate, la participación y la socialización de ideas con una respetuosa escucha por parte de todos. La organización de un proyecto hecho en secreto de la comunidad externadista y sin la oportuna y efectiva participación por parte del estudiantado, como también de un sector del profesorado, solo hace pensar en un manejo desacertado por parte de las directivas.
Este afán desmedido por la consigna de materializar esta reforma ha hecho que no se tome de forma acertada este proyecto por parte de la comunidad. La velocidad no puede predominar sobre la eficacia. El éxito del proyecto de la reforma al pénsum está en que la decanatura escuche en forma de propuesta y no de comentario o de pregunta los aportes que han consignado los estudiantes, profesores y otros miembros de la comunidad, logrando así una reforma construida por todos.
La luz que reflejaba la Universidad Externado de Colombia sobre una enseñanza hacia la libertad y la pluralidad irá nublándose mientras sus directivas sigan tomando decisiones autoritarias como lo ha sido hasta ahora el proyecto de reforma al pénsum. No podemos dejar de trabajar para que en nuestra Universidad nunca deje de reflejar la luz que durante su historia ha servido de faro para la educación en Colombia.
Y aunque esa luz se atenúe y la incertidumbre del mañana para esta gran Universidad sea una constante, una cosa es clara, el espíritu cosechado durante los años nunca desaparecerá y siempre seguirá siendo este lugar, la casa de estudios de la libertad y pluralidad democrática.
Ya veremos qué traen los nuevos tiempos en el Externado, si con ellos se abrirán caminos o no de reconciliación, senderos renovados que puedan ser transitados en conjunto y en paz, y respetando a la discrepancia, que no es disidencia.
Ya veremos qué traen los nuevos tiempos en el Externado, si con ellos se abrirán caminos o no de reconciliación, senderos renovados que puedan ser transitados en conjunto y en paz, y respetando a la discrepancia, que no es disidencia.
Por: Ramiro Bejarano.
Profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Si algo se aprende en la vida del litigio es que no hay que perder los estribos en las controversias ni hay que asumir que el objetivo de un debate en estrados judiciales es aniquilar a la contraparte, porque, tarde o temprano, con ella hay que encontrarse para agudizar el enfrentamiento o para encontrar caminos de entendimiento, como suele ocurrir en un gran porcentaje, salvo cuando los contendientes son familiares.
Esa regla de conducta implica que hay que pensar las consecuencias de cualquier confrontación, tanto más si existen lazos de cualquier naturaleza entre quienes han de atravesar un momento difícil en sus vidas.
Lo que ha sucedido en el Externado es inédito a raíz de un insólito y agresivo comunicado que un grupo de profesores decidió difundir en los medios de comunicación, con el propósito de atacar a quienes consideramos que la rectoría debe rendir cuentas, permitir una auditoria, designar a los decanos previo un proceso de selección, etc. y en general para estigmatizarnos a quienes pensamos diferente a ellos.
Ese comunicado, en últimas, lo que buscaba era que los profesores que hacemos parte de EL RADICAL fuésemos excluidos y censurados en la Universidad. Lo que quedó claro es que entre los inspiradores de ese vergonzoso comunicado tuvieron que estar el Rector, Juan Carlos Henao, y la decana de Derecho, Adriana Zapata. En efecto, por estos días el egresado Juan Simón Vásquez, antiguo miembro del consejo directivo en representación de los estudiantes, informó en su cuenta Twitter que hace unos años, cuando se produjo la renuncia del Doctor Eduardo Montealegre, el Rector lo alentaba a expedir comunicados apoyando la rectoría. Y de la Decana de Derecho, no todos hemos olvidado que en una asamblea profesoral pretendió, cuando se marchitaba el quorum, que se aprobara un comunicado exhortando a los profesores a que no ventilasen en los medios las discrepancias de la Universidad. Este último comunicado de ahora ha confirmado ese talante de ambos funcionarios, pues no fue expedido buscando aproximaciones, reconciliación, sino borrar, al contrario, y, por eso, muchas amistades quedaron maltrechas o rotas para siempre.
Ramiro Bejarano, profesor emérito de la Universidad Externado de Colombia.
Los autores de ese comunicado, suscrito inclusive por personas que no detentan la condición de profesores, todo para que se viera bulto, los condujo a permitir la necia pedantería de autorizar que un catedrático exigiera que su rúbrica debía ser en mayúscula y diferente a todas las demás dizque porque lleva 30 años como docente. Esos iracundos profesores deben saber que con esta demencial persecución no pudieron desaparecernos a los críticos y entonces la pregunta es ¿Cuál es el plan a seguir?
Muchos de ellos ya hoy son flamantes candidatos a consejo directivo, desde donde seguramente pretenden concretar su política totalitaria de aniquilamiento y la purga, o lo peor, contribuir a que el próximo rector sea más de lo mismo, un albacea sin tenencia de bienes que apenas posesionado confirme el poder general a la Secretaria General.
Son muy graves las ofensas que el grupo que defiende la administración ha agenciado, olvidando que sus contradictores no somos criminales sino profesores respetables, sin mácula en la vida pública ni en la privada. De ese aleve ataque da cuenta la insinuación malévola de un candidato a miembro del consejo directivo aupada por otro novel profesor que amparado en la libertad de opinión se consideró asistido del derecho de calumniar. En efecto, hubo quienes ante las manifestaciones del profesor Osuna en una entrevista radial sobre la necesidad de que los recursos de la Universidad no se inviertan en grupos económicos sino en investigación o programas académicos, salieron a propalar la infame especie de que el propósito de esa iniciativa es apoderarse de los dineros de la Universidad. No son ellos, acaso, quienes se adueñaron de todo sin rendir cuentas ni permitir una auditoria, olvidando que el Externado es una Fundación sin ánimo de lucro y no un bien relicto de la sucesión de ninguna persona natural por importante que haya sido.
No va ser fácil reconstruir las buenas relaciones entre el cuerpo profesoral, mientras que quienes han estado detrás de la campaña de desprestigio y aniquilamiento sigan teniendo injerencia en el destino del Externado. Es más, nadie garantiza que, al ser elegido el nuevo consejo directivo, esta situación de crisis se agrave, sobre todo si allí toman asiento los mismos que amparados en el anonimato diseñaron y ejecutaron el exterminio de los críticos a través de comunicados, injurias y calumnias.
En lo personal creo que las heridas están recién abiertas, pero que, como lo dijo Couture, “el tiempo venga las cosas que se hacen sin su concurso”. Ya veremos que traen los nuevos tiempos, en especial si con ellos se abrirán caminos si no de reconciliación, porque eso ahora se ve casi imposible, al menos de encontrar senderos que puedan ser transitados en conjunto y en paz, y respetando que la discrepancia no es disidencia sino ejercicio legítimo de la democracia.
Se inició el proceso electoral en la Universidad Externado de Colombia y la organización de la contienda está a cargo de la Secretaría General, quien se juega su poder heredado. Lo cierto es que lo que mal empieza mal termina.
Se inició el proceso electoral en la Universidad Externado de Colombia y la organización de la contienda está a cargo de la Secretaría General, quien se juega su poder heredado. Lo cierto es que lo que mal empieza mal termina.
Por: Juan Pablo Estrada.
Profesor de la Universidad Externado de Colombia.
Con el sol sobre la espalda, arrastrando el lastre de haber mal gobernado al Externado durante la ya tristemente célebre “década perdida”, Henao, mientras hace rondas de medios apalancado en la millonaria pauta y orquesta persecuciones contra los que decidimos no guardar silencio frente a sus abusos, le metió carbón al proceso electoral. No es gratis. Sus mayorías se extraviaron en el consejo. Los estudiantes y Andrés González se le volvieron una piedra en el zapato. De ahí que con votación virtual, operada y auditada por una empresa para cuya contratación bruscamente desconoció lo acordado con los miembros del consejo, habrá elecciones.
Lo que mal empieza mal termina. La organización está a cargo de la Secretaria General que se juega su poder heredado en la contienda -que no su inexistente prestigio-, a quien ya se le oyó decir que, por transparencia, no se va actualizar el censo. ¡Háganme el favor! Se destaparon sin pudor en una operación avispa con dos listas milimétricamente confeccionadas en cuyas cabezas van los incondicionales y en la parte baja les dieron cabida a incautos que, por ejemplo, juran no saber que la lista de López Roca es la B del Rector, a mediocres con insuperable afán de figuración que no gozan del respeto de sus pares y menos del de sus alumnos. Y, qué miedo, también hubo cupo para estafetas, expertos en poner la cara en la baranda mientras otros hacen “vueltas” en los despachos. Si, Henao se jugó sus restos y tiene aceitada la maquinaria para lograr su cometido. Era imposible que esta transición se diera sin que previamente se garantizara la estabilidad laboral de los docentes, se designara los funcionarios por méritos, se impusiera la transparencia en el manejo de la Universidad, en fin, sin dejar atrás lo que la analista y ex profesora de Figri, Laura Gil, denominó “la dictadura blanda” de Fernando Hinestrosa que han cuidado con celo.
Juan Pablo Estrada, profesor de la Universidad Externado de Colombia.
Falta solo el acto final. Se señalarán las listas por las que hay que votar si se quieren conservar los privilegios o por las que votarán muchos por mantener el estatus quo que los beneficia. Lo padecí y sé de qué hablo. Habrá llamaditas e insinuaciones y con un sistema de voto electrónico que a estas alturas es un misterio, Henao pondrá las mayorías que le garanticen elegir Rector. A no ser que, no obstante, el temor que representa la ausencia de votación presencial –que en mi sentir es posible con un orden y un horario acordado- para garantizar el secreto del voto, la lista de Figri y la liderada por Erik Tremolada, a quien le sobró miedo y le faltó audacia para conformarla, resulten las más votadas.
Soñar no cuesta nada, pero no me hago ilusiones, menos después de hablar con un profesor beligerante y activo con el que se puede conversar que me dijo “hermano Henao pudo hacer más, no lo hizo bien pero no es un desastre; nos paga 12 meses, lo que Hinestrosa nunca hizo. Hay más o menos estabilidad. No fue capaz de hacer las reformas, pero ahí va a la ‘U’. Yo tengo más de cincuenta años, no tengo más ingresos que los que me da la ‘U’ y debo cuidar mi empresa y mi jubilación”. Como él son muchos. Votarán para que nada cambie, así sepan que tienen derecho a más y que las cosas no van por buen camino, porque con la cuchara no se juega.
Posdata
Firmé contrato. ¿Puedo votar señor Rector?
Lástima que en Derecho los profesores que no son objeto de persecución y estigma, asunto que dicho sea de paso ya ronda los niveles de agresión y la calumnia movida por penalistas en chats de profesores, vaya paradoja, hayan pasado de agache. Emilsen de Cancino, Consuelo Sarria, Jairo Rivera, Humberto Sierra, Cesar Julio Valencia, Miguel Córdoba, Jaime Orlando Santofimio, Humberto Sierra, entre otros, les habrían dado otro nivel a las diferencias de hoy, habrían logrado consenso y, de ser elegidos, le habrían dado altura al consejo. Es obvio que no se animaron a respaldar a Henao y tampoco a enfrentarlo en tan desigual enfrentamiento. Eso dice todo de estas elecciones al trote.